“EL PROTESTANTISMO
EN AMÉRICA LATINA”
(Primera Parte)
(CAPITULO VIII)
8.1
PREÁMBULO
La atención que los autores de libros
de texto sobre la historia del cristianismo han prestado a América Latina no ha
sido muy grande. Obviamente sucedió así en razón de que la mayoría de ellos han
escrito desde una perspectiva anglosajona o europea. Muy particularmente, esto
ha sido cierto con relación a la historiografía protestante.
Es evidente que casi todos los
historiadores protestantes del mundo noratlántico han estructurado sus obras
pensando en un desarrollo unilineal del cristianismo. En general, han concebido
la expansión de la fe cristiana siguiendo un movimiento que se orienta de este
a oeste. Comenzando con el testimonio en Jerusalén, el cristianismo se esparció
“hasta lo último de la tierra” siguiendo una ruta que a lo largo de los siglos
atraviesa Siria, Asia Menor, Grecia, Roma, la Europa del Mediterráneo, Europa
del Noreste, Inglaterra y finalmente los Estados Unidos. Es desde estos dos
últimos países de donde el cristianismo tomará contacto con el resto del mundo
por medio del movimiento de las misiones modernas, a partir de fines del siglo
XVIII.
No existe todavía una obra de
conjunto que, con seriedad científica, recree los eventos humanos vividos
durante el siglo y medio de presencia protestante continua en América Latina. Cabe
aclarar que se utilizará el nombre “protestante” para designar aquella forma de
cristianismo que no es católica ni ortodoxa, y que sigue en términos generales
los planteamientos de la Reforma del siglo XVI. Se utilizará también, como
equivalente el nombre de “evangélico”, que es la designación más común en
América Latina para referirse a esta rama del movimiento cristiano.
El cristianismo en América Latina
no tenía muchas posibilidades de alcanzar un desarrollo floreciente a partir de
la Iglesia Católica Romana, que ostentó el monopolio religioso exclusivo. Fue
precisamente en una situación de estancamiento católico romano cuando apareció
el protestantismo en el continente, para establecerse de manera continua. Al
principio se trató tan sólo de un protestantismo importado, introducido por
inmigrantes y misioneros, hasta que finalmente prevaleció la importación de
carácter misionero. De esta manera, América Latina se transformó en un campo
misionero.
8.2.
ANTECEDENTES (1492-1880)
Debe recordarse que la conquista
del continente y la Reforma Protestante son dos acontecimientos paralelos en el
tiempo. La conquista tuvo efectos directos sobre la Reforma, ya que los metales
preciosos americanos permitieron a los españoles y portugueses (ambos países
eran fervientes en su religión romana y vivían intensamente el espíritu de la
Contrarreforma) financiar sus guerras contra los príncipes protestantes y
frenar la expansión de su nueva fe.
No obstante, las emergentes
potencias protestantes (Inglaterra, Países Bajos) fueron ganando el control del
mar durante el siglo XVI. Piratas y corsarios de estas naciones incursionaron
en grado creciente el continente latinoamericano.
Entre las tentativas de
colonización y establecimiento del protestantismo en América Latina cabe
mencionar tres episodios:
·
La Colonia Welser en Venezuela (1529-1550), fue el primer
intento de colonización protestante conocido en América del Sur. Entre los
alemanes que llegaron a ocupar el nuevo territorio había algunos luteranos.
Para 1532 toda la colonia había aceptado la fe luterana. Esta desapareció con
el asesinato de Felipe Von Hutten, y no quedaron trazas espirituales de estos
primeros contactos con el protestantismo en Venezuela.
·
La Colonia Hugonote (Reforma Calvinista) en Brasil
(1555-1567). La situación en Francia de la reforma calvinista (hugonote) era
muy difícil. Estos cristianos perseguidos encontraron un alivio efímero en una
isla de la Bahía de Guanabara, cerca del actual Río de Janeiro. Llegaron dos
expediciones distintas, la primera en 1555 y la segunda en 1557, donde también
llegaron calvinistas de Ginebra e incluso algunos católicos romanos. Aquí se
organizó la primera iglesia reformada en suelo americano. Ese mismo año los
portugueses atacaron y destruyeron la colonia.
·
La Colonia Holandesa de Pernambuco (1624-1654)
Este fue un período importante en
cuanto a la influencia protestante. La tolerancia religiosa hizo de la joven
república un refugio para todos los grupos de protestantes perseguidos en el
resto de Europa. Lo más interesante de esta colonia fue su esfuerzo por
evangelizar a los indígenas.
El período de 1850 a1880 constituye
el tiempo de mayor influencia europea general sobre América Latina,
particularmente inglesa. Con la inmigración masiva europea, especialmente a
Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, se produjeron procesos de transformación
social. La obra misionera protestante propiamente dicha, que comenzó en América
Latina en el tercer cuarto del siglo XIX, recibió un impulso inicial con la
presencia de colonos e inmigrantes protestantes en el continente.
Las primeras entidades que pensaron
en América Latina como campo de evangelización fueron las sociedades bíblicas.
Los nuevos cristianos aparecieron no con espada sino con la Biblia. La labor de
las sociedades bíblicas, junto con el ingreso de contingentes de inmigrantes, muchos
de ellos protestantes, favoreció el rompimiento del monopolio religioso
católico.
8.3 EL ESTABLECIMIENTO DEL
PROTESTANTISMO (1880-1930)
El protestantismo ya ha sido
implantado en América Latina. La Iglesia católica romana siempre consideró como
una penetración injustificada y peligrosa, todos los esfuerzos de
establecimiento de iglesias evangélicas en el continente. Pero hubo también
resistencia desde el mismo protestantismo hacia las misiones en América Latina.
Muchos protestantes, especialmente europeos, estimaban que, bien o mal, la
Iglesia de Roma había evangelizado el continente.
La actitud de celo de la iglesia
católica Romana, cambió a partir de Concilio Vaticano II. Por el lado
protestante, hubo que esperar hasta el Congreso Evangélico de Panamá en 1916 y
el de Montevideo en 1925, para que se legitimaran los esfuerzos misioneros
realizados y se alentaran nuevas empresas.
El período de 1880-1930 puede ser
considerado el del establecimiento de las iglesias protestantes en América
Latina.
8.4
LOS PRIMEROS ESFUERZOS MISIONEROS
A finales del siglo XVIII, aparece
con gran fuerza este espíritu misionero dentro de la mayoría de las
denominaciones protestantes de Europa y Norteamérica.
Sin embargo, no fueron muchos los
protestantes que durante este siglo pensaron en América Latina como campo
misionero. Como se indicó, muchas iglesias establecidas consideraban al
continente latinoamericano como evangelizado y cristianizado por la iglesia
Católica Romana. En algunos lugares de Asia, Africa y Oceanía el catolicismo
jamás había llegado, o bien, su penetración no había sido suficiente. La
tendencia a mantener a América Latina fuera de la agenda misionera protestante
duró mucho tiempo y se expresó incluso en la Conferencia Misionera Mundial,
celebrada en Edimburgo en 1910, donde el continente no figuró entre los campos
misioneros considerados.
8.5
LOS PIONEROS
Además de las sociedades bíblicas,
ya consideradas, algunas denominaciones protestantes manifestaron su inquietud
de misionar en América Latina:
·
Los Hermanos Moravos. Trabajaron entre los esclavos de
las plantaciones (1700-1760). Llegaron a Surinam en 1735, a Belice en 1738, a
Jamaica en 1754 y a Antigua en 1756.
·
El segundo de estos pioneros fue un oficial de la marina
inglesa, el capitán Allen Gardiner. Anglicano.
Trabajó como misionero en América Latina. Fue uno de los misioneros más
intrépidos y tenaces que actuaron en el continente. Su ministerio abarca desde
1835 a 1851. Recorrió como misionero Africa del Sur, Nueva Guinea y las islas
del archipiélago Indico, Australia, Nueva Guinea, Argentina, Chile, Bolivia y
en 1850 llegó a Tierra del Fuego acompañado por otros seis ayudantes.
En octubre de 1851, una expedición
salió en busca de los misioneros, sólo encontró sus cadáveres. El escorbuto y
el hambre habían terminado con ellos y con los planes misioneros de Gardiner.
Su hijo también fue muerto por los indígenas.
Gardiner organizó la Sociedad
Misionera de la Patagonia, llamada más tarde Sociedad Misionera Sud Americana.
·
El tercer pionero fue el norteamericano David Trumbull, quien llegó a Chile en
1845 enviado por la Sociedad de Amigos del Marinero y por la Unión Evangélica
Foránea de Nueva York. Fue el verdadero fundador de la obra protestante chilena
en lengua castellana. La primera iglesia protestante de habla castellana en
Chile quedó fundada en 1868.
·
El cuarto pionero fue el Dr. Roberto Kalley, médico escocés. Llegó a Brasil junto a su
esposa en 1855, sin depender de ninguna junta misionera. Era presbiteriano de
origen, se había casado en segundas nupcias con una joven darbista (hermanos
libres), mientras que la comunidad por él constituida en 1858, con el nombre de
Iglesia Evangélica Fluminense (Río de Janeiro), adoptó un sistema eclesiástico
congregacionalista, con la peculiaridad de no aceptar el bautismo infantil.
Kalley fue el precursor del misionero evangelizador que procura llevar el
mensaje a los nacionales por sobre todas las cosas
·
Otro pionero digno de mención es Guillermo Payne, quien fue el primer misionero en establecerse con
su familia en Bolivia, con las claras intenciones de fundar iglesias. La
violenta oposición clerical casi lo transforma en el segundo mártir protestante
en Bolivia. Payne jugó una influencia fundamental para que el Congreso
Boliviano decretara la libertad religiosa. Sus días terminaron en 1924 en Santa
Cruz, sin haber dejado muchos resultados tangibles de su tarea, pero sí con
éxito como preparador del terreno.
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