Es cruel y maligno que alguien ose abusar sexualmente de cualquier prójimo, pero todavía es más que maligno el abusar sexualmente de un niño inocente.
Dios ha de condenar a los que tal cosa hagan. Los niños son para ser bendecidos no para dañarlos y aquí tenemos el ejemplo de Jesús.
“Y le presentaban niños para que los tocase; y los discípulos reprendían a los que los presentaban.
Viéndolo Jesús, se indignó, y les dijo: Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios.
De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.
Y tomándolos en los brazos, poniendo las manos sobre ellos, los bendecía”.
Marcos 3:13-16
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