UNIDOS x AMOR I
Colosenses 3:14
“Y sobre todas estas cosas
vestíos de amor, que es el vínculo perfecto”.
Decidir estar juntos sin disfrutar de la unidad, sólo por no estar dispuesto
a buscar soluciones, es un acto de necedad, o tal vez no tienen conocimiento, o
las herramientas para lograrlo, o sencillamente no tienen la capacidad.
Algunas personas optan por una opción diferente, pero no mejor que la
anterior. Estas personas consideran que las diferencias son demasiado grandes
como para poder vivir una vida normal, pero no tan grandes como para terminar
completamente la relación matrimonial. Ellos deciden seguir viviendo juntos,
pero cada uno hace sus decisiones y elige sus actividades.
Generalmente, cuando son matrimonios con hijos, los padres se resisten a
dejar en ellos las marcas de un divorcio. Los cónyuges no soportan sus
diferencias, siguen juntos, aunque lo hacen exclusivamente por los niños y
tratan de buscar alguna forma de matrimonio que les proporcione a los hijos una
buena imagen, pero en la práctica no existe ese matrimonio normal.
Incluso, pueden dormir en la misma cama y de vez en cuando, si la necesidad
apremia, tener una relación corporal que culminará con un hombre satisfecho
físicamente, una mujer que una vez más se siente como un objeto y que
generalmente aparentará satisfacción sexual, pero en realidad es un acto que
odia cada vez con mayor intensidad.
En esta opción, los cónyuges viven como un matrimonio normal, pero buscan
la mayor independencia posible. Estas parejas deciden manejar sus asuntos
económicos en forma independiente y unen sus intereses sólo en lo que es
indispensable. Incluso, las amistades comienzan a ser diferentes y los cónyuges
comienzan a frecuentar lugares distintos.
Cuando hablamos de un matrimonio así evidentemente estamos frente a una
pareja que viven juntos pero el amor no es el vínculo que los une. La Palabra
de Dios nos muestra la solución para vivir Unidos x Amor.
I.
VOLVAMOS A LA
PALABRA DE DIOS
II.
EL AMOR NO ES
FÁCIL Y SENCILLO
III.
EL AMOR ES UNA
DECISIÓN
I. VOLVAMOS A LA PALABRA DE DIOS
(Col. 3:14)
A.
APRENDAMOS
SOBRE EL AMOR
1.
Tal vez no haya pensado de esta manera, pero
toda la Biblia es una historia de amor de la cual podemos aprender: la historia
del infalible amor de Dios a favor de la raza humana, la que frecuentemente no
merece ser amada. Ese amor es un amor que busca con afán el bien de aquellos a
quienes ama.
2.
A través de la Biblia vemos que Dios está
buscando, alimentando, cuidando, haciendo lo mejor a favor de los que ama,
siempre procurando atraer hacia Él a hombres, mujeres y niños a quienes les
demuestra que su amor es eterno. Jeremías 31:3 así lo muestra al decir: “Jehová
se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado;
por tanto, te prolongué mi misericordia.”
3.
En múltiples pasajes del Antiguo y Nuevo
Testamento encontramos la aplicación de este tipo de amor en el Matrimonio. En
el Antiguo Testamento se presenta a Dios como el esposo de Israel donde el
esposo amante está determinado a ganar a su esposa para que ella vuelva, a
pesar de su pasado y en el Nuevo, se presenta a un esposo que entrega su vida
para mostrar a su esposa que su amor no tiene límites.
B.
AMEMOS
A LA MANERA DE DIOS
1.
Si
tuviéramos que resumir todo lo que podemos aprender acerca del amor a través del ejemplo dado en la Palabra tenemos
que definir el amor como: “Amar es hacer
siempre lo mejor a favor del que es el objeto de nuestro amor”. Esto es lo
que el amor es y lo que hace, y no hay nada misterioso en ello.
2.
Si pudiéramos
en algún momento dejar atrás nuestro egoísmo y nuestros propios deseos pecaminosos
estaríamos en la capacidad de darnos cuenta de que la clave para amar como Dios
ama es reconocer el valor único que tiene nuestro cónyuge lo cual nos llevará a
vivir afirmando esa decisión.
3.
No estamos
diciendo que su cónyuge es perfecto o que es un monumento de virtudes, pero si
amamos a la manera de Dios entenderemos que Dios está mostrando su amor a un
pueblo rebelde y contradictor y su hijo fue entregado por una iglesia imperfecta
pero la qué Él eligió amar.
C.
IMITEMOS
EL MODELO BÍBLICO SOBRE EL AMOR
1.
Si
observamos analíticamente la vida diaria del Señor Jesucristo, podremos verlo
desplegando el amor perfecto en toda situación. Podremos aprender por su
ejemplo. En Efesios 5, hallamos una descripción de las maneras cómo Jesucristo
muestra su amor hacia la iglesia, y tales maneras se nos presentan como un
perfecto modelo para el amor matrimonial incondicional.
2.
En 1
Corintios 13 se nos muestra la naturaleza del amor con descripciones
específicas sobre cómo se comporta el amor, especialmente cuando es sometido a
prueba. Aprendemos que el amor real es siempre una elección respaldada por la
acción. El amor es racional, no irracional por tanto puedo entenderlo y crecer
en su comprensión durante toda mi vida si soy capaz de decidirlo.
3.
Es una
realidad que no necesitamos estar mal informados con respecto al amor porque
podemos aprender acerca de él por medio de la Palabra de Dios, la única fuente
exacta de información sobre el tema. En ella podemos aprender lo que es y lo
que hace el amor. Entendiendo igualmente que el amor es el vínculo perfecto
para construir nuestra relación matrimonial ya que tenemos de nuestra parte las
Sagradas Escrituras y el Dios que la reveló.
II. EL AMOR NO ES FÁCIL Y SENCILLO
(Col. 3:14)
A.
EL
AMOR ES UN ARTE
1.
Es una realidad que el amor es un arte que
tenemos que querer aprender y al cual tenemos que dedicar toda una vida, lo
cual nos deja dicho que podemos aprender amar. Este
principio corrige un concepto equivocado sobre el amor qué prevalece
principalmente entre los adolescentes que piensan que el amor es lo más simple
del mundo y que no requiere ningún tipo de esfuerzo.
2.
La realidad es que este pensamiento errado
que desarrollamos erróneamente en la adolescencia contradice el hecho del amor
real y perdurable ya que aprendemos en el transcurrir del tiempo y por la
Biblia que el amor verdadero y sacrificial es costoso y exige mucho al
verdadero amante.
3.
Se ha dicho que el amor es un arte que debe
aprenderse y una disciplina que tiene que cultivarse y mantenerse. Si estamos
dispuesto a dominar el arte de amar y deseamos obtener las recompensas de una
vida matrimonial felicísima, tendremos que aprender los principios para
construir el amor en nuestra relación
matrimonial y deberemos aprender a practicarlo toda la vida.
B.
EL
AMOR COMO ARTE DEBE PRACTICARSE
1.
El amor es un poder activo que debemos
practicar controlando nuestra propia voluntad y llevándonos a entender que no
somos esclavos impotentes de él y que por tanto nos da la capacidad de decidir
cómo y a quién amar.
2.
Esta realidad es una antítesis de aquellos
que definen el amor como un sentimiento incontrolable que viene y va como un
gorrión perdido, que aterriza donde nadie lo quiere, y despega cuando su estado
de ánimo se lo indica.
3.
Está claro que el amor es un poder que
heredamos de Dios y que ha sido derramado ampliamente en nuestros corazones
dándonos la capacidad de decidir amar inteligentemente con la bendición de
poder restaurar aún el amor en nuestro matrimonio y negarnos a ser esclavos de
emociones pasajeras y pecaminosas.
C.
EL
AMOR PRODUCE AMOR
1.
El amor como acción producirá amor cuando
aprendamos a amar como Dios nos ama, dándonos a los demás sin esperar
absolutamente nada. Una persona que vive esperando que la amen sin dar amor
nunca será satisfecha.
2.
La Palabra de Dios nos muestra cuál es el
secreto de que una persona pueda ser amada y le resulte atractiva a su cónyuge
y el secreto envuelve aprender a dar amor, en vez de esforzarse por atraerlo
hacia sí.
3.
Tenemos que aprender a dar amor en el sentido
bíblico, dar el amor que realmente satisfará las necesidades y deseos de
nuestro cónyuge ya que esta es la manera de cómo Dios nos enseña a amar sabia y
realmente. Dar amor produce amor.
III. EL AMOR ES
UNA DECISIÓN
(Col. 3:14)
A.
UNA
DECISIÓN MENTAL
1.
Es claro que la Biblia nos muestra que el ser
humano fue creado para amar, de hecho tanto mi esposa como yo, al igual que
nuestros hijos fuimos creados para amar y para sentirnos amados y esto
significa que el honrarnos debe convertirse en una actividad de todos los días
en nuestras vidas.
2.
La Palabra de Dios nos muestra que es una decisión
del corazón, del alma y de la mente el amar a Dios. El mismo Jesús dice en
Mateo 22:37 - “Jesús le dijo: Amarás al Señor
tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente”.
3.
El mismo texto que nos ocupa en este mensaje nos
dice: “Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo
perfecto”. Si analizamos lo que dice el apóstol Pablo entenderemos
que es una acción mental la que va a mover nuestra voluntad para amarnos con el
amor de Dios y preservarnos en unidad tomando ese amor como el vínculo perfecto
que me une a mi con mi esposa hasta que la muerte nos separe.
B.
LA
MENTE MUEVE LA VOLUNTAD
1.
Como hemos visto, la mente es poderosa y es la que
va a mover la voluntad de cada uno para ejercer el amor conforme a la voluntad
de Dios. En 2 Corintios 10:3-6 se nos dice: “10:3 Pues aunque andamos en la carne, no militamos
según la carne; 10:4 porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, 10:5 derribando argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo, 10:6 y estando prontos para castigar toda
desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.”
2.
Cuando estudiamos pasajes como estos, es que
descubrimos el proceso bíblico que tenemos que adoptar para poder llegar a amar
como Dios quiere que nos amemos y podamos estar unidos x amor y no juntos sin
estar unidos. Aunque el apóstol Pablo está hablando aquí en defensa de su
ministerio, nos da la clave para poder lograr que nuestra mente doblegue
nuestra voluntad y podamos amar correctamente.
3.
Está claro entonces que debemos estar convencidos
de tres cosas:
a. Considerar que las armas de Dios son
poderosas - “10:4… porque las armas de nuestra milicia no son
carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas.”
b. Dos acciones son imprescindibles - “10:5… derribando argumentos y toda
altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios, y llevando cautivo todo
pensamiento a la obediencia a Cristo.”
c. Hay que castigar los deseos de la
carne con toda diligencia porque al ñoño se lo lleva el diablo - “10:6… y estando prontos para castigar
toda desobediencia, cuando vuestra obediencia sea perfecta.”
C.
EL
QUE TIENE LA MENTE DE CRISTO ES PODEROSO
1.
Es una realidad que practicar el amor y vivir
unidos por ese vínculo perfecto, no es fácil. Muchas parejas hacen intentos de
acercamiento que son inmediatamente frenados si descubren que su cónyuge puede
pensar que está mostrando una imagen de debilidad.
2.
Ambos desearían volver a ser un matrimonio normal,
pero el temor a ser abusado y el orgullo por no demostrar que está cediendo son
una buena combinación de impedimentos de la restauración de la relación
conyugal y del acercamiento a esa unidad que Dios demanda.
3.
Poco a poco la pareja va perdiendo las cosas que
tenían en común. Ya no hay preguntas acerca de lo que hicieron durante el día,
ni acerca de adónde fueron, aunque se molestarán grandemente si llegan a
enterarse de que el cónyuge está haciendo algo que considera inadecuado. Pero
si ambos optan por doblegar su mente y buscan tener la mente de Cristo, la
victoria no se hará esperar.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Si tomamos en cuenta estos
principios como Dios lo quiere, veremos como la felicidad dominará nuestra
relación, felicidad como la que sentimos cuando pensamos en nuestra salvación, ya
que la misma Palabra nos declara que esta relación amorosa tan profunda, pura e
íntima, que Dios ha diseñado está modelada en conformidad con la relación de
Cristo y su iglesia (Ef. 5:31, 32).
Este es el fundamento para el
matrimonio verdadero conforme a Dios, que está lleno del amor de Cristo, el
cual nunca dejará de ser, y el cual conforme a nuestra obediencia será el firme
fundamento sobre el cual podremos edificar con seguridad nuestro matrimonio que
llegará amándose hasta el fin.
UNIDOS x AMOR II
Colosenses 3:12-14
“3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que
es el vínculo perfecto”.
Lo más importante en la vida matrimonial es entender que en el amor no hay
barreras que no puedan ser quitadas, saltadas o superadas con el propósito de
que el amor que nos une prime ante toda adversidad. En esta oportunidad
tomaremos conciencia de la importancia de fortalecer nuestra relación sobre la
base del amor de Dios, tomando como ilustración lo que dijo el Señor Jesucristo
al terminar el Sermón del Monte acerca de la fortaleza de nuestra fe, cuando
dice en la parábola de los cimientos de Mateo 7:24-27 lo siguiente: “7:24 Cualquiera, pues, que me
oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó
su casa sobre la roca. 7:25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba
fundada sobre la roca.
7:26 Pero cualquiera que me oye
estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó
su casa sobre la arena; 7:27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y
soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande
su ruina”. Está claro que si nosotros
como pareja no entendemos que nuestro vínculo perfecto tiene que ser el amor de
Dios y que debemos trabajar para que ese vínculo sea tan fuerte y sólido que
forme en nosotros una unidad indestructible, nuestro futuro será sombrío y
nuestra unidad matrimonial será una utopía.
Cada matrimonio que está o desee estar Unidos x Amor tiene que convencerse
que las pruebas siempre van a estar ahí, que las tribulaciones van a ser
multicolores, que las dificultades y las barreras va a tratar de desunirnos,
pero que mientras más fortalecido sea el vínculo que nos une (en nuestro caso el amor de Dios) esas
pruebas servirán para fortalecernos y no para destruirnos. Recordemos que “Dios es nuestro amparo y
nuestra fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.” - Salmos 46:1. Es importante entender la clave para esa
vivencia a pesar de las barreras. Tres aspectos debemos considerar:
I.
DECIDIR
PERDONAR
II.
CAMBIAR LA
CONDUCTA
III.
RENOVAR LA
MENTE
I. DECIDIR PERDONAR
(Col. 3:12-14)
A.
POR
QUÉ ESTAR EN GUERRA
1.
Si pensamos bien, no tendremos explicación
cuando vemos que como matrimonio estamos en guerra. Se dice que un general de
los EUA hizo la siguiente observación profunda con respecto a la guerra: “La única manera de ganar una guerra
consiste en prevenirla”.
2.
Sabiendo esto, vemos que muchos matrimonios
se amenazan continuamente como enemigos, en otros las hostilidades existen por
debajo de la superficie, igualmente reales aunque semi-escondidas pero que con
el tiempo resultan igualmente mortales a menos que se reconozcan y pongan freno
a tiempo.
3.
Debemos de saber que nunca podremos
experimentar el gozo incomparable que emana de una pareja que se ama mutuamente
con la plenitud del amor incondicional (ágape), el romance, el don de
pertenecer, la estima amistosa y la satisfacción física, que son los
ingredientes que se combinan para vivir rodeados de una intimidad maravillosa y
perdurable.
B.
LA
CAPACIDAD DE ACEPTAR NUESTRAS FALLAS
1.
Sabemos
que todos tenemos un pasado y todos estamos marcados por las consecuencias de
nuestros pecados. Si aceptamos esta declaración estaremos dando el primer paso
para salvar las barreras que nos impiden perdonar cuando somos ofendidos por
nuestro cónyuge.
2.
Por el
contrario, si decidimos aferrarnos a nuestros malos sentimientos, éstos se
meterán en nuestra relación matrimonial y al mismo tiempo infligirán una
pérdida a nuestra salud física y a nuestro bienestar emocional.
3.
Es penoso
saber que como seres normales deseamos una vida saludable, felicidad y amor en
nuestra vida matrimonial pero nunca aprendemos a manejar nuestro pasado, ni
nuestras actitudes negativas, negándonos a hacer frente a nuestros resentimientos y a esa ira escondida que
nos lleva a reflejarla en aquellos que deseamos amar y por el contrario
terminamos matándolos.
C.
EL
PERDÓN ES FUNDAMENTAL
1.
Cuando a
una persona se le dice que debe perdonar, generalmente presentan dos objeciones
principales.
a. No puedo sentir perdón para mi esposo después de lo
que hizo.
b. Me gustaría perdonar a mi esposa, pero no puedo
cambiar mi manera de sentir. No puedo cambiar el pasado.
Cuando una persona reacciona así está confesando que
se halla en un estado de esclavitud y evidentemente declara que no ha conocido
la verdad de Dios.
2.
Cuando una
persona conoce a Cristo no se concentra en sus sentimientos sino en las
acciones indicadas en la Palabra de Dios. El apóstol Pablo nos de este consejo
en Colosenses 3:12-13 cuando dice: “3:12 Vestíos,
pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de
benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros.”
3.
Esta
acción demandada en la Palabra de Dios se puede definir como: “Usar la libre voluntad para tomar la
decisión de perdonar.” Cuando logramos esta capacidad dejaremos atrás la
miseria de un espíritu no perdonador que mantiene nuestra vida lisiada,
afligida y airada, creando raíces de amargura (He. 12:13-15) que al único que
dañan es a aquel que no quiere perdonar.
4.
La palabra
“amargura” se traduce del término
griego pikrias que da la idea de
cortar, agujerear, punzar y penetrar. Comunica vívidamente las sensaciones de
la tortura, y eso es lo que hacemos con nosotros mismos y le hacemos a nuestros
seres amados cuando nos negamos a perdonar a nuestros cónyuges.
II. CAMBIAR LA
CONDUCTA
(Col. 3:12-14)
A.
PASOS
HACIA LA OBEDIENCIA
1.
Para poder decir que estamos Unidos x Amor
tenemos que poner en práctica lo que acabamos de describir en nuestro punto
anterior. Es en Efesios 4:31-32 donde la Palabra nos dice: “4:31
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia.
4:32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros,
como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
2.
Está claro que ahora estamos hablando a
creyentes que han sido perdonados y que han vivido la bienaventuranza del
perdón de la cual habla el Rey David en Salmos 32:1 cuando expresa: “Bienaventurado
aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y cubierto su pecado”.
3.
Es una realidad que el tema del perdón tiene
dos caras; “el que pide perdón y el que
concede el perdón”. El Señor Jesucristo dijo en Lucas 17:3-4 lo siguiente: “17:3
Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si
se arrepintiere, perdónale.
17:4
Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti,
diciendo: Me arrepiento; perdónale”.
B.
EL
OBEDECER AGRADA A DIOS
1.
No hay actitud que Dios bendiga más que la de
un corazón obediente y sumiso. Podemos recordar las Palabras de Dios cuando le
dijo al Rey Saúl en 1 Samuel 15:22-23 por medio del profeta: “15:22
Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en
que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que
los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. 15:23
Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la
obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha
desechado para que no seas rey.”
2.
Está claro que tanto el que peca debe pedir
perdón arrepentido, como el que debe perdonar debe hacerlo conforme a la
demanda de Dios evitando así crear raíces de amargura que atormenten su corazón
y halle la libertad que Cristo da a todo aquel que pone por obra su Palabra.
3.
Dios espera que todo aquel que ha sido
redimido del pecado a través del perdón sepa perdonar con la misma benignidad
con que Él nos perdonó, dándonos una muestra de lo que significa amar
sacrificialmente. Esa es la clave de la unidad de un matrimonio Unido x Amor.
C.
EL
OBEDECER A DIOS ES HACER LO CORRECTO
1.
Esta
acción demandada en la Palabra de Dios se puede definir como: “Comportarse
deliberadamente en la manera correcta que el Señor indica en Su Palabra.” Es
por tanto que podemos decir que la esencia del tratamiento bondadoso y amoroso
para nuestro cónyuge consiste en tratarlo como a nosotros nos gustaría que nos
trataran.
2.
Es triste oír a hombres decir: “Si yo soy infiel, que me perdone mi mujer”
pero “Si mi mujer me es infiel, la mato”. Sepamos que la bondad, expresada
en relación con el mal que nos haya hecho nuestro cónyuge, ciertamente incluirá
estas pruebas de perdón.
3.
Esto implica que nunca más usaremos lo pasado
con contra de nuestro cónyuge. Que nunca volveremos a hablar acerca de ese
tema, ni entre nosotros, ni con otras personas. Que llevaremos todo pensamiento
al respecto, a la obediencia a Cristo pensando en lo que dice Efesios 4:32 y que
citamos anteriormente: “Antes sed benignos unos con otros,
misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a
vosotros en Cristo.”
III. RENOVAR LA MENTE
(Col. 3:12-14)
A.
ES
TIEMPO DE OLVIDAR EL PASADO
1.
La Palabra de Dios nos dice Isaías 43:25 que
cuando somos perdonados Dios olvida todos nuestros pecados: “43:25
Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de mí mismo, y no me acordaré
de tus pecados.” Cuando hacemos con nuestro cónyuge lo que
Dios hace con nosotros, entonces estaremos camino a lograr estar Unidos x Amor.
Sepamos que esto es posible cuando permitamos que Dios haga su parte en renovar
su mente a través de su Palabra.
2.
Cuando reemplazamos las actitudes negativas y
vengativas para con nuestro cónyuge y la sustituyamos por las positivas, dígase
un corazón perdonador y benigno que solo Dios puede proveernos entonces
podremos decir que estamos caminando hacia la bendición y edificación de una
relación matrimonial basada en el verdadero amor, el de Dios.
3.
La Biblia nos dice una y otra vez que somos hechos
a la imagen de Dios y que debemos imitar a Dios y que aún más somos
predestinados para que seamos hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que
él sea el primogénito entre muchos hermanos - Romanos 8:29.
B.
ES
TIEMPO DE IMITAR A DIOS
1.
Los cristianos tenemos que tener la mente de
Cristo y esto nos deja dicho que nuestro lema ante cualquier problemática con
nuestro cónyuge debe ser esgrimido en amor y decirnos como dijo Dios: “…
por amor de mí mismo, y no me acordaré de tus pecados.”
2.
Según el principio bíblico, la firmeza del amor
del Señor nunca cesa ni nunca cambia. Sus misericordias nunca tienen fin. Son
nuevas cada mañana. Y aún más ¡Su fidelidad es Grande! Lamentaciones 3:22-23.
Al ver el actuar de Dios nuestra mente debe caminar hacia ese patrón de vida y
debe procurar ser renovada.
3.
Esto solamente lo podemos lograr aplicando el
principio de consagración del cual nos habla el apóstol Pablo en Romanos 12:1-2
al decir: “12:1 Así que, hermanos, os ruego por
las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo,
santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
12:2 No os conforméis a este siglo, sino
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis
cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
C.
ES
TIEMPO DE PENSAR DE OTRA MANERA
1.
Ante todo lo que hemos dicho alguno se preguntará
¿qué debo hacer respecto a las actitudes negativas de mi cónyuge en contra de
buscar estar Unidos x Amor?
a. Tome la iniciativa y busque el
perdón de su cónyuge.
b. Deje de hacer aquello que produjo
el sentimiento de indiferencia entre ambos.
c. Muestre, mediante palabras,
acciones y actitudes que está consciente de que ha obrado mal y que le gustaría
cambiar.
d. Nuca use la conjunción condicional “SÍ”, cuando hable con su cónyuge del
perdón. Admita simplemente que ha hecho mal, y pida perdón. Esto significa
mucho más que decir: “Si te he ofendido
en alguna manera, lo siento”.
e. Nunca trate de hacer culpable a su
cónyuge de su propio pecado, eso será una de las peores cosas que podrá hacer
para restaurar el amor en su vida matrimonial.
2.
Si después de todo esto, nuestro cónyuge no
responde inmediatamente, continuemos demostrándole, mediante una constante
conducta amorosa, que lo hemos perdonado, y que hemos hecho la promesa de
amarle por el resto de la vida. Recordemos que el perdón puede comenzar como
una acción unilateral. Demos el primer paso y pensemos en lo que Dios hizo para
reconciliarnos con Él.
3.
Cuando comencemos a pensar de esta manera entonces
podremos decir que estamos pensando como Dios piensa y que nuestra mente está
siendo renovada en el poder de su Espíritu.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
A veces nos podemos encontrar
con una situación que nos parece irreconciliable, dígase con un adulterio o
algo que marque poderosamente nuestra vida matrimonial. Sepa que todavía, en la
peor de las situaciones, Dios está ahí para sanar esa relación afectada y
estará más que dispuesto a renovar ese amor que fue lacerado, porque el ideal
de Dios es que estemos Unidos x Amor.
UNIDOS x AMOR III
Colosenses 3:12-14
“3:12 Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable
misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; 3:13 soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno
tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también
hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que
es el vínculo perfecto”.
Hablar de amor no es hablar de cualquier cosa. Cuando un cristiano habla de
amor tiene que entender siempre, que está hablando del amor sacrificial o
abnegado y no de un mero sentimiento que va y viene de forma interrumpida o
según la inspiración de uno de los cónyuges.
Dios ha provisto una notable solución para todos aquellos matrimonios que
desean estar Unidos x Amor durante toda su vida: Él provee una clase de amor
que no está dirigido ni alimentado por las emociones, sino por la voluntad. De
su propia naturaleza poderosa, Dios provee las fuentes de este amor, y están a
la disposición de cualquier vida que esté conectada con la de Él por la fe en
Jesucristo.
Sepamos que ningún seminario, libro o conferencia que trate sobre la vida de
amor del esposo y su esposa puede estar completo sin tener en consideración el
amor desinteresado (ágape). Aún en
los mejores matrimonios se manifiestan rasgos que no son dignos de amor en
ambos cónyuges. En cada relación matrimonial, tarde o temprano, surge alguna
necesidad que sólo puede ser satisfecha mediante el amor incondicional.
Este amor es la respuesta para todas las heridas que se producen en el
matrimonio. Tiene la capacidad de persistir aun ante el rechazo y de continuar
cuando no hay respuesta en absoluto. Es el tipo de amor que puede saltar por
encima de los muros que detendrían a cualquier amor humano frio. Es el amor que
nunca se deja desviar por la conducta carente de amor y da con alegría al que
no merece, sin tomar en cuenta el precio a pagar. Sana y bendice de manera no
pretensiosa, práctica, pues siempre está envuelto en forma realista en los
detalles de la vida ordinaria.
Veamos aquí la manera de hacer que el amor desinteresado sea la fuerza
central de su vida matrimonial:
I.
DECIDA AMAR A
SU CÓNYUGE
II.
DELE LO MEJOR A
SU CÓNYUGE
III.
VIVA DANDO AMOR
INCONDICONAL A SU CÓNYUGE
I. DECIDA AMAR A SU CÓNYUGE
(Col. 3:12-14)
A.
OBSERVACIONES
SOBRE EL AMOR
1.
El amor incondicional es:
a.
Abnegado (ágape)
significa acción, y no sólo una actitud benigna.
b.
Significa participación, y no un cómodo
desapego de las necesidades de los demás.
c.
Significa amar incondicionalmente al que no
es amable, al que no lo merece, al que no responde.
d.
Significa entrega permanente al objeto del
amor.
e.
Significa una entrega constructiva y con
propósito que no se basa en un sentimiento ciego, sino en el conocimiento: el
conocimiento de lo mejor para el ser amado.
f.
Significa que su conducta muestre un interés
siempre presente por el bien supremo del ser amado.
g.
Es el principal medio y la mejor manera de
bendecir a su cónyuge.
2.
Ambos cónyuges experimentarán tremendos
beneficios cuando el amor incondicional llegue a ser parte de su unión
matrimonial.
a.
La imagen que su cónyuge tenga de sí mismo se
fortalecerá grandemente.
b.
Podrá ayudar a su cónyuge a sentirse seguro
en los períodos de severa tensión.
c.
En esta atmósfera de amor incambiable, los
dos pueden hallar la seguridad y la estabilidad que les ayudará a crecer y
llegar a ser los individuos que quieren ser.
d.
El amor incondicional hace que cada día sea
una experiencia más llevadera, aún en los días más difíciles.
e.
El amor incondicional quita el espíritu
defensivo de ambas partes de modo que ninguno sentirá la necesidad de
defenderse de algún ataque.
3.
Es una realidad que si deseamos amar con el
amor incondicional debemos estar preparados para amar así permanentemente, en
actitud, palabra y hecho. Sepamos que Dios nos creó, nos dio, además, la
maravillosa facultad de la mente para pensar y también las de las emociones
para sentir y además una voluntad libre para decidirlo.
B.
EVALÚA
LA CLASE DE AMOR CON QUE AMAS
1.
Es
importante que nos detengamos aquí y evaluemos nuestro propio enfoque del amor.
Podemos preguntarnos ¿En la actualidad nuestro amor es condicional o
incondicional?
2.
Es hora
que nos preguntemos además:
a. ¿El trato que doy a mi cónyuge se basa generalmente
en su conducta para conmigo?
b. ¿La actuación de mi cónyuge determina el grado de
amor que le brindo?
c. ¿Pienso que el amor debe manifestarse como una
recompensa de la buena conducta de mi cónyuge?
d. ¿Siento que mi cónyuge tiene que cambiar para que
pueda amarle más?
e. ¿Pienso que puedo mejorar la conducta de mi cónyuge
reteniéndole el amor que debo dispensarle?
f.
¿Reacciono
ante otras personas la mayor parte del tiempo por cosas que hace mi cónyuge?
3.
Si
contestaste si en todas o en algunas de estas preguntas, tienes que reconocer
que estás amando con un amor interesado y condicional. Podrás entender que todo
aquel que ama con ese tipo de amor nunca podrán ser libres porque siempre
estarán reaccionando a la luz del comportamiento del otro.
C.
DETERMINA
AMAR A TU CÓNYUGE A PESAR DE…
1.
De acuerdo
a nuestra actitud hacia el amor incondicional podremos determinar la felicidad
de nuestra vida matrimonial. Recordemos que este amor puede comenzar por una
sola persona. Puede comenzar contigo no importando lo que esté haciendo tu
cónyuge, es en esto que reside la clave de este amor.
2.
Lo que
estamos diciendo es que aceptar a nuestro cónyuge por medio del amor
incondicional descubriremos que es inmensamente más fácil solucionar cualquier
problema que tengamos. La aceptación tiene que otorgarse dentro de la
estructura de un compromiso permanente.
3.
Sepamos
que el compromiso total del amor abnegado llega a ser la roca fundamental de
nuestro matrimonio. Cuando expresemos este amor continuamente, tendremos
serenidad en el corazón, pues no estaremos reaccionando como una pelota de goma
ante todo lo que ocurra dentro de nuestra relación matrimonial.
II. DELE LO MEJOR A SU CÓNYUGE
(Col. 3:12-14)
A.
NO
SEAMOS IGNORANTES
1.
Cada persona que contrae matrimonio tiene que
tener conocimiento de lo que implica estar Unidos x Amor. La gran tragedia que
vive la institución del matrimonio hoy día, no sólo en el mundo sino dentro de
la iglesia, es algo descomunal y debemos achacarla a la ignorancia con que
entramos al matrimonio.
2.
Los creyentes estamos llamados a desarrollar
el conocimiento necesario a fin de que haga lo mejor para el ser que es objeto
de su amor. Debemos entender que el conocimiento es indispensable para el
ejercicio del amor abnegado e incondicional.
3.
¿Qué estamos diciendo? Lo que estamos
diciendo es que si vamos al matrimonio sin que nuestras acciones amorosas estén
guiadas por un conocimiento preciso de nuestro cónyuge, no daremos nunca en el
blanco y los problemas no se harán esperar.
B.
QUÉ
DEBEMOS CONOCER DE NUESTRO CÓNYUGE
1.
Es triste como hoy día las parejas pasan de
relación en relación y lo único que les interesa es saber cómo hacen el amor o
cómo se satisfacen sexualmente con gratificaciones egoístas que redundan en un
seguro fracaso.
2.
La Biblia nos muestra que cualquiera que
piensa casarse tiene que tener dos clases de conocimiento para poder subsistir
en una relación que diseñó Dios, porque es lamentable que siendo una
institución creada y documentada por Dios con un manual
tan extenso como es la Biblia pretendamos tener felicidad sin aplicar sus
principios.
3.
Estas dos clases de conocimiento son:
a.
El
conocimiento de los principios bíblicos.
Desde que una persona se convierte a Cristo y experimenta el amor de
Dios y decide casarse, al leer la Biblia entenderá que debe amar a su cónyuge
con el amor incondicional con que Cristo le amó a él, de lo contrario no es un
verdadero cristiano - Efesios 5:21-33.
b.
El
conocimiento íntimo y perceptivo de la singularidad de la persona con quien se
casa. Si no entendemos las necesidades y los deseos
sumamente especiales de nuestro cónyuge, no podremos satisfacerlo con el amor
desinteresado (ágape) - 1 Pedro
3:1-7.
C.
AME
A SU CÓNYUGE COMO ES
1.
Lo más terrible en un matrimonio son las
comparaciones o el decir “si tú fueras
como…” pero lo más importante si es apartar un tiempo juntos en amor para
hablar y conocer los sentimientos del uno y del otro. Es hora que podamos
decirle a nuestro cónyuge qué es exactamente lo que hace que nos haga sentir
amado o amada.
2.
Por otro lado, si ya estamos casados es tarde
para querer cambiar al otro sin darnos la oportunidad de aceptarlo como es
luego que hicimos un pacto de amor ante Dios. Recuerde que ningún tinte de
reproche por los errores pasados de su cónyuge hará crecer su amor por ti.
3.
Si ya estamos unidos y esa Unión es x Amor,
entonces dediquémonos a ver los aspectos positivos de nuestro cónyuge y no
estar anhelando aspectos que no lo adornan como persona porque esto le
desalentará para intentar mantener esa unidad en amor.
III. VIVA DANDO
AMOR INCONDICONAL A SU CÓNYUGE
(Col. 3:12-14)
A.
APLIQUE
TODO LO QUE SEPA ACERCA DE ESTE AMOR
1.
Para concluir debemos exhortar a aplicar en
nuestra relación todo lo que sabemos en cuanto a dar amor incondicional (ágape), entendiendo que debemos dedicar
nuestra vida a esa práctica. Estemos claros que desde que nos casamos somos una
sola carne con nuestro cónyuge y no nos pertenecemos.
2.
El apóstol
Pablo nos dice en 1 Corintios 7:3-5 lo siguiente con respecto a la verdad
expresada anteriormente, al decir: “7:3 El marido cumpla con la mujer el deber conyugal,
y asimismo la mujer con el marido.
7:4 La mujer no tiene potestad sobre
su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco tiene el marido potestad sobre su
propio cuerpo, sino la mujer.
7:5 No os neguéis el uno al otro, a no
ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la
oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de
vuestra incontinencia.
3.
Estas y muchas otras enseñanzas bíblicas nos dan
la directriz de hacia donde debemos dirigir nuestra vida conyugal. La Biblia
está llena de enseñanzas acerca de lo que necesitamos saber para obtener la
felicidad matrimonial y más que todo, nos muestra el mejor ejemplo de amor
escenificado en este mundo, el ejemplo de Jesucristo. El apóstol Pablo
testifica en Efesios 5:25-27 y 33 acerca de este poderoso ejemplo al decir: “5:25 Maridos, amad a vuestras mujeres,
así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 5:26 para santificarla, habiéndola
purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 5:27 a fin de presentársela a sí mismo,
una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino
que fuese santa y sin mancha.”
“5:33 Por lo demás, cada uno de vosotros
ame también a su mujer como a sí mismo; y la mujer respete a su marido.”
B.
EVITE
TODO LO QUE HUELA A EGOÍSMO
1.
Para por si alguno no lo sabe, cuando en un
matrimonio prima el egoísmo, que es el primer pecado que se cometió en medio
del primer matrimonio presidido por Dios mismo, entonces todo puede darse por
terminado.
2.
Los pastores que intentamos salvar matrimonios
luchamos cada día con creencias culturales y prácticas que dificultan nuestra
tarea. El repentino resurgimiento de divorcios durante los últimos años, ha
llevado a los cónyuges a vivir centrados en un egocentrismo fulminante del
matrimonio como tal. Es por esto que el único calificativo para alguien que no
quiera luchar por su matrimonio, es el de: “CERDO
EGOÍSTA”.
3.
El apóstol Pablo nos dice en Filipenses 2:3-4 lo
siguiente acerca de nuestra actitud conyugal: “2:3 Nada hagáis por contienda o por
vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como
superiores a él mismo; 2:4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada
cual también por lo de los otros.”
C.
MANTENGA
EL MISMO PENSAMIENTO QUE TUVO JESÚS
1.
Es una realidad que sin la ayuda de Dios no
podremos lograr todo lo que durante estas conferencias se ha dicho. Pero si
nosotros estamos inspirados y convencidos de que Dios tiene la razón y de que
en Él hay poder para lograr mantenernos Unidos x ese Amor que Él nos dio y nos
mostró a través de Jesucristo, entonces tenemos la victoria asegurada.
2.
El contexto posterior al pasaje citado en el punto
anterior nos dice lo que hizo Jesús para lograr la victoria y amarnos
incondicionalmente. Nuestro Señor Jesucristo dio ejemplo con su vida de que
esto es posible - Filipenses 2:5-11 nos dice: “2:5 Haya, pues, en vosotros este
sentir que hubo también en Cristo Jesús, 2:6 el cual, siendo en forma de Dios,
no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, 2:7 sino que se despojó a sí mismo,
tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; 2:8 y estando en la condición de
hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte
de cruz. 2:9 Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo,
y le dio un nombre que es sobre todo nombre, 2:10 para que en el nombre de Jesús se
doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de
la tierra; 2:11 y toda lengua confiese que Jesucristo es el
Señor, para gloria de Dios Padre.”
3.
La clave de todo es mantener este pensamiento y no
mirar lo malo o mala que es su cónyuge, sino lo que tú y yo podemos hacer para
amarlo como es. Es como alguien dijo a un joven enamorado antes de casarse: “Cuando te sientas enamorado mira todos los
defectos que tu pareja tenga, para que si decides casarte, ese mismo día te
saques los ojos para no verlos nunca más, sino por el contrario recordar
solamente las virtudes que la adornan.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Hemos llegado al final de
estas conferencias, rogamos a Dios que nos libre de ser unos cerdos egoístas y
aprendamos a amar sin esperar del otro nada, al tiempo que nos sacrifiquemos
por dar lo mejor de nosotros a esa pareja que fue provista por Dios para que
seamos felices.
Dios los bendiga a todos.
Bibliografía:
“El amor que no se Apaga” del Dr. Ed Wheat.
“Para Matrimonios con Amor” Aprendiendo a vivir con
nuestras diferencias… de David Hormachea.
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