“LISTA DE LOS PAPAS Y DEL PAPADO”
CAPITULO V
(Tercera Parte)
Escudo Papal Julio I (337-352)
5.I LOS
PAPAS DE LA CONTRA-REFORMA
Julio
III (1550-5).
Marcelo
II (1555).
Pablo
IV (1555-9),
estableció la Inquisición en Roma.
Pío
IV (1559-65).
Pío
V (1566-72).
Gregorio
III (1572-85),
celebró en una misa solemne, con acción de gracias y gozo, por la noticia de la
matanza de San Bartolomé. Incitó a Felipe II a la guerra contra Inglaterra.
Sixto
V (1585-90),
emitió una bula que declaraba definitiva su edición de la Vulgata. Tenía 2,000
errores.
Urbano VII (1590).
Gregorio XIV (1590-1).
Inocencio IX (1591).
Clemente
VIII (1592-1605).
León
XI (1605).
Paulo
V (1605-21).
Gregorio
XV (1621-3).
Urbano
VIII (1623-44),
con la ayuda de los jesuitas, exterminó el protestantismo en Bohemia.
5.2 PAPAS MODERNOS
Inocencio
X (1644-55).
Alejandro
VII (1655-67).
Clemente
IX (1667-9).
Clemente
X (1670-6).
Inocencio
XI (1676-89).
Alejandro
VIII (1689-91).
Inocencio
XII (1691-1700).
Clemente
XI (1700-21),
declaró que los reyes reinaban solamente por consentimiento suyo. Emitió una
bula contra la libre lectura de la Biblia.
Inocencio
XIII (1721-4).
Benedicto
XIII (1724-30).
Clemente
XII (1730-34).
Benedicto
XIV (1740-58).
Clemente
XIII (1758-69).
Clemente
XIV (1769-74),
abolió "para siempre" la sociedad de los Jesuitas.
Pío
VI (1775-99).
Pío
VII (1800-20),
restableció a los jesuitas mediante un decreto "que permanecerá por todo
tiempo inalterable e inviolable”. Cosa extraña, que un Papa
"infalible" restablezca lo que otro Papa "infalible" acaba
de abolir "para siempre”. Emitió una bula en que declara a las Sociedades
Bíblicas un "instrumento diabólico para socavar los cimientos de la
religión”.
León
XII (1821-9),
condenó toda libertad y tolerancia religiosa, las Sociedades Bíblicas y las
traducciones de la Biblia. Declaró que "toda persona separada de la
Iglesia Católica Romana, por más libre de culpa que sea su vida en otros
aspectos, por esta sola ofensa no tiene parte en la vida eterna”.
Pío
VIII (1829-30),
denunció la libertad de conciencia, las Sociedades Bíblicas y la masonería.
Gregorio
XVI (1831-46),
ardiente campeón de la infalibilidad papal, condenó las Sociedades Bíblicas
protestantes.
Pío
IX (1846-78),
perdió los Estados Papales. Decretó la infalibilidad papal; proclamó el derecho
de suprimir la herejía mediante la fuerza; condenó la separación del Estado y
de la Iglesia, y mandó que todo verdadero católico obedezca a la cabeza de
aquella iglesia antes que a los gobernantes civiles; denunció la libertad de
conciencia, de culto, de palabra y de expresión.
Decretó la Inmaculada Concepción y
deificó a María; estimuló la veneración supersticiosa de reliquias condenó las
Sociedades Bíblicas; declaró que el protestantismo "no es una forma de la
religión cristiana"; y que "todo dogma de la Iglesia Católica Romana
ha sido dictado por Cristo mediante sus virreyes de la tierra”.
5.3 LA
INFALIBILIDAD DEL PAPA
La idea de que el Papa fuera
infalible no halló expresión alguna en la literatura cristiana durante 600
años. Nació con la aparición de las falsas decretales, y creció con las
pretensiones papales durante las Cruzadas y en los conflictos entre Papas y
emperadores. Muchos Papas desde Inocencio III en adelante la propulsaron.
Pero los concilios de Pisa,
Constanza y Basilea decretaron expresamente que los Papas están sujetos a los
concilios. En 1854, Pío IX, "de su propia soberana autoridad, y sin la
cooperación de un concilio", proclamó la doctrina de la Inmaculada Concepción
de María, como especie de globo de ensayo del mundo católico romano en cuanto a
la autoridad papal.
Su acogida le animó a que convocara
el Concilio Vaticano (1870) con el propósito expreso de hacerse declarar
infalible; lo cual bajo el hábil manipuleo suyo, el concilio hizo. Dice el
decreto que es "divinamente revelado" que el Papa, cuando habla
"ex cátedra" es dotado de "infalibilidad en definir doctrinas de
fe y de moral," y que "tales definiciones son irreformables por sí
mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia". Así, pues, el Papa es
ahora "infalible," por cuanto el Concilio Vaticano, por mandato suyo,
votó que lo es. La Iglesia Oriental considera esto la blasfemia máxima del
Papado.
5.4 SU
PÉRDIDA DEL PODER TEMPORAL
Desde el año 754 los Papas habían
sido gobernadores civiles de un reinado llamado los "Estados
Papales", que incluía a gran parte de Italia, con Roma por capital. Muchos
de los Papas se habían ocupado más de ensanchar las fronteras, la riqueza y el
poderío de este reino, que del bienestar espiritual de la iglesia, y a menudo
usaban su lugar espiritual como cabeza de la iglesia para agrandar su poder
secular.
La corruptela papal era tan notoria
en su gobierno secular como en el gobierno eclesiástico. El desgobierno papal
de Roma era proverbial; oficiales venales, crímenes frecuentes, calles
malsanas, extorsión de las visitas, moneda falsificada, loterías. Pío IX,
gobernaba a Roma con la ayuda de 10,000 soldados franceses. Cuando estalló la
guerra entre Francia y Alemania en 1870, estas tropas fueron retiradas, y
Víctor Manuel, rey de Italia, tomó posesión de la ciudad y agregó los Estados
papales al reino de Italia.
El voto del pueblo para traspasar
la Roma papal al gobierno de Italia, fue de 133,648 contra 1,507. De esta
manera el Papa no solamente perdió su reino terrenal sino que él mismo vino a
ser súbdito de otro gobierno humillación profunda para aquél que reclama ser
gobernante de todos los reyes. Su poder temporal fue restablecido en miniatura
en 1920, por Mussolini y aunque la Ciudad del Vaticano abarca apenas unas 40
hectáreas, el Papa es soberano de ella y no sujeto a ninguna autoridad
terrestre.
5.5 PAPAS
DEL SIGLO XX
León XIII (1878-1903)
Reclamaba haber sido nombrado
cabeza de todo gobernante y ocupar el lugar de Dios Todopoderoso en la tierra.
Insistía en la infalibilidad papal; llamó a los protestantes "enemigos del
nombre de cristiano''; denunció el "americanismo"; llamó a la
masonería "fuente de todo mal"; proclamaba como único medio de
cooperación la sumisión absoluta al Pontífice romano.
Pío X (1903-14)
Benedicto XV (1914-22)
Pío XI (1922-39)
En 1928 reafirmó a la Iglesia
Católica Romana como única iglesia de Cristo, y declaró imposible la unión del
cristianismo salvo mediante la sumisión a Roma.
Pío XII (1939-1958)
Pablo
VI (1963-1978)
Juan Pablo I (1978-1978)
Juan Pablo II (1978 -2005)
Benedicto XVI (2005-¿?)
5.6 PARTICULARIDADES
DEL PAPADO
5.6.1
El papado es una institución
italiana.
Se levantó sobre las ruinas del
Imperio Romano, en el nombre de Cristo, pero ocupando el trono de los Césares;
revivificación de la imagen del Imperio Romano y que heredaba el espíritu del
mismo: "el espectro del Imperio Romano vuelto a la vida en el traje de
Cristianismo”. Los Papas han sido en su mayor parte italianos.
5.6.2 Métodos del Papado.
Escaló el poder mediante el
prestigio de Roma y el nombre de Cristo, y mediante sagaces alianzas políticas
(tales como con los Francos y con Carlomagno), el fraude (tal como las falsas
decretales) y la fuerza armada (sus ejércitos propios, y los de los reyes
sometidos a su dominio; y mediante la fuerza armada y el derramamiento de
sangre (tal como por la Inquisición) se ha mantenido en el poder.
5.6.3 Las Rentas Papales
Durante gran parte de su historia,
el Papado, mediante la venta de puestos eclesiásticos y su impúdico negocio de
indulgencias (venta de la "remisión de pecados mediante el dinero"),
ha tenido grandes rentas que le ha permitido mantener la corte más lujosa de
Europa, en el nombre del humilde Cristo.
5.6.4 Carácter
Personal de los Papas.
Algunos de los Papas han sido
hombres buenos, y algunos indeciblemente viles; la mayor parte de ellos, absortos
en la búsqueda del poder secular. Dios ha tenido santos suyos dentro de la
Iglesia Romana, pero la mayor parte de ellos han estado fuera del Vaticano. En
su mayor parte los "Vicarios de Cristo" han sido cualquier cosa menos
santos.
5.6.5 Las
Pretensiones Papales.
A pesar del carácter de la mayoría
de los Papas, de sus métodos y de la historia secular y sangrienta del Papado,
estos "Santos Padres" reclaman ser "vicarios de Cristo" e
"infalibles," y que ocupan en esta tierra el lugar de Dios
Todopoderoso y que la obediencia a ellos es necesaria para la salvación.
5.6.6
El Papado y la Biblia.
Justino Mártir, Jerónimo y
Crisóstomo (urgían la lectura de la Biblia. Agustín consideraba a los
traductores un medio bienaventurado de propagar la Palabra de Dios entre las
naciones. Gregorio I recomendó la lectura de la Biblia, sin imponerle
restricción alguna.
Pero los Papas posteriores
adoptaron una actitud diferente. Hildebrando mandó a los bohemios que no
leyesen la Biblia. Inocencio III prohibió que el pueblo leyese la Biblia en su
propio idioma (en latín, la Biblia era libro cerrado para las masas.) Gregorio
IX prohibió a los legos tener la Biblia, y suprimió las traducciones. Fueron
quemadas las traducciones existentes entre los albigenses y valdenses, lo mismo
que a sus poseedores. Pablo IV prohibió poseer traducciones de ella sin el
permiso de la Inquisición.
Los jesuitas indujeron a Clemente
XI a que condenara la lectura de la Biblia por los legos. León XII, Pío VIII,
Gregorio XVI y Pío IX, todos condenaron a las Sociedades Bíblicas. La
influencia papal excluye la Biblia de nuestras escuelas públicas. En los países
cató-licos la Biblia es un libro casi desconocido por lo menos hasta casi el
final del siglo XX.
5.6.7
El Papado y el Estado.
Hildebrando se llamaba a sí mismo
"Señor de reyes y príncipes”. Inocencio III se llamó "Soberano
supremo del mundo", y reclamaba tener el derecho de deponer a los reyes.
Pío IX condenó la separación de la Iglesia y el Estado, y mandó que todo
católico verdadero obedeciera a la cabeza de la Iglesia antes que a la
autoridad civil. León XIII reclamaba ser "cabeza de todo gobernante”.
En la coronación de los Papas, se
les pone sobre la cabeza la corona papal con las palabras, "Tú eres padre
de príncipes y reyes, soberano del mundo y vicario de Cristo”. La enseñanza
oficial de Roma es, que en caso de conflicto, los católicos deben obedecer al
Papa antes que a su patria.
5.6.8
El Papado y la Iglesia.
El Papado no es la iglesia sino una
máquina política que se apoderó del control de ella, y que arrogándose
prerrogativas, se interpuso entre Dios y Su pueblo. Su gran objetivo ha sido, y
es, mantener al pueblo en sujeción a si mismo.
5.6.9 El Papado y la
Tolerancia.
El Papa Clemente VIII declaró que
el Edicto de Tolerancia de Nantes, por el cual se concede a todos la libertad
de conciencia, es la cosa más maldita del mundo”. Inocencio X y sus sucesores
han condenado, rechazado, anulado y protestado de los artículos de tolerancia
del Tratado de Westfalia de 1648. León XII condenó la libertad religiosa, Pío
VIII denunció la libertad de conciencia.
Pío IX condenó expresamente la
tolerancia y la libertad religiosa. León XIII aprobó el decreto de Pío IX. Por
más que los sacerdotes romanos en los países protestantes clamen
"tolerancia," la ley oficial e "infalible" del sistema a
que pertenecen está en contra de ella. Los romanistas están a favor de la
tolerancia solamente en aquellos países en donde ellos formen minoría.
En los países católicos romanos la
tolerancia jamás se ha concedido, salvo bajo compulsión. El Papado ha combatido
la libertad religiosa a cada paso. Quieren la tolerancia para ellos mismos,
pero se niegan a concederla a otros cuando ellos están en el poder.
5.6.10 ¿Un Propósito Providencial del Papado?
Puede ser que dentro de la
providencia divina, el Papado haya servido durante la Edad Media algún fin de
salvar del caos a la Europa Occidental y en homogeneizar las civilizaciones
romana y alemana. Pero supongamos que la Iglesia nunca hubiese sido hecha una
institución del Estado, que hubiese evitado del todo la búsqueda del poder
secular, y se hubiese limitado exclusivamente a su política original de ganar
convertidos para Cristo y entrenarles en Sus caminos, entonces en lugar de
aquellas tinieblas de la Edad Media podría haber venido el milenio.
Esta historia del Papado se ha
escrito como telón de fondo de la Reforma, en la creencia de que necesitamos
familiarizarnos con él por qué del movimiento protestante y los cimientos
históricos de nuestra fe protestante. Algunas de las cosas que aquí se relatan
parecen increíbles. Parece inconcebible que los hombres tomaran la religión de
Cristo para convertirla en una inescrupulosa máquina política mediante la cual
escalar el poder mundano. Sin embargo toda afirmación que aquí se ha hecho
puede verificarse consultando obras más completas de Historia Eclesiástica.
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