EL PATRÓN DE DIOS PARA LAS RELACIONES
Efesios 5:18-21
Nadie necesita decirnos que nuestra generación puede estar presenciando la muerte del matrimonio y que está haciendo un intento de borrar la familia tal como la conocemos. Muchas cosas han contribuido a ese intento homicida contra la unidad básica de Dios para la sociedad:
LA INMORALIDAD.
EL ADULTERIO.
LA FORNICACIÓN.
LA HOMOSEXUALIDAD.
EL ABORTO.
LA ESTERILIZACIÓN INDISCRIMINADA.
LA PATERNIDAD IRRESPONSABLE.
LA LIBERACIÓN FEMENINA Y EL MACHISMO.
LA DELINCUENCIA JUVENIL.
EL CRIMEN.
LA REBELIÓN SEXUAL.
Todas estas cosas vienen a ser hebras de la soga que está estrangulando la familia. Con toda esta confusión, es tiempo de reiterar el patrón divino para la vida del matrimonio y de la familia; sólo Dios tiene el modelo perfecto que puede hacer que la familia y el matrimonio sean lo que deben ser si nosotros, como cristianos, lo seguimos.
I. LA BASE DE LA SATISFACCIÓN FAMILIAR
Efesios 5:18-20
A. LA PRESUPOSICIÓN - Efesios 5:18
1. Necesitamos conocer una presuposición básica: "para poder conocer el patrón divino que puede hacer que el matrimonio y la vida familiar tengan sentido, y para ofrecer un hogar que ofrezca seguridad uno tiene que ser cristiano". (Ver Éx. 20:12, 14; Dt. 22:22-30).
2. Si usted no es cristiano tiene poca esperanza de lograr ese hogar perfecto, y sólo aquellos que obedezcan a Dios en sus demandas podrán lograrlo (Jn. 14:23-26). Para lograr esto tenemos que poseer Su Espíritu (Ef. 5:18).
3. La familia está diseñada y creada por Dios mismo. Él fue quien nos creó, El inventó la familia y el matrimonio, y Él ha escrito un libro acerca de cómo esto debe funcionar. Él no obliga a nadie, pero sí presupone que sólo aquellos que son salvos podrán lograr la satisfacción en este diseño.
B. EL PODER - (Efesios 5:18)
1. Una cosa es poseer el Espíritu de Dios, ser un creyente, pero una segunda cosa necesaria e imprescindible para vivir de acuerdo a la ley moral, marital y familiar, es ser llenos del Espíritu de Dios.
2. Esto es dejarse controlar de una forma total por el Espíritu de Dios al cumplir sus demandas para mi vida personal, marital y familiar.
3. Pablo aquí nos enseña que no estamos llamados a perder el control con el vino y encontrar una falsa comunión, sino ser controlados por el Espíritu Santo, y a encontrar la verdadera comunión con la paz y el poder de Dios. Tenemos que estar constantemente controlados por el Espíritu, tal como lo indica el tiempo presente continuo (siempre vigente) en que está el verbo.
C. EL EFECTO - (5:19-20)
La llenura del Espíritu produce por lo menos tres resultados:
1. El primero está dirigido hacia nosotros.
"Hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones".
Esto produce:
· Paz interna.
· Contentamiento interno.
· Gozo interno.
2. El segundo está dirigido hacia Dios.
"Dando siempre gracias por todo, al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo," (v.20). El que está controlado no sólo canta para sí mismo, sino que le da gracias a Dios.
3. El tercer resultado está dirigido hacia otros.
"Y someteos unos a otros en el temor de Dios". Cuando una persona tiene reverencia y temor, y admira a Dios; y cuando realmente lo adora, esa persona se someterá a otros. La sumisión es vital para lograr una buena relación familiar y en todas las áreas (1 Co. 16:16; He. 13:17; 1 P. 2:13, 5:5. Contrastemos con Stg. 4:1).
II. EL CONCEPTO DE SUMISIÓN FAMILIAR
Efesios 5:21
A. EXPLICANDO LA SUMISIÓN
1. La palabra SOMETER – HUPOTASSO: HUPO = bajo, TASSO = poner en fila, estar en orden. Ser ordenado. Es ponerse ordenadamente bajo algo. En sentido militar: Tener un grado menor, ponerse bajo mando.
2. Esto implica que, como cristianos, tenemos que ponernos en un grado menor el uno con el otro.
3. También quiere decir que la mentalidad completa de la vida cristiana en relación uno para con el otro, debe ser de humildad y sumisión (Fil. 2:3).
B. EXAMINANDO LA SUMISIÓN
1. Podemos establecer categóricamente que todo creyente debe estar bajo sumisión aun incluyendo pastores. En término de estructura, la iglesia debe sujetarse a ellos (He. 13:17). En término de relaciones interpersonales debe haber sumisión mutua (Efe. 5:21).
2. Desde Efesios. 5:22 a 6:4 se establece el principio de la sujeción mutua, y se toma a la familia para ilustrarlo.
3. Esto nos deja dicho que si todos tenemos que someternos unos a otros en el temor de Dios, esta demanda no es sólo para las esposas, sino que de igual manera que ellas se someten al principio de autoridad, los demás miembros de la familia tienen que someterse en el cumplimiento de su labor.
· Esposos que amen (5:25-33; 1 Corintios 7:1-4).
· Hijos que obedecen (6:1-3; Col. 3:20).
§ Padres que críen y amonesten y que no aíren a sus hijos (6:4; Col. 3:21).
4. Hay una hermosa reciprocidad en el matrimonio y en la familia cristiana que no niega la necesidad de liderazgo, sino que reconoce la sumisión mutua que debe caracterizarle.
C. ILUSTRANDO LA SUMISIÓN
1. La Biblia establece un orden de autoridad y de sometimiento en la familia y lo ilustra con el sometimiento de Cristo a la voluntad de Dios (1 Co. 11:3).
2. ¿Quiere decir esto que Cristo es menor que Dios? NO, puesto que Juan mismo dijo:
"El verbo es Dios" (Juan 1:1).
"El que me ha visto a mí ha visto a mi Padre" (Juan 14:9).
"El Padre y yo uno somos" (Juan 10:30).
3. Lo que quiere significar 1 Co. 11:3 cuando dice que Dios es la cabeza de Cristo, es el grado de sometimiento a que Cristo fue sumiso cuando vino al mundo (Juan 4:34).
4. En su naturaleza y esencia, los miembros de la Trinidad son iguales, pero por diseño de Dios, sus funciones demandaron que el Hijo se sometiera al Padre en abnegada humillación (Fil. 2:5-11). Esta acción, lejos de hacer menor a Cristo, nos hace tener un concepto más alto y más hermoso de Él.
III. ESTADO DE EMERGENCIA EN LA FAMILIA DE HOY
A. LA FAMILIA ACTUAL
1. Podemos clasificar a la familia de hoy en un estado caótico y de tremenda anarquía. (Efesios 5:21 a 6:4) es un mensaje que debe ser oído hoy de manera especial.
2. Hoy día más del 50% de los matrimonios terminan en divorcio.
· Un altísimo índice de hijos sin hogares. (Hijos se divorcian de sus padres).
· El 30% de las parejas deciden no tener hijos.
· La infidelidad corre por doquier.
· Abortos se hacen más comunes y se aboga por su legalización.
· El sexo libre – es el apasionamiento de hoy.
3. Estas estadísticas han sumergido a la familia en la desintegración y ha convertido a los matrimonio en una institución de conveniencias. Creo que debemos volver al diseño de Dios. Es la única solución.
B. LA FAMILIA EN LA ÉPOCA DE PABLO
1. Los judíos en los tiempos de Pablo tenían un concepto muy distorsionado del matrimonios y de la mujer; de hecho, su oración matutina podría ser: "Dios, te doy gracias porque no soy gentil, un esclavo o una mujer". El divorcio hacía tiempo que era común y distorsionadas sus causas (Dt. 24:1).
· Un Rabí llamado Shammai estableció que el único fundamento para el divorcio era la impureza sexual.
· El Rabí Hillel enseñó que si la esposa echaba a perder la cena, era impura, y se podía repudiar.
· El Rabí Akiba insistió en que si el hombre hallaba una mujer más bonita que su esposa, su esposa venía a ser impura delante de sus ojos.
2. Los griegos eran aun peores, el divorcio no existía para ellos, pero sus placeres eran tenidos fuera de sus hogares. El orador ateniense Demóstenes dijo: "Tenemos cortesanas por causa del placer, tenemos concubinas por razón de la convivencia diaria, y tenemos esposas con el propósito de procrear hijos legítimos y para que sean guardianes fieles de los asuntos del hogar".
3. Para los romanos, el matrimonio fue sencillamente prostitución legalizada y se levantó entre ellos un movimiento de liberación femenina; las mujeres decidieron no tener hijos para no dañar sus cuerpos y poder hacer todo lo que el hombre hacía.
4. Vemos mujeres luchadoras libres, lanzadoras de dagas, etc. Se hicieron tan fuertes que gobernaron a sus maridos y pudieron llegar a tener hasta 23 matrimonios (pero todo era infelicidad). Esta es la razón por la cual Pablo escribe Efesios 5:22-33. Para la gente del tiempo del apóstol Pablo era algo nuevo, pero dinámico, capaz de llevarles al patrón de Dios y a la felicidad.
C. EL MATRIMONIO Y LA FAMILIA COMO LO DISEÑO DIOS
1. El Cantar de Salomón contiene un precioso cuadro de una relación matrimonial correcta. No se percibe una autoridad impuesta ni una sumisión patente. Todo lo que se ve es un precioso y tierno amor, con la autoridad y sumisión trabajando silenciosamente; sin necesidad de exigencias de derechos. Este libro describe las funciones del matrimonio, Cantares 2:3-16.
2. La Sulamita describe a su esposo como cabeza del hogar.
(v. 3) - Su protector.
(v. 4) - Su proveedor.
(v. 5) - Su sustentador.
(v. 6) - Su seguridad.
(vv. 10-15) - Su líder o iniciador.
Ella acepta sumisa su autoridad amante.
3. La Sulamita reconoce su falta de sumisión.
(v. 1) - El esposo volvió tarde a su casa.
(v. 2) - Ella no quiso abrirle.
(v. 3) - Ella vio como el intento entrar, pero no pudo y se fue.
(v. 4) - Ella se arrepiente de su falta de sumisión.
El asunto no es "Me sujetare porque tengo que sujetarme; sino porque anhelo sujetarme" - Cantares 3:1 a 5:2.
4. La Sulamita responde con admiración a la fuerza y al liderazgo de su esposo a través de sus ojos de amor.
(vv. 9-10) – Él es robusto y buenmozo.
(vv. 11-12) - Su piel es bronceada, y sus ojos suaves tiernos.
(v.13) - Hay color en sus mejillas, y sus labios son fragantes.
(vv. 14-15) - Sus manos son como de oro y su estomago y sus piernas son musculosas y fuertes.
(v.16) - Tiene carácter, cuando abre su boca no es insensato, ni rudo.
Se reconciliaron y mostraron su amor (Cant. 6-8).
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Necesitamos comprender lo que la Biblia dice sobre la familia y la relación matrimonial.
Dejamos claro que para comenzar tenemos que tomar 2 determinaciones:
1. Todos tenemos que someternos el uno al otro en una preciosa reciprocidad.
2. Funcionalmente, tiene que haber autoridad y sumisión.
Y recordemos:
Tendremos éxito, solamente cuando permitamos ser transformados por nuestro SEÑOR Jesucristo, y seamos controlados por el Espíritu Santo.
Debemos rendir nuestra voluntad a Él.
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