LOS MATRIMONIOS MIXTOS
Son muchas las veces que hemos oído de la intención de algunos creyentes para disolver aún aquellos matrimonios que están en Cristo de manera incompleta, deduciendo que uno de los creyentes no se ha convertido al Señor Jesucristo y, por tanto, debe ser desechado al punto de que la parte cristiana pueda quedar libre para casarse con otro u otra cristiana, con la excusa de que este matrimonio fue consumado antes de estar en Cristo y, por consiguiente, sin la bendición de Dios.
Para poder considerar este tema, tenemos que volver a nuestro primer estudio y dejar -como zapata- establecido que el matrimonio es una institución divina creada por Dios en el huerto del Edén, antes de que el pecado entrara en el mundo, provista para TODOS los hombres que bajo el cielo se unieran, cumpliendo los tres elementos básicos de unión.
1. Consentimiento mutuo y de los padres.
2. Aval público y contrato matrimonial.
3. Consumación física entre la pareja.
Ahora bien:
1 Corintios 7 nos da la respuesta de Dios al tema de los matrimonios mixtos, matrimonios donde uno de los cónyuges es cristiano y el otro no lo es.
I. UNIRSE EN YUGO DESIGUAL
II. LA DESOBEDIENCIA AL MANDAMIENTO
III. REGULANDO UN MATRIMONIO MIXTO
I. UNIRSE EN YUGO DESIGUAL
(2 Co. 6:14)
A. EL MATRIMONIO IMPLICA UN YUGO
1. Para muchos, esta palabra carece de significado por el simple hecho de que el matrimonio es sólo un juego más.
2. El yugo implica una unión inseparable que demanda sometimiento al deseo de la otra persona.
3. El yugo demanda, asimismo, obediencia al más fuerte y por tanto participación en lo que es su deseo.
B. DIOS Y EL MANDAMIENTO DE YUGO.
1. En Génesis 2:24, Dios demanda hacer un yugo enseñando que la pareja debe permanecer unida siempre en una relación íntima como la que Cristo tiene con Su iglesia.
2. Este mandamiento fue dado por Dios para TODOS los hombres, y por tanto, incluye a los matrimonios que son creyentes como también los que están formados por un creyente y un incrédulo.
3. Dios no concibe, como hemos establecido anteriormente, una unión que no implique una unión eterna.
C. LA PROHIBICIÓN AL YUGO DESIGUAL (2 Co. 6:14)
1. Dios prohíbe hasta a los animales que han de trabajar, el ser unido en yugo desigual (Dt. 22:10). Dios les demanda a sus hijos no unirse en yugo desigual con los incrédulos.
2. Por encima de este mandamiento permanece el primer mandamiento de "Lo que Dios unió no lo separe el hombre", y él dice: "El hombre dejará a su padre y su madre y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne".
3. Es por tanto, que aunque Dios recomienda no unirse en yugo desigual, está pre-establecido que aquellos que lo hagan por medio del matrimonio, quedan afectados por el primer mandamiento de permanecer unidos hasta la muerte; y para cuando venga a Cristo se ha declarado lo que veremos en 1 Corintios 7.
II. LA DESOBEDIENCIA AL MANDAMIENTO
A. LA DESOBEDIENCIA ANTES DE CRISTO
1. Generalmente hay una tendencia a justificar el deseo de divorcio o de separación tomando en cuenta el argumento de que esta unión fue antes de Cristo, pero sabemos y está establecido que la institución del matrimonio es para todos.
2. Cuando dos incrédulos se unen fuera de la voluntad de Dios, es una desobediencia a sus principios, pero esto no es culpa de Dios, puesto que Dios habló de antemano y aunque no sean cristianos, están unidos delante del Creador.
3. Dice Amós 3:3 "¿Andarán dos juntos, si no estuviesen de acuerdo?". Y sabemos que la respuesta obvia es NO.
B. LA DESOBEDIENCIA Y SUS CONSECUENCIAS AL VENIR A CRISTO.
1. No todos tenemos la bendición de conocer a Cristo al mismo instante por lo que al venir uno casado a Cristo, va a enfrentar las consecuencias de su desobediencia.
2. Este hermano o hermana recién convertida comenzará a enfrentar conflictos cuando dice:
"Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre, y madre, y mujer, e hijos y hermanos, y hermanas, aún también su propia vida, no puede ser mi discípulo".
3. Evidentemente que ya no estarán de acuerdo en todo y habrá conflicto.
C. LA OBEDIENCIA EN EL YUGO DESIGUAL.
1. La obediencia a Cristo cuando hay yugo desigual como demanda Romanos 12:1-2, serán incomprensibles para el incrédulo con que usted se haya unido y no obstante usted debe someterse.
2. La obediencia a Cristo traerá un conflicto natural en la pareja y la persona incrédula se convertirá en estorbo para que el creyente siga las cosas espirituales, las cuales al incrédulo no le importan en lo más mínimo.
3. Aun el conflicto se acrecentará más cuando el incrédulo exija al creyente participar en acciones pecaminosas; cuando él diga: "Para mí esto no es nada", sabiendo el creyente, que esto implica pecado.
Ciertamente habrá muchas lágrimas dentro de una pareja así.
Ahora bien, como decíamos anteriormente, por encima o primero que el mandamiento de 2 Corintios 6:14, está el mandamiento de Génesis 2:24 sobre la indisolubilidad del matrimonio, por tanto, veamos lo que Dios declara para regular estos casos.
Veamos:
III. REGULANDO UN MATRIMONIO MIXTO
(1 Co. 7 y 1 P. 3:1)
A. MANTENIENDO LA PERMANENCIA DEL MATRIMONIO.
(1 Co. 7:10-11)
1. Lo primero que vemos con respecto a este caso es que todo matrimonio de creyentes o incrédulos, y aun los mixtos luego de consumados deben permanecer unidos. (1 Cor. 7:12-13)
2. La razón de Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, es lograr la santificación de los incrédulos que al permitir la fe de su cónyuge irá afectando su conducta y aun tendrá oportunidad de venir a Cristo (1 Co. 7:16).
3. De esta manera entendemos que el creyente debe tomar una actitud bíblica y un testimonio fiel para lograr que su cónyuge crea en la obra de Cristo como dice 1ra. Pedro 3.
B. UNA SEPARACION INVOLUNTARIA.
1. Ahora Pablo regula aquellos casos en que el cónyuge incrédulo decide separarse del creyente (1 Co. 7:15).
2. Aquí vemos que el cónyuge si ha cumplido con la Palabra de Dios y aún así el incrédulo decide separarse por causa de LA FE (esté seguro que no es por su mal testimonio) el creyente debe dejarle el paso libre.
3. Este versículo de acuerdo al contexto no da lugar a un nuevo matrimonio, sino a libertad. (Note 1 Co. 7:39).
C. UNA REGULACIÓN FINAL PARA LOS QUE VIENEN A CRISTO CASADOS POR SEGUNDA VEZ O DIVORCIADOS.
2. En 1 Corintios 7:20 y 24, Pablo declara la actitud de un creyente genuino en el momento en que viene a Cristo. Momento que elige Dios y no el creyente. Esto tiene que estar claro.
3. Cada persona debe permanecer en el estado que ha sido llamado porque por algo Dios lo llamó así. Recordemos que el contexto de 1 Corintios 7:20 y 24 es la regulación de aquellos que han contraído matrimonio o han venido a Cristo separados.
4. Si está divorciado y vuelto a casar y viene a Cristo; mantenga su segundo o tercer matrimonio y cumpla con su responsabilidad de creyente especialmente de padre o madre, si ha tenido hijos en los matrimonios anteriores.
5. Si ha venido a Cristo divorciado y sin casar; trate de reconciliarse con su cónyuge, y si este se ha casado; tendrá la oportunidad, siempre que sea en Cristo, de volverse a casar, ya que su cónyuge rompió el pacto de matrimonio con usted el día que se casó con otra persona (Mt. 19:9).
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Amados hermanos y hermanas, sabemos que vivir tan íntimamente con un incrédulo no es fácil; pero recuerde que usted posee el Espíritu Santo que da la capacidad para soportar e impedir más prueba que la que usted puede resistir.
Ore y espere en Dios.
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