domingo, 17 de abril de 2011

VIDA DE FAMILIA XXVII

FORTALEZCAMOS A NUESTROS HIJOS CON RESPECTO A LA INSEGURIDAD
PRODUCIDA EN EL AMBIENTE HOGAREÑO

En esta oportunidad entramos en el análisis de la tercera área donde los adolescentes encuentran presiones que le impiden amar a Dios y servir a su propia generación y donde los padres debemos de poner todo esfuerzo para lograr que ellos puedan alivianar esas presiones.

Debemos recordar el versículo clave que hemos estado tomando como argumento para el estudio de estos mensajes. “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor” Efesios 6:4. La experiencia nos dice lo corto que nos encontramos para poder considerarnos perfectos en cuanto al criar a nuestros hijos, nosotros lo padres no sabemos cuantas inseguridades les ofrecemos a nuestros hijos en los hogares que dirigimos y cuan responsables somos de esto.

Hay jóvenes que manifiestan desvíos en su conducta que los mismos padres nos preguntamos ¿De donde saca esto este muchacho? Tal vez la realidad es que en el carácter de ninguno de los padres se manifiesten cualidades como las que sus hijos están manifestando, pero lo cierto es que no podemos darnos cuenta de que la unión de los caracteres de ambos padres unidos a las circunstancias que prevalecen en el hogar, son las razones que hayan llevado a ese adolescente a presentar esas características que son extrañas a los padres y que estos no manifiestan, ni suponen que puedan presentarse en su hogar.

¿Cuál es la dirección que debe tomar un padre con respecto a esta realidad, para producir un clima de seguridad en el hogar, de tal manera que la inseguridad sea disminuida y los muchachos sean beneficiados? Hay TRES grandes direcciones, dentro de las que nosotros como padres debemos trabajar.

I.     PROTEJAMOS NUESTRO MATRIMONIO
II.   BUSQUEMOS UNA IDENTIFICACIÓN HONESTA CON NUESTROS HIJOS
III.  INVOLUCRÉMONOS EN LOS ASUNTOS DE NUESTROS HIJOS

I. PROTEJAMOS NUESTRO MATRIMONIO


A.      PROCUREMOS QUE NUESTRA RELACIÓN CONYUGAL ESTÉ POR ENCIMA DE NUESTRA RELACIÓN DE PADRES

1.         Se puede dejar claro que cuando decimos que debemos proteger nuestro matrimonio, lo primero a considerar es el hecho de que nuestra relación de pareja va primero que nuestra relación de padres. La familia está en sentido genérico formada por El Esposo y La Esposa. Los hijos la alargan o la acortan en la medida del número que tengamos, pero la familia comienza con el esposo y la esposa.

2.         Todos nosotros debemos recordar que el énfasis que la Palabra de Dios da a la familia, lo da en cuanto a la relación de pareja. Si leemos Efesios 5:22-6:4 nos daremos cuenta que 12 versículos hablan de la relación de pareja y 4 versículos hablan de la relación de padres e hijos. Con esto no estamos diciendo que la relación de padres e hijos no sea importante, lo que estamos diciendo es que la relación de pareja es más importante que todo.

3.         La cabeza de un cuerpo es lo más importante, y en la familia los esposos son lo más importante, de modo tal que es a esta relación a la que debemos dedicarle más esfuerzo para que esté en armonía y se desarrolle en el vínculo del amor verdadero, de tal forma que el hogar que le preparemos a nuestros hijos sea un hogar fuerte y estable en su relación.

B.      PROCUREMOS UNA COMUNICACIÓN HONESTA COMO LA BASE DE UNA RELACIÓN MATRIMONIAL FUERTE
1.                  La base o zapata de una relación fuerte entre marido y mujer o entre los hombres en sentido general, debe ser la comunicación honesta y transparente. Leyendo el capítulo 4 de esta misma epístola nos daremos cuenta de que el apóstol Pablo antes de establecer la relación entre esposo y esposa, padres e hijos y siervos y amos, trata sobre la comunicación entre las relaciones.

2.         Como podemos ver, en Efesios 4:22-24 se nos da una exhortación general a que andemos como es digno de una persona que ha nacido de nuevo, despojándonos del viejo hombre, luego en Efesios 4:25 y subsiguientes se nos habla de los mandamientos particulares que se desprenden de la exhortación general. Notemos el (v. 25) “Por lo cual,”

3.         Lo que nos indica que una relación entre dos personas y en este caso entre marido y mujer, se inicia, hablando, y hablando honestamente, con la verdad. Notemos lo que dice el texto: “...desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros”. Entonces la base de una relación íntima y fuerte es la honestidad y la transparencia en su comunicación. (Veamos también el v. 19).

C.      PROCUREMOS QUE LA BOCA NO SE CONVIERTA EN LA MALDICIÓN DE NUESTRAS FAMILIAS

1.         Como podemos ver en los versículos subsiguientes a Efesios 4:25 la forma en que debemos someternos unos a otros en el temor de Dios (5:21). En este pasaje se nos enseña a hablar la verdad, a no airarnos, a no dar lugar al diablo, a no dejar salir ninguna palabra corrompida de nuestra boca, a no contristar el Espíritu, a no permitir ninguna raíz de amargura, enojo, ira, maledicencia y malicia, además de saber perdonar siendo benignos y misericordiosos.

2.         Muchos hijos de padres cristianos viven manifestando características negativas en sus vidas y muchos manifiestan la desesperación de salir de sus hogares y de las presiones que estos les generan por la “maldita boca” de sus padres. Y no es que estemos diciendo que sus padres sean malditos, lo que estamos diciendo es que su boca solo habla maledicencia. Sepan que, el control de sus lenguas y saber escuchar son la imagen y la esencia de la sabiduría, lo cual producirá en tus hijos el debido respeto y deseo de contar con tus consejos (Pr. 17:28; Pr. 18:13).

3.         Santiago 3:13-18 nos declara el contraste entre la sabiduría del mundo y la sabiduría que viene de lo alto. Notemos lo que nos dice el texto con respecto a la sabiduría terrenal. “Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad” (v. 14). “Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa” (v. 16). Esto nos indica que nuestra comunicación debe desechar esta sabiduría y por el contrario seguir actuando con la sabiduría de lo alto, esta es la base que nos lleva a comunicarnos con pureza y honestidad con nuestra pareja.

II. BUSQUEMOS UNA IDENTIFICACIÓN HONESTA CON NUESTROS HIJOS

A.      EVITANDO LA PARCIALIZACIÓN CON ALGUNO DE ELLOS

1.         Es sumamente penoso cuando vemos a algunos padres parcializarse con algunos de sus hijos en particular, de tal manera que provocan en los demás un sentimiento de menosprecio en su contra, produciendo en su corazón ira para con sus padres y contra sus hermanos apreciados con parcialidad.

2.         La Palabra de Dios nos llama a que seamos imparciales en todo lo que nosotros debamos o vayamos a juzgar. Citemos 1 Timoteo 5:21 cuando dice: “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con parcialidad”. Aunque este texto nos habla sobre la actitud de los siervos de Dios, nosotros como siervos de Dios en nuestros hogares debemos atender tal exhortación.

3.                  La idea principal es que procuremos, por todos los medios, tratar a nuestros hijos de la misma manera. Aunque algunos sean más afines a nuestro temperamento, o nos respondan con más deferencia que otros, o sean más obedientes, no permitamos que esto nos parcialice en cuanto al amor y al trato que debemos a los que actúan diferente, por el contrario entendamos que todos son diferentes y que ahí está la bendición.

B.      TRATANDO DE SALVAR LA DISTANCIA GENERACIONAL

1.         En muchas ocasiones hemos hablado del complejo de adultismo que experimentan muchos padres, al no poder bajarse a la edad de sus hijos, en cuanto a poder ver la vida como la veíamos en el tiempo en que teníamos sus edades, sino que por el contrario pretendemos que ellos siempre vean la vida como “un adulto”.

2.         Esta es una de las razones más comunes del por qué los hijos se sienten con tanta presión en sus hogares. Aunque debemos dejar aquí una nota aclaratoria para que nadie mal entienda el concepto que queremos expresar. Esto de ninguna manera indica que estamos diciendo que los padres no deben darse a respetar o que los padres no deben corregir y tratar de doblegar con amor y mansedumbre la voluntad de sus hijos.

3.         Lo que tan solamente queremos puntualizar, es el hecho de que nuestros hijos necesitan sentirse comprendidos por nosotros y que de alguna manera tratemos de hacer algo con ellos de tal forma que ellos puedan decir “Echa Papi, que ápero” y que sientan que en algún momento papi es su aliado, su pana full y su amigo. Sin dejar de conservar nuestra dignidad paternal.

C.      DEMOSTRÁNDOLES CUÁN IMPORTANTE SON PARA NOSOTROS

1.         Cuando esto no ocurre con nuestros hijos, ellos se sentirán desesperados y tenderán a esperar a cualquiera que les demuestre que ellos son importantes y decidirán abandonarnos aunque en poco tiempo vuelvan arrepentidos y convencidos de que esto no les resolvió sus problemas.

2.         Honren a sus hijos poniéndoles atención a los que ellos consideran son sus problemas, no desestimen lo que ellos les puedan comunicar como algo importante para ellos, no importando cual sea su edad, de tal manera de que ellos se sientan comprendidos y atendidos por sus padres.

3.         Dedíquense a que la comunicación entre ustedes y sus hijos sea lo más perfecta posible de tal manera que ellos no tengan que ir a donde ninguna otra persona extraña a buscar consejo o a manifestarle sus intimidades, haciéndoles entender que nadie a parte de sus padres les amarán más y les podrán aconsejar lo que es mejor para sus vidas.

III. INVOLUCRÉMONOS EN LOS ASUNTOS   DE NUESTROS HIJOS

A.      CONSERVEMOS NUESTRA DIGNIDAD PATERNAL

1.                  Es sumamente importante que un padre se involucre en los asuntos de sus hijos, principalmente cuando estamos hablando de las presiones a las cuales estos están sometidos y dentro de las cuales necesitan tomar decisiones que los liberen de estos inconvenientes. Pero recordemos que la juventud vive de manera apasionada los momentos de su edad, pero el padre debe conservar el buen juicio que le han provisto los años para poder ser previsivo con sus hijos.

2.         La realidad es que todo padre cristiano tiene la responsabilidad de estar trabajando para lograr entender la mecánica de la juventud, pero de ninguna manera un padre puede dejar de conservar la dignidad que como padre le califica para poder dar un consejo a su hijo con el suficiente peso, para que lo considere como algo digno de observar.

3.         Lo que estamos diciendo es que debemos involucrarnos en los asuntos de nuestros hijos sin que caigamos en situaciones que nos lleven a que ellos nos falten el respeto. Ahí hay una línea muy estrecha. (Ej. Padres que se van a beber tragos con los hijos para que los hijos le tengan confianza). No, esto es perder la dignidad que como padres debemos conservar. Lo que estamos diciendo es que estés atento a las necesidades de tus hijos y enterado de sus actividades para que puedas ayudarlo a tomar decisiones en momentos difíciles.

B.      AYUDÉMOSLES A ENTENDER LO QUE ES PROVECHOSO

1.         La juventud principalmente se deja manejar por sus pasiones y sus gustos, ven algo que les gusta y lo desean, hacen lo que sea por adquirirlo, piensan que en la variedad está el gusto, ponen en su mente que la satisfacción está en el cambio, y lo experimentan en cuanto a los amigos, las actividades y las cosas. (El ejemplo del concepto que tenemos de la Zanahoria en la niñez y en la adultez)
2.                  Es bueno recordar que los padres estamos puestos para enseñar a nuestros hijos que la satisfacción solamente está en Cristo y no en estas cosas pasajeras que desaparecen con el tiempo y que nunca les darán satisfacción, enseñémosle a poner sus necesidades bajo el prisma de las cosas eternas y no en las cosas pasajeras. Enseñémosle a que tomen en cuenta el buen juicio que sus padres pueden aportar a sus pasiones, para que puedan ser librados de las consecuencias de tomar decisiones afectadas por la pasión.

3.                  Un hijo aún en la edad de la adolescencia es “un pichón de hombre maduro”, por lo tanto, nosotros los padres, debemos de tratar de hacerles entender sobre lo que les es provechoso en sus decisiones, tratándoles como lo que son, hombres y mujeres que están en camino de la adultez y que por tanto debemos darles razones y no pretender llevarlos a base de imposiciones, sino que ellos entiendan que el buen juicio debe imponerse a las pasiones. Un hijo que se haga acompañar del buen juicio de los padres estará abocado a ser un adulto sabio. Líbrelos de esta forma de la inseguridad paternal.

C.      ENSEÑÉMOSLES A TENER SENTIDO COMÚN, BUEN JUICIO Y SABIDURÍA

1.         Para concluir con estas exhortaciones, vayamos al Salmo 119:100-103 donde el Rey David nos enseña algo que debemos considerar. “Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; de todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra, no me aparté de tus juicios, porque tú me enseñaste. ¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca”.

2.         Hemos dicho que la gran causa por las cuales los hijos experimentan inseguridad en sus hogares, es cuando tienen que tomar sus propias decisiones sin estar estas acompañadas de la ayuda de la sensatez y del buen juicio de sus padres. Es por tanto que cuando los hijos, en cualquier edad que tengan vayan a tomar decisiones importantes para sus vidas en cuanto a su carrera, a quien va a ser su compañera, en cuanto a las cosas más relevantes de su vida, deben buscar ese consejo paternal.

3.         Ahora bien, el Rey David nos brinda en estos versículos del Salmo 119, un camino más excelente, y es el camino de la Palabra infalible de Dios. El principio aquí es el siguiente: El entendimiento o sano juicio conseguido por los preceptos de la Palabra de Dios es mejor que lo obtenido por una larga experiencia acumulada por los años. Lo que nos dice que para que un padre pueda ser de bendición a sus hijos, debe aconsejar por la Palabra de Dios y no solamente por lo que es su propio juicio.

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Para concluir veamos algo importante, sepamos liberar a nuestros hijos de las presiones que causan las inseguridades del hogar, pero sepa que sólo por la Palabra de Dios usted podrá de manera perfecta lograr esto. Recuerden que muchos son los que opinan y pocos son verdaderos consejeros.

Sepa que:
·      Los mandamientos de Dios son más exactos.
Nuestra experiencia sólo puede alcanzar pocos casos.
La Palabra de Dios puede alcanzar todos los casos que conciernen a la verdadera felicidad.
·      La Palabra de Dios es el camino más exacto para aprender la sabiduría.
La experiencia de muchos años no nos asegura sabiduría.
Muchos pueden tener muchos años de experiencia pero poca sabiduría, mientras que otros pueden tener muchos años y por la Palabra tener mucha sabiduría (Rey David).
·      El aprendizaje por la experiencia es muy largo, mientras que por la Palabra de Dios es muy corto.
Como dijo el Salmista David, el éxito está en andar sobre la experiencia de los que han guardado los mandamientos de Dios.
Esto es lo que da inteligencia y sabiduría, Salmos 100:104a.


                                                                                                  

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