jueves, 3 de marzo de 2011

LA COMUNICACIÓN QUE HARÁ MÁS FELIZ NUESTRO MATRIMONIO

*Desarrollando el auto-control en la comunicación*

Ya hemos declarado que la comunicación transparente es indispensable para que exista una genuina unidad. Sepamos que en todo fracaso matrimonial se encontrarán barreras en la comunicación. En los matrimonios de éxito, sin embargo, existe un buen y sincero mecanismo de comunicación.

Como ya se ha dicho, en el primer estudio, ninguna pareja podrá llegar verdaderamente a ser uno, sin la debida franqueza y sinceridad en la comunicación. Al mismo tiempo, ésta debe tratarse de la franqueza y sinceridad correctas. De otro modo, destruirá las relaciones en lugar de fortalecerla, que al fin y al cabo es lo que Dios desea cuando nos anima a mantener un sistema transparente y sincero de comunicación.

Estas preguntas nos servirán de ayuda y guía para el ejercicio de esa franca y sincera comunicación:

·      ¿Es realmente cierto? ¿Conozco bien los hechos? Efesios 4:29; Proverbios 18:13.
·      ¿Lo que deseo decir es de provecho? ¿Ayudará o causará dolor? ¿Será constructivo o destructivo? Proverbios 20:15; Efesios 4:29; Romanos 15:1-3.
·      ¿Es este el mejor momento para decirlo o sería mejor esperar y orar? Proverbios 15:23, 28; 25:11, 12
·      ¿Es correcta mi actitud? Efesios 4:15,23; 1 Corintios 16:14; Tito 3:1,2.
·      ¿Las palabras que usaré son las mejores? Proverbios 12:25; 15:1, 23; 16:23; Eclesiastés 12:10.
·      ¿He orado por este asunto y estoy confiando en la ayuda de Dios? Proverbios 3:5, 6; Colosenses 4:2-6; Salmo 19:14.

En este mensaje entraremos entonces, a conocer por qué es importante el autocontrol como un requisito indispensable para mantener un buen y efectivo sistema de comunicación en la pareja. Elemento que nos ayudará a lograr que nuestro matrimonio logre grandes victorias en el poder del Espíritu de Dios.
  
Veamos lo que demanda Dios a través de este bosquejo:

I.    DIOS DEMANDA DOMINIO PROPIO EN LA COMUNICACIÓN
II.   DIOS MANIFIESTA LO DAÑINO DE LA FALTA DE DOMINIO PROPIO EN LA COMUNICACIÓN
III.  DIOS NOS DA RECURSOS PARA RESTAURAR LA COMUNICACIÓN CUANDO HA SIDO DAÑADA POR LA FALTA DEL DOMINIO PROPIO

I. DIOS DEMANDA DOMINIO PROPIO EN LA COMUNICACIÓN Gálatas 5:23

A.    SIGNIFICADO DEL TÉRMINO

1.      Es aquel control que uno ejerce sobre nuestro propio ser. También se traduce como templanza cuando se habla del fruto del Espíritu. Esto es lo contrario de tener un espíritu:
         INDISCIPLINADO
         SIN RESTRICCIONES
         COMPULSIVO
         ADICTO A VARIAS COSAS.
         Es poder y señorío sobre uno mismo.

2.      El dominio propio es el poder o la facultad que se tiene para disponer de una cosa. Dominio propio es el control de las acciones y sentimientos; es saber reprimirse, contener uno mismo sus impulsos. El rey Salomón dice en Proverbios 16:32 “Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad”.

3.      Se cuenta la anécdota del posible primer ministro más notable de Inglaterra en el siglo pasado, el cual se llamaba WILLIAM PITT (1759-1806). Se dice que encontrándose Pitt con un grupo de amigos, discutían cuál debiera ser la cualidad primordial de un primer ministro. Uno afirmó que la elocuencia; otro que la ciencia, un tercero que el trabajo. Y Pitt exclamó: “No, la cualidad esencial de un primer ministro es paciencia” Este es el dominio de sí mismo, virtud que Pitt poseía.

B.    RELACIÓN CON EL EVANGELIO

1.            Es un ingrediente esencial para proclamar el mensaje del evangelio, ya que es una virtud indispensable en una vida piadosa y para lograr la santidad del cristiano en el temor de Dios. Pero en una aplicación directa al tema que tratamos, el dominio propio es indispensable cuando nos estamos comunicando las verdades de Dios. Siempre recuerdo el tema del material “¿Cómo puedo compartir mi fe sin discutir?”

2      De igual manera el dominio propio es parte esencial de los ingredientes del carácter del creyente maduro que produce fruto para Dios, 2 Pedro 1:5-7 declara: “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor.

3.            A veces oímos personas que toman a broma su falta de dominio propio y en la generalidad de los casos, éstas comúnmente, cuando están comunicándose muestran en su comunicación actitudes tales como:
·      Ponerse a la defensiva.
·      Airarse fácilmente, mostrando su enojo de forma acalorada.
·      No parar de hablar, ni se permite el lujo de que la otra persona le conteste.
·      Cuando ocasionalmente deja que la pareja hable, no escucha sino que toma el tiempo en que su pareja habla para fabricar respuestas en su propia opinión inteligentes.
·      Nunca sabe decir perdónenme.
        
C.    RELACIÓN CON EL FRUTO ESPIRITUAL

1.            El dominio propio es el conductor y regulador de todos los elementos de nuestra vida cristiana. Es la sabia que corre por el árbol de la piedad y que controla que cada cosa se aplique a las áreas correspondientes de nuestra vida para así producir un fruto correcto.

2.            Ya vimos que es parte esencial del fruto del Espíritu, el cual se traduce como templanza en Gálatas 5:23, asimismo nos declara la escritura en 2 Timoteo 1:7 - “Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio”. Estableciendo aquí el apóstol Pablo que ninguna persona que se llame cristiano puede decir que no tiene la capacidad del Señor para ejercer esta virtud.

3.      A veces es penoso ver como muchos que se llaman cristianos no pueden manifestar el dominio propio, necesario e imprescindible que nos demanda la palabra de Dios, sino que por el contrario se excusan en decir: “Ese es mi temperamento” o simplemente dicen: “Es que yo soy así”. Podemos decir, estás en lo cierto, pero también es cierto que todo aquel que viene a Cristo, tiene que dejar que el Espíritu Santo le transforme.

II. DIOS MANIFIESTA LO DAÑINO DE LA FALTA DE DOMINIO PROPIO EN LA COMUNICACIÓN Proverbios 12:18

A.       LAS PALABRAS MAL DICHAS SON DAÑINAS POR NATURALEZA

1.      Las Escrituras afirman que nuestras palabras pueden ser tan o más peligrosas, dolorosas y destructivas como cualquier golpe de una espada o cualquier llama de fuego. Por esto las parejas de creyentes principalmente, tenemos que saber cómo hablamos y qué decimos, para poder mantener una comunicación efectiva y agradable con nuestro cónyuge.

2.     En Proverbios 12:18 vemos que Dios dice: “Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina”. Asimismo Proverbios 16:27 se nos dice: “El hombre perverso cava en busca del mal, y en sus labios hay como llama de fuego”. Dios no se equivoca cuando dice estas cosas acerca de nuestro mal hablar o de nuestra falta de dominio propio en la comunicación.

3.      De igual manera sabemos lo que nos dice Santiago 3:5-6 “Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas. He aquí, ¡cuán grande bosque enciende un pequeño fuego! Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno”. Cuánto tenemos entonces, que cuidarnos con la forma en que hablamos.

B.    LAS PALABRAS MAL DICHAS PUEDEN HERIR HASTA LA MUERTE Y CIERRAN LA COMUNICACIÓN

1.            Estamos completamente seguros que las palabras mal dichas pueden ser como un gran mazo o una flecha puntiaguda que produce ruina, devastación, destrucción y hasta la muerte. A causa de falta de control en las palabras, se han producido en muchas parejas heridas graves, que han envenenado y saboteado la unidad de los mismos.

2.            Cuando en nuestra comunicación existe la posibilidad del odio, la violencia, los rencores, las precipitadas palabras de una lengua de látigo llena de amargura que arremete sin piedad hacia la persona que decimos amar, sepamos que en este momento estamos arremetiendo con o sin propósito para abatir, dejar maltrecha, golpear y dejar sin esperanza a aquel a quien estamos hiriendo.

3.            Cuando esto ocurre, el resultado evidente es el de cerrar las posibles y benditas vías de comunicación que Dios nos ha permitido para que nos bendigamos, y como consecuencia nuestra relación matrimonial se deteriora y comienza a caminar hacia la muerte.
¿A quién le gustaría vivir al pie de un volcán activo?
¿A quién le gustaría que le echen encima lava caliente en forma regular?
¿A quién le gustaría estar sobre una bomba de tiempo que explota a intervalos frecuentes?
¿A quién le gustaría ser el objeto de frecuentes expresiones de amargura, resentimiento, enojo, ira, gritadera y clamor? ¿Quién se deleitaría al lado de una persona que no puede controlar su genio violento?
¿A quién le resulta fácil comunicarse abiertamente con alguien que se irrita y ofende tal fácilmente como pestaña?

III. DIOS NOS DA RECURSOS PARA RESTAURAR LA COMUNICACIÓN CUANDO HA SIDO DAÑADA POR LA FALTA DEL DOMINIO PROPIO

A.       DIOS REQUIERE UN ESPÍRITU DE HUMILLACIÓN

1.            Para poder trabajar en el crecimiento del dominio propio y poder comenzar a lograr una comunicación efectiva necesitamos reconocer humillados delante de Dios nuestra falta de dominio propio, con la intención de pedir perdón a nuestro cónyuge con la resolución de evitar por todos los medios que nuestra conversación pierda la ecuanimidad, el respeto y el control que debe tener. En Efesios 4:2 se nos demanda: “…con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor”.

2.            El apóstol Pablo habla claramente sobre esto cuando escribió sobre el matrimonio en Efesios 5:33 diciendo: “Por lo demás, cada uno de vosotros ame también a su mujer como a si mismo; y la mujer respete a su marido”. Cuando en una pareja ha habido problemas de falta de dominio propio en su comunicación y ha habido ofensas graves, esta tiene que disponerse a reconocer su pecado y a restaurar con un espíritu comprensivo, curativo, con disposición de aceptar todos los errores y buscar una reconciliación.

3.      El orgullo es el peor enemigo de la reconciliación. Cuando estamos en la disposición de reconstruir lo dañado, debemos reemplazar nuestro espíritu enjuiciador, crítico, exigente, entrometido, envilecedor, rencoroso por un espíritu comprensivo, alentador, paciente, y dispuesto a aceptar los errores que ambos hemos cometido para que nuestra comunicación dejase de ser efectiva. En Efesios 4:32 también se dice: “Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo”.

B.        DIOS REQUIERE UN ESPÍRITU DE CUMPLIMIENTO DE LOS ESTAMENTOS BÍBLICOS

1.            Todo aquel que tiene problemas con su pareja en cuanto a comunicación se refiere, parece volverse loco en su impotencia de poder comunicarse correctamente, pero debemos saber que los recursos que Dios pone en nuestras manos para salvar los problemas, están dados en la palabra de Dios como imperativos y no como opciones.

2.            Dios nos declara que la buena comunicación es una calle de dos vías que involucra la conversación libre y abierta y el escuchar con atención y sumo cuidado a la persona con la cual estamos comunicándonos, en este caso nuestro cónyuge.

3.            En el libro de Proverbios encontramos algunos principios que son importantes en cuanto a los detalles sabios que debemos integrar en una efectiva comunicación. Es por esto que toda pareja debe proponerse conocer todos los planteamientos que Dios hace en su Palabra, para tratar por todos los medios a su alcance de poner por obra estas demandas.

C.   DIOS NOS CONCEDE EL PODER DE SU ESPÍRITU PARA SALIR VICTORIOSOS EN LA MANERA DE COMUNICARNOS

1.            Debemos recordar que el propósito de Dios para el matrimonio involucra dos personas que llegan a ser una sola carne (Gn. 2:24). Dios por tanto nos enseña que él desea que los esposos sean total y completamente una sola cosa. Él desea que tengamos una vida totalmente compartida.

2.            Para lograr esto ambos cónyuges necesitan convertirse a Jesucristo y buscar ser llenos del Espíritu de Dios para poder cumplir con las demandas de su Palabra y poder arrepentirnos con humildad delante de Dios y de la persona a la que amamos y con la cual compartimos nuestro matrimonio.

3.            Necesitamos comprender que sin la ayuda del Espíritu Santo no vamos a poder aceptar la voluntad revelada y perfecta de Dios acerca de nuestros respectivos roles y al mismo tiempo poder tener la motivación, la fortaleza y la ayuda para poder cumplirlos como él desea, de tal manera que ambos cónyuges procuremos desarrollar y mantener por encima de cualquier tropiezo o dificultad un sistema de comunicación cada vez más amplio y profundo.

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Dios desea que seamos felices, que podamos comunicarnos y conocernos hasta lo más íntimo de nosotros, de tal manera que podamos disfrutar de una vida completamente unida y productiva. Procuremos oír y poner por obra lo que él desea para nosotros.                                          

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