EL MENSAJE A SARDIS
Apocalipsis
3:1-6
En esta oportunidad entramos a estudiar el mensaje a la
iglesia en Sardis, esta ciudad fue la antigua capital del
reino de Lidia. Estaba ubicada en la ladera del monte Tmolo y protegida en 2 de
sus lados por el río Pactolo, tributario del Hermo. La ciudad original fue
edificada totalmente sobre la colina y se encontraba a unos 50 Kms. al sureste
de la ciudad de Tiatira.
Aparece en la historia por 1ª vez en el siglo
VII a.C., cuando era la capital del reino de Lidia, el país donde se inventaron
las monedas acuñadas, tan importantes para la economía mundial.
En el 457 a.C. el Rey Ciro tomó la ciudad y se
llevó prisionero a Creso, su rey, quien era fabulosamente rico. De allí en
adelante se convirtió en la capital de una satrapía persa, desde donde los
persas dirigían sus ataques contra los griegos.
Más tarde, cambió de manos varias veces.
Primero la tomó Alejandro, después Antíoco el Grande, y en el 190 a.C. se la
incorporó al reino de Pérgamo. Cuando este reino pasó a ser una posesión romana
en el 133 a.C., Sardis formó parte de la provincia de Asia. Un terremoto la
arrasó en el 17 d.C., pero la reconstruyeron con la ayuda del emperador
Tiberio. Su destrucción final ocurrió en 1402, cuando la conquistaron los
mongoles a las órdenes de Timur o Tamerián. Nada quedó de su antigua gloria,
salvo algunas ruinas.
La Iglesia en Sardis es una iglesia
que se caracteriza por las fuertes palabras que utiliza nuestro Señor Jesucristo
cuando se presenta ante ella como el que tiene los siete espíritus de Dios, y
las siete estrellas diciéndole: “Yo conozco tus obras, que tienes nombre de
que vives, y estás muerto.”
¡Qué lástima ser una iglesia
así y oír de nuestro Señor tan fuertes palabras!, estas fuertes palabras han
quedado patentes hasta hoy con el propósito de que todos sepan la verdadera
condición de esta iglesia, principalmente aquellos que se dejaron impresionar
por las apariencias externas sin conocer el interior de ella, la cual parecía
vivir y estaba muerta.
Verdaderamente que en todos los tiempos ha existido el pecado
de apariencia, y esto viene dado por la naturaleza misma del hombre, el cual
quiere siempre satisfacer su ego mostrando una apariencia externa que no es reflejo
de la interna, solo tenemos que recordar a los fariseos en el tiempo de Cristo,
en la manera en que daban sus limosnas (Mt. 6:1-4) o como oraban (Mt. 6:5), y
como vivían de las apariencias, de tal manera que Jesús tuvo que decir a sus
discípulos en Mateo 23:2-3: “23:2 En la
cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 23:3 Así que, todo lo que os digan que guardéis,
guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no
hacen.”
No hubo actitud más condenada por Cristo que la HIPOCRESÍA, por esta razón, vemos al
Señor indignado con esta iglesia a la cual se dirige con tanta dureza.
Tristemente esta carta carece de elogio de parte de nuestro Señor, aunque para
bendición de algunos en particular, en el versículo 4 el Señor destaca que en
la iglesia en Sardis había algunas personas que no habían manchado sus
vestiduras con la misma actitud que tenía la iglesia en su mayoría.
Veamos los pormenores de esta
carta y analicemos su situación bajo este bosquejo de estudio:
I. SU TÍTULO
II. SU QUEJA
III. SU EXHORTACIÓN
IV. SU RECOMPENSA
II. SU QUEJA
III. SU EXHORTACIÓN
IV. SU RECOMPENSA
Veamos en primer lugar:
I. SU TITULO
Apocalipsis 3:1
A.
ESTE
TÍTULO MANIFIESTA LA SABIDURÍA Y PLENITUD DE CRISTO
1.
“El que tiene los siete
espíritus de Dios, y las siete estrellas”. Este título representa a Jesucristo, en su atributo
de sabiduría, y en la plenitud del Espíritu. Tenemos que recordar que en
Apocalipsis 1:4-5a se dice: “1:4 Juan, a las siete iglesias que están en
Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los
siete espíritus que están delante de su trono; 1:5 y de Jesucristo el testigo fiel,”
2.
En Apocalipsis 4:5 también se
dice: “Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono
ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.”
3.
En Apocalipsis 5:6 se completa
la idea en cuanto a la aplicación de este atributo en Cristo, cuando dice: “Y
miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio
de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete
cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por
toda la tierra.”
B.
ESTE TÍTULO NOS REVELA LA RELACIÓN DIRECTA DE CRISTO CON LA IGLESIA
1.
Ahora vemos en Apocalipsis 1:6
“…y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e
imperio por los siglos de los siglos. Amén.” Aquí se nos declara con respecto a la visión
de Juan que Jesús es el que tenía las siete estrellas en su diestra. Aquí
dijimos que esta característica denota el control y autoridad que tiene el
Señor Jesucristo sobre los pastores de las iglesias.
2.
En Apocalipsis 1:20 dice: “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de
los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete
iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.” En este pasaje se nos revela el ministerio
de las siete estrellas, diciéndonos que las siete estrellas son los ángeles de
las siete iglesias, habiendo entendido que estos ángeles son los pastores de
las diferentes iglesias a las cuales se les escriben estas epístolas.
3.
Es de notar que el Señor les
recuerda a ellos que él es el que posee la plenitud de la sabiduría y del
control de lo que sucede en cada una de sus iglesias. Por lo tanto, ninguna
iglesia podrá impresionar al Señor con nada de lo que haga, si esto no es hecho
con corazón genuino.
C. ESTE
TÍTULO DECLARA EL CONOCIMIENTO PLENO QUE POSEE EL SEÑOR DE NUESTRO INTERIOR
1.
Aquí solamente recordaremos
Hebreos 4:13 que dice: “Y no hay cosa creada que no sea manifiesta
en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los
ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”
2.
Iglesia, no juguemos con Dios, él no puede ser burlado
por ningún hombre y mucho menos podremos esconder de él lo que hay en nuestro
corazón. Debemos citar aquí lo que dijo el mismo Señor Jesús en Juan 2:24-25
cuando algunos dijeron creer en él por las señales que hacía: “2:24 Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos,
porque conocía a todos, 2:25 y no tenía necesidad de que
nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el hombre.”
3.
Los
cristianos tenemos que admitir que Dios vela por su iglesia universal y tiene
control absoluto de sus iglesias locales, asimismo Dios tiene control de sus pastores
y los cuida y los sustenta en sus más íntimas situaciones, por tanto nadie debe
osar estar en contra de un siervo de Dios, veamos el Salmo 28:8 cuando dice: “Jehová
es la fortaleza de su pueblo, Y el refugio salvador de su ungido”.
Pasemos ahora a:
II. SU QUEJA
Apocalipsis 3:1b
A.
SU
QUEJA ES SOBRECOGEDORA Y TERRIBLE
1.
El Señor le dice a Sardis: “Yo
conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.” Estas
palabras evidencian la práctica del pecado de esta iglesia, a la cual el Señor
se dirige con tan grande condenación. De igual manera podemos percibir que
Jesús va directamente al grano.
2.
Le dice: “Yo conozco tus obras”.
Está claro que con el título con que se dirige Cristo a esta iglesia, él conoce
todo lo más íntimo que sucede en Sardis. Él tiene un conocimiento pormenorizado
de lo que ocurre en el seno de esta iglesia.
3.
Estas obras declaran que la iglesia de Sardis estaba
en operación, y a la vez en más actividad que cualquiera de las demás iglesias
del Asia Menor, pero la cantidad o calidad de ellas no iban en proporción a la
espiritualidad que Dios esperaba de su iglesia.
B.
SU QUEJA VA DIRECTAMENTE A CONDENAR SU APARIENCIA
1.
Jesús le dice: “...que
tienes nombre de que vives”. Ciertamente que la hipocresía lleva a los
hombres a venderse por lo que no valen. Esta iglesia había buscado un nombre
que escondía fielmente la realidad de su condición de mortandad.
2.
De cierto, Sardis era una
iglesia popular, grande y con una actividad asombrosa, de seguro era la más
mencionada de la época por el nombre tan atractivo que tenía, pudiésemos pensar
en un nombre tal como: “IGLESIA VIVIENTE
DE LOS SANTOS DE SARDIS”.
3.
Esta iglesia estaba como estas
personas que no aceptan la vejez, a las cuales le dicen. “Mira a este viejo se cree que está vivo y está en tinieblas”. La
iglesia de Sardis de seguro que estaba más organizada y más burocratizada que
cualquier otra iglesia de nuestro tiempo. Ella
se creía viva.
C. SU
QUEJA DECLARA QUE LA REALIDAD ERA OTRA
1.
Jesús termina diciéndoles “Yo
conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, y estás muerto.”. De
cierto que en Sardis no había NADA
que pudiera satisfacer a Cristo. Sus obras, aunque fuesen aparentemente
visibles, para el Señor Jesucristo no tenían valor alguno.
2.
Ella podía engañar a los que
le rodeaban y tal vez al mundo, pero no al Señor Jesucristo que conoce el
interior de cada uno. Al parecer su obra mayor era hacer que su nombre diese
una imagen que iba en contra de la realidad.
3.
Él
sabía que allí nada se hacía para agradar al Dios vivo, sino para engrandecer
el nombre de su iglesia.
TIENES NOMBRE = Todo lo que satisface el deseo y el ego hacia la
reputación delante de los hombres.
ESTAS MUERTO = No tiene nada que alegre el corazón de Dios,
porque entre ella y Dios no hay comunión.
4.
El
Señor lo había dicho todo con esta apreciación de su condición interna, la cual
se reflejaba frente a los hombres con una apariencia falsa que caía en la más
vil de las HIPOCRESÍAS.
Por esto el Señor después de condenar su
hipocresía, les da:
III. SU EXHORTACIÓN
Apocalipsis 3:2-4
A. SE VIGILANTE
1.
Ahora el Señor les dice: “3:2 Sé vigilante, y afirma las otras cosas que
están para morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios.
3:3 Acuérdate, pues, de lo que
has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre
ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti.
3:4 Pero tienes unas pocas
personas en Sardis que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en
vestiduras blancas, porque son dignas.”
2.
Este consejo es característico
de nuestro Señor y nos recuerda la parábola de las diez vírgenes de Mateo
25:1-13 y la parábola del siervo vigilante de Lucas 12:35-40 a los cuales se
les llama a permanecer en vigilancia frente a la expectativa de la venida del
Señor.
3.
Esta iglesia no tenía ningún
interés ni esperanza en el día de la venida del Señor porque sus ojos estaban
ocupados en mantener la reputación que tenían frente a los hombres. Ahí estaba
concentrado todo su trabajo.
4.
Les
preocupaba más lo que los hombres pensaban de ellos que lo que el Señor les
dijera en su venida. A ella no le preocupaba el Tribunal de Cristo, ni tenía
esperanza en las coronas que el Señor ofrece a los fieles, solo le interesaban
las placas, los trofeos y los reconocimientos humanos.
B. AFIRMA
LAS COSAS QUE ESTAN POR MORIR
1.
Al
parecer no todo estaba muerto en Sardis, según el Señor algunas cosas iban a la
muerte pero había esperanza de rescatarlas antes de morir.
2.
El Señor quería que estas
cosas fueran afirmadas antes de que les sobreviniera la MUERTE. El Señor quería la perfección ya que él no admite las cosas
a medias. Notemos que el texto dice: “Sé vigilante, y afirma las cosas que están
por morir; porque no he hallado tus obras perfectas delante de Dios”.
3.
Leamos 1 Corintios 3:9-15 “3:9 Porque nosotros somos colaboradores de Dios,
y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios.
3:10 Conforme a la gracia de Dios
que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro
edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica.
3:11 Porque nadie puede poner otro
fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo.
3:12 Y si sobre este fundamento
alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 3:13 la obra de cada uno se hará manifiesta;
porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada
uno cuál sea, el fuego la probará.
3:14 Si permaneciere la obra de
alguno que sobreedificó, recibirá recompensa.
3:15 Si la obra de alguno se
quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo será salvo, aunque así como por
fuego.”
4.
El consejo del Señor está
claro. El no quería que Sardis llegara al fin con todas sus obras muertas, sino
que le dice que todavía hay tiempo para recuperar lo que no había muerto.
C. ACUÉRDATE
1.
Para terminar, el Señor le
llama a recordar la grandeza de lo que había recibido y oído de su parte y le
dice: “3:3Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo,
y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás
a qué hora vendré sobre ti.”
Al igual que a las otras iglesias en las cuales había pecado evidente, a Sardis
se le recomienda pasar por un arrepentimiento genuino para volverse a Dios.
2.
De inmediato el Señor le hace
una advertencia: “Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora
vendré sobre ti.” El Señor hace nuevamente alusión a la actitud que
debemos tener los creyentes frente a la realidad de que él viene a buscarnos y
al hecho de que lo hará como el ladrón a la hora que no sabemos.
3.
Por último, les declara: “3:4 Pero tienes unas pocas personas en Sardis
que no han manchado sus vestiduras; y andarán conmigo en vestiduras blancas,
porque son dignas.” Jesús sabe de algunos que han
permanecido fieles en Sardis, a los cuales les promete que andarán con él en
vestiduras blancas, estos son los que están representados por las vírgenes
prudentes que llenaron su lámpara de aceite con tiempo suficiente como para
estar preparadas para su encuentro en su venida como nos dice Apocalipsis 19:8.
Para terminar, el Señor les declara:
IV. SU RECOMPENSA
Apocalipsis 3:5 y 6
Esta promesa tiene tres
partes:
A.
AL
QUE VENCIERE SERA VESTIDO DE VESTIDURAS BLANCAS
1.
“3:5 El que venciere será vestido de vestiduras
blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante
de mi Padre, y delante de sus ángeles.
3:6 El que tiene oído, oiga lo
que el Espíritu dice a las iglesias.” Esta promesa nos lleva la mente a las bodas del
cordero las cuales son descritas en Apocalipsis 19:8-10 en su preámbulo y en su
celebración.
2.
También nos recuerda
Apocalipsis 19:14 donde se nos indica que esta será nuestra vestimenta cuando
vengamos con Cristo en su gloria, vestiduras que nos identifican con la obra
que Cristo ha hecho en nosotros al lavarnos con su sangre - Apocalipsis 7:14 y
22:14.
3.
Esta vestidura es símbolo de
las acciones justas de los santos - Apocalipsis 19:8 y será la vestidura de la
novia del Cordero para esa noche especial de sus bodas, nadie más podrá ser
vertido así.
B.
JAMÁS
BORRARÉ SU NOMBRE DEL LIBRO DE LA VIDA
1.
Se entiende que el vocablo “No” en este texto es la traducción de
la doble negación “ou méI” que puede
traducirse como: “Nunca, jamás, o de
ninguna manera”. Esto lo aclaramos porque con este versículo ha habido
muchas discusiones, en cuanto a que se dice que esto implica que el Señor
amenaza a los de Sardis con quitarle la salvación.
2.
Si leemos Éxodo 32:32-34 y
Salmos 69:28, nos daremos cuenta de lo que era costumbre en Israel:
a. Todos los Israelitas estaban inscritos en un
libro que afirmaba que esa persona estaba viva. Diríamos que es el libro de la
oficialía civil de Israel.
b. De igual manera se sabe que todas las
ciudades griegas y romanas tenían esta práctica, de hecho nosotros al día de
hoy se nos inscribe en un registro ciudadano.
c. Cuando una persona hacía algo indigno de su
pueblo era borrado de ese libro de la vida, como vemos que ocurre con la
historia que se hace de Moisés, la cual dice que Faraón envió a borrar el
nombre de Moisés de todo Egipto por el hecho de que había preferido irse con su
pueblo al matar al egipcio.
3.
Al que permanece fiel al
Señor, este le promete también que en aquel día le confesará delante de su
Padre que está en los cielos, prometiéndole fidelidad por fidelidad, De esta
manera podemos interpretar esta promesa de Cristo.
C.
CONFESARÉ
SU NOMBRE DELANTE DE MI PADRE Y DELANTE DE SUS ÁNGELES
1.
Aquí
se presenta la promesa de lo que hemos dicho anteriormente, el hecho de que se
nos prometa que jamás seremos borrados del libro de la vida, viene por la
seguridad de que en el día de su venida, seremos reconocidos por él como fieles
delante del Padre como nos dice Mateo 10:32, 33.
2.
En ese día tendremos el gozo
de la salvación, porque estará confirmada por nuestro Dios y ya no habrá más
oportunidad para ser tentados y mucho menos para dudar de las promesas que él
nos ha prometido.
3.
En aquel día no solamente
seremos confesados por Cristo delante del Padre, sino que también recibiremos
las coronas prometidas por nuestro trabajo, pero solamente por aquel trabajo
que hagamos para la gloria de Dios.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Entrando a la conclusión de esta epístola, podemos
dejar claro que la iglesia de Sardis era responsable de su alejamiento
espiritual de Dios y de su actitud de abandono de las obras que agradan a Dios.
Dejar de testificar de Cristo y de edificar a su
iglesia para dedicarse a obras que solo daban de que hablar en la sociedad
dentro de la cual se desarrollaba esta iglesia, evidentemente no eran obras
perfectas delante de Dios.
El llamado que se nos hace ahora, para concluir es: “El que tiene oídos, oiga lo que el Espíritu
dice a las iglesias”.
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