miércoles, 14 de marzo de 2012

YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD, Y LA VIDA.

YO SOY EL CAMINO, Y LA VERDAD, Y LA VIDA
(Juan 14:6)

            Ahora entramos a analizar la primera porción del capítulo 14, donde Jesús trata de calmar la turbación que embargaba a sus discípulos por causa de las noticias recibidas en cuanto a la profecía de que uno de ellos iba a entregar y de que Pedro le habría de negar.

            En esta primera sección del capítulo 14, veremos cuán grandioso es caminar por la senda del Dios verdadero, para poder decir como el Rey David cuando escribió el Salmo 25:4-5 diciendo: “Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname en tu verdad, y enséñame, porque tu eres el Dios de mi salvación; en ti he esperado todo el día”.

            Pudiéramos hacernos una pregunta: ¿Estamos todos seguros de que el camino que llevamos caminando todos los días de nuestra vida nos llevará a donde queremos?

            Muchos son los poetas que nos hablan del camino y, como ejemplo, recordemos al poeta Antonio Machado, cuando dijo: “Caminante, son tus huellas el camino, y nada más; caminante, no hay camino, se hace camino al andar”. Así cantaba en mi tiempo estas palabras Joan Manuel Serrat.

            Es una realidad con la cual los hombres hemos filosofado la verdad espiritual que le rodea, y es cierto que nunca alcanzamos a entender las cosas que pasan en la vida, las cuales escapan a nuestro control y todas las achacamos al destino.

            Es por esta razón que son muchos los humanos que buscan su destino por diferentes caminos y buscan la verdad a través de diferentes medios, aún por lo oculto para poder sentirse seguros, pero en esta porción bíblica encontramos que cuando hay confusión, Cristo es la Respuesta.

            Sigamos el bosquejo siguiente:
I.   UN CAMINO
II. LA VERDAD
III. LA VIDA EN EL PADRE

Veamos su enseñanza.
I. UN CAMINO
(Jn. 14:1-5)

A.      JESÚS OFRECE SEGURIDAD FRENTE AL CAMINO TRAZADO

                        1.         “No se turbe vuestro corazón”.
                                    Esta es la primera frase que nos ofrece nuestro Señor Jesucristo a través de esta porción de la Escritura.

                        2.         En este momento, Jesús se encuentra en la intimidad de los suyos y considera este el mejor momento de su ministerio para fortalecer la fe de sus discípulos, ya que su misión con los incrédulos está cumplida.

                        3.         Jesús les anuncia las promesas celestiales y la grandeza de su reino cuando dice: “En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros.  Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis”.

B.      JESÚS LLEVA A SUS DISCÍPULOS A CONFIAR EN ÉL PARA LLEGAR AL PADRE

                        1.         Es interesante ver cómo los hombres siempre tienen una salida para evitar el camino de Dios. Si leemos Mateo 7:13, Proverbios 14:12; 16:25; 16:2, veremos como piensa la humanidad con respecto a la eternidad.

                        2.         Jesús conociendo esta realidad, dice: “Creéis en Dios, creed también en mi” (Jn. 14:1-4).

                        3.         Jesús daba por sentado el hecho de que sus discípulos conocieran el camino hacia Dios, y en cierta manera, de conocer el camino.

            C.      JESÚS HACE ESTA DECLARACIÓN MANIFESTANDO                          SU AUTORIDAD

                        1.         Frente al desconocimiento de Tomás, Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad y la vida; nadie viene al padre, sino por mí”.

                        2.         Es interesante considerar la primera oración de esta frase: “Yo soy el camino”
                       
3.         En Mateo 7:14 se nos declara:
                                    “Porque estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. El camino que ofrece Jesús es para alcanzar a Dios el Padre y por el cual tendremos la seguridad de encontrar la Vida Eterna.

El vehículo es:
II. LA VERDAD
(Jn. 14:6)

          A.      LA VERDAD COMO ALGO INALCANZABLE PARA                                        MUCHOS

                        1.         Decía Eugenio María de Hostos: “Dadme la verdad, y os doy el mundo. Vosotros, sin la verdad, destrozaréis el mundo y yo, con la verdad, con solo la verdad, tantas veces reconstruiré el mundo cuántas veces lo hayáis vosotros destrozado”.

                        2.         La verdad es inalcanzable para el hombre que es esclavo del pecado; ya Jesús mismo se lo sabía declarado a los discípulos en Juan 8:31-32: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

                        3.         Vemos que la verdad es inalcanzable para los que se apartan de Jesucristo, porque él mismo es la verdad. La Palabra igualmente declara en Romanos 3:4 lo siguiente acerca de Dios y la Verdad cuando dice: “De ninguna manera; antes bien sea Dios veraz, y todo hombre mentiroso; como está escrito: Para que seas justificado en tus palabras, Y venzas cuando fueres juzgado”.

B.      LA VERDAD ES JESÚS Y SU PALABRA ES LA ÚNICA FUENTE DE CONOCIMIENTO

                        1.         Todo hombre es esclavo del pecado y de su consecuencia, pero Jesús mismo le ofrece libertad por el conocimiento de la verdad. “Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Jn. 8:32).

                        2.         Veamos Juan 14:7 para que notemos que la libertad viene por el conocimiento de Dios. Leamos cómo Jesús dice a Tomás: “Si me conocieseis, también a mi padre conoceríais; Y desde ahora le conocéis y le habéis visto”.

                        3.         Jesús lleva a Tomás y a los demás a entender que él es Dios y que fuera de él no hay verdad: “Sea Dios veraz y todo hombre mentiroso”.
Entonces:
·         La Vía es Jesús,
·         El Vehículo es La Verdad,
·         El Motor es La Vida,
·         La Meta es llegar al Padre.
  
III. LA VIDA EN EL PADRE
(Jn. 14:6b, 8-14)

            A.      LA VIDA QUE JESÚS OFRECE ES LA VIDA ETERNA

1.         En Juan 17:1-3 se nos dice: “Estas cosas habló Jesús, y levantando los ojos al cielo, dijo: Padre, la hora ha llegado; glorifica a tu Hijo, para que también tu Hijo te glorifique a ti; como le has dado potestad sobre toda carne, para que dé vida eterna a todos los que le diste. Y esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”. 

2.         Sin poseer la Vida Eterna, el hombre sin Dios no puede alcanzar llegar a la presencia del Padre y sólo Jesús tiene esa potestad dada por el Padre para dar la Vida Eterna a los hombres que se arrepientan.

3.         De igual manera en el Evangelio de Juan el Señor expresa la autoridad que recibió del Padre para conceder la Vida Eterna a quien él quiere cuando dice: “Respondió entonces Jesús, y les dijo: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente. Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que estas le mostrará, de modo que vosotros os maravilléis. Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”. 

B.      EL PADRE ES LA META DE TODO CREYENTE

                        1.         “Nadie viene al padre sino por mí”
                                    Jesús nos declara en este momento que la única meta que él ofrece al creyente es llegar al padre.

                        2.         Por esta razón, Cristo es la Vida, ya que nadie puede caminar si permanece en muerte (Gn. 2:17 y 3:22-24). Juan 17:3 dice: “Y esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero y a Jesucristo, a quien has enviado”.

                        3.         Es indispensable aferrarse a la Vida Eterna para poder llegar a la meta, porque los que mueren sin Cristo, no llegarán nunca a la presencia del Padre.

            C.      EL CONOCIMIENTO DEL PADRE VIENE A TRAVÉS DE                         JESÚS

                        1.         Notemos en el versículo 8 que es Felipe el que pide a Jesús que le muestre la persona del Padre: “Señor, muéstranos al Padre, y nos basta”.

                        2.         De inmediato Jesús declara a Felipe diciendo:
                                    “¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al padre; ¿Cómo, pues, dices tú: Muéstranos al padre?
                        3.         Jesús establece la unidad de él con el Padre y de la imposibilidad de conocer al Padre, sino a través de El.

            D.      JESÚS ES PODEROSO POR SU UNIDAD CON EL PADRE

                        1.         Es poderoso en palabras, porque lo que habla lo hace a través del Padre (v. 10)
                                    La misma idea de unidad la notamos en Juan 16:13, cuando nos dice: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad; el os guiará a toda la verdad; Porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de saber.
                                    Todo lo que tiene el padre es mío; Por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber”.

                        2.         El, por su unidad con el Padre es poderoso en obras (v. 11): “Hemos de creer no sólo por sus palabras, sino por las obras maravillosas que ha hecho. Y por él haremos obras mayores” (v.12).

                        3.         El, por su unidad con el Padre, responde toda oración:
                                     Y todo lo que pidiereis al padre en mi nombre, lo haré, para que el padre sea glorificado en el hijo. Si algo pidiereis en mi nombre, yo lo haré” (vv.13-14).

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Jesús es poderoso en palabras, en obras y en gloria. Por esto, nadie viene al Padre, sino es a través de él. Busquemos la bendición para aquellos que están en muerte, de forma tal que puedan alcanzar la salvación y la Vida Eterna a través de Jesucristo, quien es nuestro único y suficiente salvador como dice Hechos 4:12 al expresar: “Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”. 


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