lunes, 11 de marzo de 2013

MENSAJE A ESMIRNA



Continuando con la serie sobre los mensajes de Jesucristo a las siete iglesias del Asia Menor y ahora nos toca analizar el mensaje a la iglesia de Esmirna.


               Esmirna fue durante muchos siglos una ciudad próspera, pero como todas las cosas de este mundo también pasó por un período de oscuridad y de decadencia, hasta el tiempo en que Alejandro el Grande y su general sucesor Lisímaco la reconstruyeron haciéndose de inmediato una ciudad más rica y más famosa que lo que era anteriormente, llegándola a llamar La Dorada Esmirna, la que fue también la patria del poeta griego Homero. 



               Esta se encuentra enclavada a 56 Kilómetros al norte de Éfeso y fue fundada por griegos eólicos en siglo XII a.C.







En la Biblia no tenemos ningún relato del inicio de la iglesia en esta ciudad, como lo tenemos acerca de la iglesia de los Efesios, pero sí la historia secular declara la causa de la persecución de los cristianos en esta ciudad. La causa fue muy natural ya que los fieles cristianos de Esmirna chocaban con los corruptos ciudadanos de esta opulenta metrópolis y con la religiosidad hipócrita de los judíos que en ella habitaban, los cuales excitaban la población pagana para destruir aquellos que le acusaban con el evangelio y con la santidad de su vida.

Esta carta es tal vez la más impresionante de todas las cartas, ya que en ella se revive la realidad del cristianismo genuino y el efecto que éste produce en un mundo de pecado, recordándonos lo anunciado por el apóstol Pablo en 2 Timoteo 3:12, cuando dice: “Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.

Es una bendición haber tenido hermanos como éstos, de los cuales aprendemos la sincera fidelidad a Cristo, frente a lo que llamaríamos una genuina prueba de fe por causa del evangelio de nuestro Señor Jesucristo.

El Señor Jesucristo es el que escribe. Veamos pues en esta carta:
I.       SU TÍTULO
II.      SU ELOGIO
III.     SU EXHORTACIÓN
IV.    SU RECOMPENSA

Vemos, pues, a diferencia de la carta de la iglesia de Éfeso, que la carta de Esmirna sustituye la queja por una exhortación, cosa que nos llena de esperanzas.
El nombre de Esmirna, significa Amarga o Mirra.
El Señor, en primer lugar, le escribe a la iglesia destacando:

I. SU TITULO
Apocalipsis 2:8
         
Es de consolación este título, porque:

A.    CON ESTE TÍTULO EL SEÑOR APAGA EL TEMOR 

1.                  “El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto”. Este ha sido el mejor título con el cual el Señor pudo haberse identificado a la iglesia de Esmirna, ya que esta descripción tiene como objetivo la consolación de los hermanos afligidos de esta iglesia, que sufría gran tribulación.

2.                  Cuando Jesús se le aparece al apóstol Juan en (1:17,18), y Juan cae como muerto a sus pies por el temor, Jesús le dice: “No temas, yo soy el primero y el último, y el que vivo, y estuve muerto; más he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del hades”.

3.                  Esmirna, al igual que el apóstol Juan, no debía temer a la muerte ya que el que estaba ahí, había vencido la muerte y lo demostraba estando vivo eternamente. Los creyentes de Esmirna no debían temer porque él tenía en sus manos las llaves de la muerte y del hades, símbolo de su autoridad sobre la vida y la muerte; él es el que controla la situación. 

B.    CON ESTE TÍTULO EL SEÑOR DEMUESTRA SU PODER 

1.                  Este es un título que en el Antiguo Testamento sólo le pertenecía a Dios. Éxodo 3:14 - “Yo soy el que soy”; Isaías 44:6 - “Así dice Jehová el rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos: Yo soy el primero y yo soy el postrero, y fuera de mi no hay Dios”.

2.                  ¿Quién podía vencerle si él era Jehová de los ejércitos, que había ganado la batalla? En esta promesa y en esta fortaleza era que la iglesia de Esmirna tenía que poner su confianza y su fuerza, porque la tribulación le angustiaba y sólo en Jesús ellos podían alcanzar la victoria en fidelidad.

3.                  Con este poder, somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Esto nos recuerda las palabras del apóstol Pablo en Romanos 8:35, 37-39 cuando dice: “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro”.

C.   CON ESTE TITULO EL SEÑOR DEMUESTRA QUE ÉL ES NUESTRA VICTORIA

1.                  Él Señor quiere transmitir a la iglesia de Esmirna la seguridad de la victoria, en la medida en que ella confiara en él, así nos lo muestra el Salmos 46:1-3 cuando dice “Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar; Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes a causa de su braveza”.

2.                  Luego que vemos promesas como estas, es una realidad que si la iglesia de Esmirna miraba por fe hacia el poder que emana de aquel que tiene poder sobre la vida y la muerte, ella no podía temer ante nadie, ni ante nada que pudiese amedrentarla.

3.                  Por tanto, los creyentes no tenemos por que temer porque la victoria es nuestra. Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? Dios es el que dará la cara por sus hijos, él es el que estará ahí para enfrentar todo enemigo, él peleará por sus hijos.

Veamos ahora:
II. SU ELOGIO
Apocalipsis 2:9 

A.    YO CONOZCO TUS OBRAS 

1.                  La apreciación del Señor viene dada por el conocimiento que él tiene de su iglesia y por su atributo de omnisciencia el cual es manifestado en esta parte. El texto dice: “Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás.” De cierto que las obras de Esmirna eran obras de fe, ya que confiaban en la obra del Señor para mantenerse firmes en la tribulación.

2.                  Las obras de ellos habían sido la causa de su persecución y eran obras evidentes, esto es algo que debemos destacar, todos los creyentes que obran serán perseguidos y atribulados; en la generalidad de los casos, aquellos que no hacen nada u aquellos que se avergüenzan del trabajo para Dios atacarán a los que hacen obras de fe.

3.                  Las obras de Esmirna eran obras agradables al Señor, ya que no encontramos ninguna queja de nuestro Señor para esta iglesia, lo que nos muestra evidentemente que esta iglesia andaba bajo un testimonio piadoso que glorificaba el nombre de nuestro Señor Jesucristo. 

B.    YO CONOZCO TU TRIBULACIÓN


1.                  Como decía anteriormente, estas obras piadosas necesariamente tenían que producir tribulación debemos recordar aquí lo que el apóstol Pablo ya ha dicho en 2 Timoteo 3:12 sobre los piadosos. “Y también todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”.

2.                  La palabra tribulación aquí puede significar angustia, aflicción, opresión, apretujar, indica presión por medio de la cual el ser humano sufre, como la presión que hace una rueda de molino cuando muele el trigo, o la presión que se ejerce sobre la caña para obtener el guarapo o la que ejerce el agua cuando tratamos de cerrar su salida.

3.                  Estos hermanos estaban bajo presión de muerte a causa de su fidelidad a Cristo; es aquí Jesús cuando les escribe con infinita ternura y les dice: “yo conozco tu tribulación”. Muchas veces los creyentes usamos la expresión: “Es que tu no sabes lo que yo estoy pasando” y no recuerdan que lo importante es que el Señor si está en control de todas nuestras tribulaciones y al fin y al cabo él es que tiene que saber lo que nos pasa, porque al final él es el que nos va ayudar. 

C.   YO CONOZCO TU POBREZA 

1.                  La palabra real indica "mendicidad" y viene del griego "Ptoqueuo", refiriéndose a lo material y no a lo espiritual. Es la misma palabra que utiliza e "l apóstol Pablo en 2 Corintios 8:9 cuando dice: “Porque ya conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”.

2.                  Ellos lo habían perdido todo por causa de la persecución, trabajo, pertenencias, posición social, privilegios humanos, todo había sido perdido materialmente por la causa de Cristo y por su fidelidad a Dios y además de todo esto, estaban padeciendo tribulación.

3.                  Esta pobreza era típica de aquel que dejaba todo por Cristo. Más Jesús dijo, viéndolos pobres: “Pero tu eres rico”. Es maravilloso ver que dentro de esta apreciación, en la cual el Señor destaca la manera en que una iglesia haya llegado a la pobreza material, a lo cual ha llegado por ser fiel a su causa, sea convertido esto en un gran elogio de Jesús. Esto nos deja dicho que lo importante no es lo que poseamos materialmente, sino lo que Dios piense de nosotros espiritualmente.
           
D.    YO CONOZCO LA BLASFEMIA DE LOS QUE DICEN SER JUDÍOS Y NO LO SON, SINO SINAGOGA DE SATANÁS

1.                  Esta es la obra del diablo contra los fieles creyentes a través de todos los tiempos, tratar de proferir calumnias y vituperios hacia la obra de Dios, tratar de engañar a los ingenuos y confundir a los creyentes verdaderos para que se decepcionen de la obra de Cristo.

2.                  La artimaña del diablo es desacreditar a los que glorifican al Señor con sus vidas en Mateo 5:11, 12 - “Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. El arma de estos falsos piadosos ha sido, es y será siempre la mentira.

3.                  Dicen ser judíos, hijos de Abraham, pero no hacen las obras de Abraham que son obras de fe que hizo Abraham su padre, sino que se especializan en hacer las obras de su padre Satanás, obras mentirosas como les declaró el mismo Jesús en Juan 8:39-47 especialmente en el (v. 44) cuando les dijo: “Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. Él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él, Cuando habla mentira, de suyo habla; porque es mentiroso, y padre de mentira”.

4.                  La palabra de verdad predicada por los hermanos de Esmirna no podía ser oída por ellos, por esto sabía el Señor que ellos no eran verdaderos hijos suyos, sino de Satanás. Estos eran de la religión del diablo, aunque dijeran que eran hijos de Abraham y por tanto hiciesen creer que eran hijos de Dios.

Luego de esta apreciación, veamos como el Señor se dedica a darles:
III. SU EXHORTACIÓN
Apocalipsis 2:10a 

A.   NO TEMAS     

1.                  Al igual como Jesús le dijo al apóstol Juan en (1:17), les dice a ellos ahora: “No temas en nada lo que vas a padecer”. Es interesante ver que si se entiende que todo lo que Dios permite en nuestras vidas es por amor de nosotros, entonces sabemos que no tenemos por qué temer. 1 Juan 4:18 dice: “En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor”.

2.                  Es impresionante ver que el Señor no se dedica a darles promesas de que van a ser librados del sufrimiento sino, al contrario, les dice que vendrán pruebas más difíciles, entendiendo que esos hermanos conocen que las pruebas nos perfeccionan, nos hacen mejores creyentes, nos ayudan a entender como Dios nos cuida cuando pasamos por ellas, nos disciplinan y nos enseñan que Satanás ya ha sido vencido por Dios. 

3.                  Es por tanto que Jesús aquí se limita a traerles consuelo y a confortar su alma en la medida en que ellos se preparan para lo que ha de venir sobre sus vidas, Jesús solo desea que ellos sepan que él está ahí y les dice, no teman, ustedes podrán resistir con mi ayuda. 1 Corintios 10:13 nos recuerda esto cuando dice: “No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no nos os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar”.

B.    EL SEÑOR AVISA LO QUE SUCEDERÁ

1.                  El Señor tiene la delicadeza de hacer saber a los hermanos de Esmirna lo que les ha de acontecer cuando les dice: “He aquí el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días”. Cuando Juan dijo de parte del Señor a esta iglesia que algunos serian arrojados a la cárcel, él sabía que el encarcelamiento romano era frecuentemente un preludio a la ejecución. El animaba a los creyentes a ser fieles hasta la muerte.

2.                  Durante la persecución del año 155 d.C. el aprendiz de Juan, Policarpo, fue martirizado aquí. Como ejemplo de las advertencias y las exhortaciones de Juan, el se rehusó a blasfemar el nombre de Dios y posteriormente fue quemado vivo.

         

Su martirio se nos narra así:
Policarpo fue llevado al fin ante el procónsul Decio Cuadrato, que aún le dio la oportunidad de arrepentirse de su fe. El diálogo que mantuvieron fue este: “Declara que el César es el Señor”. Policarpo respondió: “Yo sólo reconozco como mi Señor a Jesucristo, el Hijo de Dios”. Añadió el gobernador: “¿Y qué pierde con echar un poco de incienso ante el altar del César? Renuncia a Cristo y salvarás tu vida”. A lo cual Policarpo dio una respuesta admirable.
Dijo así: “Ochenta y seis años llevo sirviendo a Jesucristo y Él nunca me ha fallado en nada. ¿Cómo le voy yo a fallar a Él ahora? Yo seré siempre amigo de Cristo”.
El procónsul le grita: “Si no adoras al César y sigues adorando a Cristo te condenaré a las llamas”. Y el santo responde: “Me amenazas con fuego que dura unos momentos y después se apaga. Yo lo que quiero es no tener que ir nunca al fuego eterno que nunca se apaga”.
En ese momento, el pueblo, lleno de ira, pidió al procónsul que fuera condenado a morir entre las llamas. Así lo ordenó el procónsul. Lo único que pidió Policarpo es que lo dejaran libre entre las llamas, que no se iba a escapar.
Los soldados tan solo le ataron las manos y lo dejaron allí, pasto de las llamas. Los verdugos recibieron la orden de atravesar con una lanza el corazón de Policarpo. Más tarde, los cristianos pudieron recoger sus huesos.
No hay que olvidar el significado etimológico del nombre “Policarpo”: el que produce muchos frutos de buenas obras (poli, mucho; carpo, fruto).
Los cristianos de esa ciudad padecieron persecuciones y discriminaciones a la vez que se enfrentaban doctrinas como el gnosticismo, montanismo, nicolaísmo y el marcionismo.

3.                  Por medio del apóstol Juan Jesús mismo había declarado y advertido esta clase de situaciones que se le presentaría a todo hijo de Dios, cuando dijo en Juan 16:33b: “En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. Vemos aquí que el Señor nunca engañó a los suyos, como vemos que se hace hoy con algunos creyentes, enseñándoles un cristianismo placentero y libre de persecución.

4.                  Ahora bien, el Señor les recuerda que él estará ahí y que él ha pasado la misma experiencia así como sus discípulos como podemos recordar lo que nos dice el apóstol Pedro en 1 Pedro 4:12-14 cuando dice: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese, sino gozaos por cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría. Si sois vituperados por el nombre de Cristo, sois bienaventurados, porque el glorioso Espíritu de Dios reposa sobre vosotros. Ciertamente de parte de ellos, él es blasfemado, pero por vosotros es glorificado”.

C.    SE FIEL HASTA LA MUERTE

1.                  Después de todo lo dicho, esta última exhortación del Señor se hace más fácil. La palabra fiel puede traducirse aquí como “estar convencido” de tal manera que podamos llegar aún hasta la muerte con la seguridad de nuestra fe. Esmirna pudiera recordar y alzar su bandera del valor, con las palabras del Señor al presentarse ante ellos diciéndoles: “El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió.” Si tú vives, nosotros también viviremos”.

2.                  La fidelidad del cristiano está en saber que Jesucristo ha sido fiel, sabemos también que cuando pensamos en esto y no tenemos convicción y mucho menos pensamos en las bendiciones venideras, sino que con la carne pensamos en el sufrimiento, entonces estaremos seguros de que vamos a sucumbir en la prueba.

3.                  Cuando el Señor dice a esta iglesia: “se fiel hasta la muerte” y no, “prepárense o fortalézcanse ustedes mismos para la prueba,” es porque él sabe que sin su ayuda y fortaleza sucumbiremos, ningún cristiano puede ir a la batalla pretendiendo salir en victoria con su propia fuerza, sino que debemos ir como fue el Rey David cuando frente a Goliat dijo: “Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla,” o como dice Zacarías 4:6 cuando el ángel habló a Zorobabel: “Entonces respondió y habló diciendo: Esta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos”. .
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Ahora veamos que después de la fidelidad, viene el cumplimiento de...
IV. SU RECOMPENSA
Apocalipsis 2:10b 

A.    ESTA CORONA SOLO LE PERTENECE A ÉL 

1.                  “Y yo te daré la corona de vida”. Estas son coronas que sólo a él le pertenecen. Por esto las ofrece a aquellos que pasen por la prueba y sean fieles. Recordemos que él es la vida y el único que tiene autoridad para dar vida a quien quiere.
                 
2.                  Él las compartirá con nosotros, con todos los que yendo a la prueba sepan confiar en la fuerza del Señor y no en su propia fuerza, porque cuando estamos solos y entendemos que no somos suficientes, entonces es que en humildad podremos ir a la batalla con la fuerza de Jehová de los ejércitos y obtener así su corona.

3.                  Él promete coronarnos con la corona (stéphanos) de la vida, si somos fieles. Aquí no se refiere a que Jesús nos dará vida porque los creyentes ya tienen la vida eterna, sino que se refiere a un galardón que recibirán del Señor aquellos que sufren el martirio por su causa y se refiere a aquel galardón de hojas de Laurel que se entretejía y se colocaba en la cabeza de los vencedores.

B.    SOLO HAY DOS MANERAS DE OBTENER ESTA CORONA 

1.                  Se nos dice en Santiago 1:12 que esta corona es también para los que soportan la tentación y resistan los deseos de la carne y de la concupiscencia, haciendo que el Espíritu de Dios gobierne su vida cristiana.

2.                  Aquí en Apocalipsis 2:10 se dice ahora que esta será también para los creyentes que sean fieles en la tribulación y principalmente para aquellos que vayan al martirio por causa de Jesús. 

C.   UNA PROMESA AÑADIDA PARA LOS TRIUNFANTES 

1.                  Luego de que el autor de la epístola termina el (v. 10) declara: “El que tiene oído, oiga los que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte”. Avisa a los creyentes, que el que venza, siendo Cristo su victoria, no sufrirá daño de la segunda muerte.

2.                  Podemos pensar que Jesús avisa a los que dicen ser cristianos y no lo son y a los perseguidores de la iglesia que en este caso se hacían pasar por judíos e hijos de Abraham por la fe, que aunque se libren de esta tribulación terrenal, no podrán librarse de la celestial.

3.                  La tribulación celestial es y será tremenda, porque aquellos que la sufran no tendrán fuerza para escaparse del infierno eterno y del lago de fuego venidero donde Dios echará al diablo y a sus aliados. Por esto dijo el Señor Jesucristo en Mateo 10:28: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno”.


No importa hermanos cual sea la amenaza de los incrédulo y aún del mismo Satanás en persona, lo que si estamos seguros es que Dios pelea por nosotros y que venceremos con el poder de su fuerza, por tanto oremos para que él nos ayude en cada momento en que estemos padeciendo alguna prueba y mucho más cuando esta prueba sea por su causa. Tomemos para sí esta promesa del Señor a esta iglesia fiel y tratemos de glorificarle con nuestra vida. Dios sea nuestra victoria.        

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