miércoles, 13 de febrero de 2013

LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO



Luego de haber iniciado este estudio del libro del Apocalipsis con un análisis introductorio, comenzaremos de inmediato nuestro estudio exegético del mismo, tomando capítulo por capítulo y versículo por versículo de este libro de apasionantes revelaciones para todo estudioso de las sagradas escrituras, dentro del cual encontraremos todo lo que Dios tiene para el futuro de sus hijos, además de que dentro del mismo tendremos la oportunidad de conocer también lo que Dios demanda a su Iglesia, la esposa del Cordero y a quien él espera en los cielos para celebrar con ella sus bodas celestiales.


Ciertamente que el libro del Apocalipsis o de la Revelación, es un libro que todos los creyentes necesitamos conocer y como dijimos en el estudio anterior, no tiene que ser considerado por ningún cristiano como un libro al cual tengamos que tenerle temor, sino más bien como a cualquier libro de la Biblia, debemos considerarlo sí, con mucha seriedad y con mucha reverencia, ya que de esta manera, pienso, que su estudio redundará en beneficio de sus lectores, y más en bendiciones para aquellos que lo pongan en práctica como promete la bienaventuranza que encontramos en (1:3).

Quisiera que en este momento hiciéramos una oración al Padre de los cielos, para que nos bendiga y nos ayude grandemente en esta tarea propuesta, reconociendo delante de él lo insuficiente que somos y la necesidad que tenemos de la iluminación del Espíritu Santo, para poder comprender la palabra INSPIRADA y REVELADA para nosotros, en beneficio de nuestro crecimiento espiritual.

Por otro lado, quisiera considerar como un hecho real, el interés de todos los que nos proponemos al estudio de este libro, así como la consabida dedicación de poner nuestra mente, corazón y voluntad para que el objetivo de Dios sea cumplido en nosotros.

Comencemos a trabajar, en este momento pongamos nuestra atención a cada detalle que Dios por su Espíritu, ha hecho llegar a nosotros. Veámoslo en el bosquejo siguiente:

I.    LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO

II.  EL TESTIMONIO DE JUAN

III. LA BIENAVENTURANZA INICIAL

I. LA REVELACIÓN DE JESUCRISTO
Apocalipsis 1:1

A.    CADENA DE TRANSMISIÓN EN LA REVELACIÓN

1.      Como podemos notar en este primer versículo, el apóstol Juan se preocupa por establecer el origen de la revelación de que él ha sido objeto. Además de que nos declara la cadena de transmisión que Dios usó para la misma.

2.      Citando el texto podemos ver lo que se quiere expresar: “La revelación (apokalupsis) de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan”. El apóstol Juan va a ser el único elemento humano que participará en desvelar o en descorrer el velo de aquello que hasta ese momento, conocía solamente el Padre.

3.      Está claro que la cadena de transmisión comienza directamente con Dios y continúa con el esquema que presentamos a continuación:


         De esta manera vemos como podemos asegurar que la revelación tiene origen Divino y que Juan ha sido el primer testigo presencial de la misma. Pero debemos dejar claro que el sujeto de esta revelación es Jesucristo.

B.    PERSONAJES PARTICIPANTES EN LA TRANSMISIÓN

1.      Todos sabemos que toda revelación proviene directamente de parte de Dios, pues tomando en cuenta la definición teológica de lo que es revelación, Dios es el origen de todo lo desconocido (Dt. 29:29). Podemos definir la revelación como el acto sobrenatural de Dios de comunicar al hombre, por su propia iniciativa y operación, cosas que de otro modo éste no podría nunca saber.

2.            Por otro lado, siguiendo la cadena de transmisión, tenemos que declarar que en segundo término hallamos a la persona de Nuestro Señor Jesucristo, quien en su humanidad no conocía cosas que solo pertenecen al Padre como él mismo dice en Marcos 13:32, pero que luego de ser glorificado, es el agente directo que Dios el Padre utiliza, para transmitir al ángel la revelación que este llevará al apóstol Juan para que lo hiciera saber a los siervos de Dios.

3.      Luego de que la revelación sale de Dios, pasa por la persona de Jesucristo, es dada a un ángel (consiervo de Juan como vemos que dice Apocalipsis 22:7-8, posiblemente a Miguel o a Gabriel, quienes durante toda la historia bíblica permanecen siendo mensajeros de Dios. Luego a través de él llega a Juan, el apóstol amado, el instrumento humano que hará llegar o que mostrará este mensaje a los demás creyentes que sirven a Dios.

C.    CONTENIDO DE LA TRANSMISIÓN

1.      Como podemos notar en este mismo versículo, Dios declara el contenido general de lo que vamos a conocer durante la lectura de este libro. Notemos como dice el texto: “...Las cosas que deben suceder pronto”. Así se plantea en 2 Pedro 3:8-13; Apocalipsis 1:3; 3:11; 22:6, 7, 10, 12, 20. Esta expresión no está ligada más bien, al tiempo del apóstol Juan, sino que está relacionada al hecho de la rapidez con que han de suceder las cosas aquí narradas luego de que se inicien.

2.            Estas cosas, que en este momento son conocidas como “...Las cosas que deben suceder pronto”. Serán también presentadas en (1:19) como:
        
Dentro de esta clasificación veremos eventos tales como:

·           La bendición y amonestación a la iglesia de aquellos días.
·           Los pecados principales y el juicio a las iglesias.
·           Los acontecimientos que preceden su segunda venida.
·           El señorío del anticristo.
·           La revelación de Jesucristo en su segunda venida y la batalla de Armagedón.
·           La destrucción de los reinos terrenales y de los poderes satánicos.
·           El inicio del reino milenial.
·           El juicio final para el incrédulo.
·           La manifestación del cielo nuevo y de la tierra nueva para los creyentes.

3.      Estas cosas que han de suceder están relacionadas a la persona de Nuestro Señor Jesucristo, entendiendo que él es el sujeto de toda la revelación. Debemos recordar que estas cosas que han de suceder pronto, están relacionadas con la segunda venida en gloria y de los acontecimientos que precederán y seguirán a este hecho innegable y anhelado por el pueblo de Dios.

II. EL TESTIMONIO DE JUAN

Apocalipsis 1:2 

A.    EL TESTIMONIO DE LA PALABRA DE DIOS


1.      Como podemos ver el apóstol Juan se declara como el siervo (doulos) de Dios y en este versículo también nos informa sobre la fuente que nutrió la transmisión de esta revelación que él recibe, y nos declara que él mismo es el que dio testimonio de la palabra de Dios, del testimonio de Jesucristo y de todo lo que vio a través de esta revelación.

2.      El apóstol Juan en (1:2) usa la expresión “…que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.” nos quiere indicar que evidentemente, él, por la inspiración del Espíritu Santo, escribió fielmente todo lo que provino de la boca de Dios por medio de Jesucristo, quien es el que da a conocer todo lo que es de Dios, porque él es el verbo de Dios como nos dice Juan 1:18.

3.      Tenemos que recordar que las experiencias del apóstol Juan para recibir la revelación del libro del Apocalipsis, tuvieron diferentes medios, sea por visiones, por sueños, señales y por transmisión directa, él recibió por la inspiración del Espíritu Santo lo que había de escribir, él sabe y testifica que todo esto provenía de Dios, es “la palabra de Dios”, por esto dio testimonio de ella.

B.    EL TESTIMONIO DE JESUCRISTO

1.      El apóstol Juan también declara que de igual manera testifica “del testimonio de Jesucristo”. Recordemos que el apóstol Juan tenía el Espíritu Santo y estaba siendo inspirado por él para transmitir esta revelación, dando cumplimiento a las palabras del mismo Jesucristo dichas en Juan 15:26, 27, las que dicen: “Pero cuando venga el consolador, a quien yo os enviaré del padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del padre, el dará testimonio de mí.
         Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio”.

2.      Es bueno recordar también en este punto las palabras de Jesús en Juan 16:13-15, las cuales también nos dicen: “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, el os guiara a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
Y él me glorificará; porque tomará de lo mío y os lo hará saber.
Todo lo que tiene el padre es mío; por eso dije que tomara de lo mío, y os lo hará saber”.

3.      Está claro entonces que si Jesús mismo profetizó sobre la labor de los apóstoles, entonces está más que consabido que esto tenía que ocurrir, además de que nuestro Señor es el objeto principal de la profecía - Apocalipsis 19:10 “...Porque el testimonio de Jesús es el Espíritu de la profecía”.

C.    EL TESTIMONIO DE TODAS LAS COSAS QUE JUAN VIO

1.      Sabemos que el apóstol Juan es calificado como un “profeta”, ya que durante todos sus escritos declara que tuvo visiones de profeta, como nos testifica en 1 Juan 1:1-4 donde nos dice: “Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido”.

2.      Además, el mismo apóstol Juan declara su experiencia como algo que ha venido a él por el conocimiento que tiene de Dios como vemos que lo testifica en Juan 21:24; 3 Juan 12, declarando de esta manera, que su testimonio es verdadero, si el apóstol Juan no conociese a Dios no tendría argumento para decir lo que dice.

3.      Podemos decir que el apóstol Juan fue un hombre privilegiado en cuanto a las cosas que Dios le permitió vivir y conocer; primeramente, cerca de nuestro Señor Jesucristo y luego, a través de las diferentes visiones que tuvo para recibir por la inspiración del Espíritu Santo el contenido de todos los libros que le fueron revelados.

III. LA BIENAVENTURANZA INICIAL

Apocalipsis 1:3

A.    SIGNIFICADO DE LAS BIENAVENTURANZAS

1.      El texto ahora nos dice: “Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.” La palabra “bienaventuranza” viene del vocablo griego (Makarios), que quiere decir “dichoso”, como se expresa también en Mateo 5:3 y ss. Dichoso según la Biblia, es aquel que disfruta del favor de Dios y recibe bendiciones de lo alto como nos dice Santiago 1:17: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación”.

2.      Es penoso ver que el hombre del mundo desea recibir el favor de Dios, pero no está dispuesto a someterse a lo que él declara en su palabra y a lo cual debemos someternos para obtener el favor que deseamos. De lo contrario no podremos ser bienaventurados.

3.      Una bienaventuranza bíblica incluye algunas cosas que debemos conocer:

B.    EL ORDEN DE LAS BIENAVENTURANZAS 

1.      Realmente esta no es la única bienaventuranza que encontramos en el libro del Apocalipsis ya que podemos ver 7 de ellas a través de toda la revelación dada al apóstol Juan. Estas bienaventuranzas vienen a ser como una especie de aliento, de olor de perfume de rosas al lado de los sangrientos hechos que han de conturbar la tierra y sus moradores, especialmente para aquellos que durante todo el tiempo del estudio de esta revelación verán la manifestación del juicio de Dios.

2.      Las siete bienaventuranzas del libro son las siguientes:

3.      Es maravilloso conocer todo el incentivo que Dios da a sus hijos para que podamos actuar conforme a su voluntad y la manera en que él nos motiva para que le obedezcamos. Lo que nos dice que el libro del Apocalipsis no solo nos narra promesas cruentas, sino que también nos enseña motivaciones maravillosas a las cuales debemos atender los creyentes.

C.    LA EXCLUSIVIDAD DEL LIBRO DE APOCALIPSIS EN CUANTO A LAS BIENAVENTURANZAS

1.      El libro del Apocalipsis es el único libro de la escritura que contiene una promesa tan directa de bendición para aquellos que leen, oyen y guardan las cosas que aquí se han escrito. Por esto nosotros los creyentes debemos cada día conocer más de esta profecía. No con el propósito de llenar el entendimiento, como dijimos en la introducción, sino para poner por obra lo que aquí se dice y ser bienaventurados.
2.      Dios parece prever que muchos descuidarían el estudio de este libro o que les daría lo mismo el ignorar su revelación profética. De hecho a través del tiempo el libro del Apocalipsis se ha considerado como un libro complicado, del cual tenemos que tener cuidado y al que debemos poner en un lugar apartado. No obstante la actitud de los hombres durante estos 2,000 años, el creyente fiel y deseoso de recibir la bendición de Dios no debe cansarse de estudiarlo.

3.      Las razones por las cuales en el pueblo de Dios hay tantos creyentes que tomen al descuido este maravilloso libro; se debe en gran parte:

·                A un ardid del diablo para que los creyentes no sean felices y dichosos.
·                A la falta de muchos del amor necesario para permanecer interesados en conocer todo lo que el esposo dice a la iglesia.
·                Al apego constante de los creyentes a las cosas de este mundo, que le llevan a olvidar dónde debe estar puesta su esperanza.


Creo que es necesario estar claro que cuando actuamos con dejadez y con apatía las demandas de Dios, de nosotros será la pérdida de las bendiciones prometidas, cuando no estamos dispuestos a hacer lo que Dios demanda, estaremos dentro del grupo de los que recibirán las maldiciones de Dios; pero si estamos dentro del grupo de los que obedecen, entonces estaremos dentro del grupo de los son bendecidos y felices. Recordemos que el apóstol Juan termina diciendo: “Porque el tiempo está cerca”. Por tanto, los burladores e incrédulos, no creen estas cosas (2 P. 3:3-7 y Jud. 18), pero sepamos que la iglesia ha sido puesta para ser fiel, si somos parte de la iglesia de Cristo, entonces obedezcamos y esforcémonos a estudiar y a poner por obra la profecía de este libro.                                                                                                                      

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