miércoles, 4 de julio de 2012

HISTORIA DE LA IGLESIA VIII


“EL PROTESTANTISMO
EN AMÉRICA LATINA”
(Primera Parte)
(CAPITULO VIII)

8.1                        PREÁMBULO
La atención que los autores de libros de texto sobre la historia del cristianismo han prestado a América Latina no ha sido muy grande. Obviamente sucedió así en razón de que la mayoría de ellos han escrito desde una perspectiva anglosajona o europea. Muy particularmente, esto ha sido cierto con relación a la historiografía protestante.
Es evidente que casi todos los historiadores protestantes del mundo noratlántico han estructurado sus obras pensando en un desarrollo unilineal del cristianismo. En general, han concebido la expansión de la fe cristiana siguiendo un movimiento que se orienta de este a oeste. Comenzando con el testimonio en Jerusalén, el cristianismo se esparció “hasta lo último de la tierra” siguiendo una ruta que a lo largo de los siglos atraviesa Siria, Asia Menor, Grecia, Roma, la Europa del Mediterráneo, Europa del Noreste, Inglaterra y finalmente los Estados Unidos. Es desde estos dos últimos países de donde el cristianismo tomará contacto con el resto del mundo por medio del movimiento de las misiones modernas, a partir de fines del siglo XVIII.
No existe todavía una obra de conjunto que, con seriedad científica, recree los eventos humanos vividos durante el siglo y medio de presencia protestante continua en América Latina. Cabe aclarar que se utilizará el nombre “protestante” para designar aquella forma de cristianismo que no es católica ni ortodoxa, y que sigue en términos generales los planteamientos de la Reforma del siglo XVI. Se utilizará también, como equivalente el nombre de “evangélico”, que es la designación más común en América Latina para referirse a esta rama del movimiento cristiano.
El cristianismo en América Latina no tenía muchas posibilidades de alcanzar un desarrollo floreciente a partir de la Iglesia Católica Romana, que ostentó el monopolio religioso exclusivo. Fue precisamente en una situación de estancamiento católico romano cuando apareció el protestantismo en el continente, para establecerse de manera continua. Al principio se trató tan sólo de un protestantismo importado, introducido por inmigrantes y misioneros, hasta que finalmente prevaleció la importación de carácter misionero. De esta manera, América Latina se transformó en un campo misionero.

8.2.                      ANTECEDENTES (1492-1880)
Debe recordarse que la conquista del continente y la Reforma Protestante son dos acontecimientos paralelos en el tiempo. La conquista tuvo efectos directos sobre la Reforma, ya que los metales preciosos americanos permitieron a los españoles y portugueses (ambos países eran fervientes en su religión romana y vivían intensamente el espíritu de la Contrarreforma) financiar sus guerras contra los príncipes protestantes y frenar la expansión de su nueva fe.
No obstante, las emergentes potencias protestantes (Inglaterra, Países Bajos) fueron ganando el control del mar durante el siglo XVI. Piratas y corsarios de estas naciones incursionaron en grado creciente el continente latinoamericano.
Entre las tentativas de colonización y establecimiento del protestantismo en América Latina cabe mencionar tres episodios:
·         La Colonia Welser en Venezuela (1529-1550), fue el primer intento de colonización protestante conocido en América del Sur. Entre los alemanes que llegaron a ocupar el nuevo territorio había algunos luteranos. Para 1532 toda la colonia había aceptado la fe luterana. Esta desapareció con el asesinato de Felipe Von Hutten, y no quedaron trazas espirituales de estos primeros contactos con el protestantismo en Venezuela.
·         La Colonia Hugonote (Reforma Calvinista) en Brasil (1555-1567). La situación en Francia de la reforma calvinista (hugonote) era muy difícil. Estos cristianos perseguidos encontraron un alivio efímero en una isla de la Bahía de Guanabara, cerca del actual Río de Janeiro. Llegaron dos expediciones distintas, la primera en 1555 y la segunda en 1557, donde también llegaron calvinistas de Ginebra e incluso algunos católicos romanos. Aquí se organizó la primera iglesia reformada en suelo americano. Ese mismo año los portugueses atacaron y destruyeron la colonia.
·         La Colonia Holandesa de Pernambuco (1624-1654)
Este fue un período importante en cuanto a la influencia protestante. La tolerancia religiosa hizo de la joven república un refugio para todos los grupos de protestantes perseguidos en el resto de Europa. Lo más interesante de esta colonia fue su esfuerzo por evangelizar a los indígenas.
El período de 1850 a1880 constituye el tiempo de mayor influencia europea general sobre América Latina, particularmente inglesa. Con la inmigración masiva europea, especialmente a Brasil, Argentina, Uruguay y Chile, se produjeron procesos de transformación social. La obra misionera protestante propiamente dicha, que comenzó en América Latina en el tercer cuarto del siglo XIX, recibió un impulso inicial con la presencia de colonos e inmigrantes protestantes en el continente.
Las primeras entidades que pensaron en América Latina como campo de evangelización fueron las sociedades bíblicas. Los nuevos cristianos aparecieron no con espada sino con la Biblia. La labor de las sociedades bíblicas, junto con el ingreso de contingentes de inmigrantes, muchos de ellos protestantes, favoreció el rompimiento del monopolio religioso católico.

8.3                  EL ESTABLECIMIENTO DEL PROTESTANTISMO (1880-1930)
El protestantismo ya ha sido implantado en América Latina. La Iglesia católica romana siempre consideró como una penetración injustificada y peligrosa, todos los esfuerzos de establecimiento de iglesias evangélicas en el continente. Pero hubo también resistencia desde el mismo protestantismo hacia las misiones en América Latina. Muchos protestantes, especialmente europeos, estimaban que, bien o mal, la Iglesia de Roma había evangelizado el continente.
La actitud de celo de la iglesia católica Romana, cambió a partir de Concilio Vaticano II. Por el lado protestante, hubo que esperar hasta el Congreso Evangélico de Panamá en 1916 y el de Montevideo en 1925, para que se legitimaran los esfuerzos misioneros realizados y se alentaran nuevas empresas.
El período de 1880-1930 puede ser considerado el del establecimiento de las iglesias protestantes en América Latina.

8.4                        LOS PRIMEROS ESFUERZOS MISIONEROS
A finales del siglo XVIII, aparece con gran fuerza este espíritu misionero dentro de la mayoría de las denominaciones protestantes de Europa y Norteamérica.
Sin embargo, no fueron muchos los protestantes que durante este siglo pensaron en América Latina como campo misionero. Como se indicó, muchas iglesias establecidas consideraban al continente latinoamericano como evangelizado y cristianizado por la iglesia Católica Romana. En algunos lugares de Asia, Africa y Oceanía el catolicismo jamás había llegado, o bien, su penetración no había sido suficiente. La tendencia a mantener a América Latina fuera de la agenda misionera protestante duró mucho tiempo y se expresó incluso en la Conferencia Misionera Mundial, celebrada en Edimburgo en 1910, donde el continente no figuró entre los campos misioneros considerados.

8.5                        LOS PIONEROS
Además de las sociedades bíblicas, ya consideradas, algunas denominaciones protestantes manifestaron su inquietud de misionar en América Latina:
·         Los Hermanos Moravos. Trabajaron entre los esclavos de las plantaciones (1700-1760). Llegaron a Surinam en 1735, a Belice en 1738, a Jamaica en 1754 y a Antigua en 1756.
·         El segundo de estos pioneros fue un oficial de la marina inglesa, el capitán Allen Gardiner. Anglicano. Trabajó como misionero en América Latina. Fue uno de los misioneros más intrépidos y tenaces que actuaron en el continente. Su ministerio abarca desde 1835 a 1851. Recorrió como misionero Africa del Sur, Nueva Guinea y las islas del archipiélago Indico, Australia, Nueva Guinea, Argentina, Chile, Bolivia y en 1850 llegó a Tierra del Fuego acompañado por otros seis ayudantes.
En octubre de 1851, una expedición salió en busca de los misioneros, sólo encontró sus cadáveres. El escorbuto y el hambre habían terminado con ellos y con los planes misioneros de Gardiner. Su hijo también fue muerto por los indígenas.
Gardiner organizó la Sociedad Misionera de la Patagonia, llamada más tarde Sociedad Misionera Sud Americana.
·         El tercer pionero fue el norteamericano David Trumbull, quien llegó a Chile en 1845 enviado por la Sociedad de Amigos del Marinero y por la Unión Evangélica Foránea de Nueva York. Fue el verdadero fundador de la obra protestante chilena en lengua castellana. La primera iglesia protestante de habla castellana en Chile quedó fundada en 1868.
·         El cuarto pionero fue el Dr. Roberto Kalley, médico escocés. Llegó a Brasil junto a su esposa en 1855, sin depender de ninguna junta misionera. Era presbiteriano de origen, se había casado en segundas nupcias con una joven darbista (hermanos libres), mientras que la comunidad por él constituida en 1858, con el nombre de Iglesia Evangélica Fluminense (Río de Janeiro), adoptó un sistema eclesiástico congregacionalista, con la peculiaridad de no aceptar el bautismo infantil. Kalley fue el precursor del misionero evangelizador que procura llevar el mensaje a los nacionales por sobre todas las cosas
·         Otro pionero digno de mención es Guillermo Payne, quien fue el primer misionero en establecerse con su familia en Bolivia, con las claras intenciones de fundar iglesias. La violenta oposición clerical casi lo transforma en el segundo mártir protestante en Bolivia. Payne jugó una influencia fundamental para que el Congreso Boliviano decretara la libertad religiosa. Sus días terminaron en 1924 en Santa Cruz, sin haber dejado muchos resultados tangibles de su tarea, pero sí con éxito como preparador del terreno.

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