miércoles, 9 de mayo de 2012

HISTORIA DE LA IGLESIA V


“LISTA DE LOS PAPAS Y DEL PAPADO”
CAPITULO V

(Tercera Parte)
Escudo Papal Julio I (337-352)

5.I                   LOS PAPAS DE LA CONTRA-REFORMA
Julio III (1550-5).
Marcelo II (1555).
Pablo IV (1555-9), estableció la Inquisición en Roma.
Pío IV (1559-65).
Pío V (1566-72).
Gregorio III (1572-85), celebró en una misa solemne, con acción de gracias y gozo, por la noticia de la matanza de San Bartolomé. Incitó a Felipe II a la guerra contra Inglaterra.
Sixto V (1585-90), emitió una bula que declaraba definitiva su edición de la Vulgata. Tenía 2,000 errores.
Urbano VII (1590).
Gregorio XIV (1590-1).
Inocencio IX (1591).
Clemente VIII (1592-1605).
León XI (1605).
Paulo V (1605-21).
Gregorio XV (1621-3).
Urbano VIII (1623-44), con la ayuda de los jesuitas, exterminó el protestantismo en Bohemia.

5.2                  PAPAS MODERNOS
Inocencio X (1644-55).
Alejandro VII (1655-67).
Clemente IX (1667-9).
Clemente X (1670-6).
Inocencio XI (1676-89).
Alejandro VIII (1689-91).
Inocencio XII (1691-1700).
Clemente XI (1700-21), declaró que los reyes reinaban solamente por consentimiento suyo. Emitió una bula contra la libre lectura de la Biblia.
Inocencio XIII (1721-4).
Benedicto XIII (1724-30).
Clemente XII (1730-34).
Benedicto XIV (1740-58).
Clemente XIII (1758-69).
Clemente XIV (1769-74), abolió "para siempre" la sociedad de los Jesuitas.
Pío VI (1775-99).
Pío VII (1800-20), restableció a los jesuitas mediante un decreto "que permanecerá por todo tiempo inalterable e inviolable”. Cosa extraña, que un Papa "infalible" restablezca lo que otro Papa "infalible" acaba de abolir "para siempre”. Emitió una bula en que declara a las Sociedades Bíblicas un "instrumento diabólico para socavar los cimientos de la religión”.
León XII (1821-9), condenó toda libertad y tolerancia religiosa, las Sociedades Bíblicas y las traducciones de la Biblia. Declaró que "toda persona separada de la Iglesia Católica Romana, por más libre de culpa que sea su vida en otros aspectos, por esta sola ofensa no tiene parte en la vida eterna”.
Pío VIII (1829-30), denunció la libertad de conciencia, las Sociedades Bíblicas y la masonería.
Gregorio XVI (1831-46), ardiente campeón de la infalibilidad papal, condenó las Sociedades Bíblicas protestantes.
Pío IX (1846-78), perdió los Estados Papales. Decretó la infalibilidad papal; proclamó el derecho de suprimir la herejía mediante la fuerza; condenó la separación del Estado y de la Iglesia, y mandó que todo verdadero católico obedezca a la cabeza de aquella iglesia antes que a los gobernantes civiles; denunció la libertad de conciencia, de culto, de palabra y de expresión.
Decretó la Inmaculada Concepción y deificó a María; estimuló la veneración supersticiosa de reliquias condenó las Sociedades Bíblicas; declaró que el protestantismo "no es una forma de la religión cristiana"; y que "todo dogma de la Iglesia Católica Romana ha sido dictado por Cristo mediante sus virreyes de la tierra”.

5.3                  LA INFALIBILIDAD DEL PAPA
La idea de que el Papa fuera infalible no halló expresión alguna en la literatura cristiana durante 600 años. Nació con la aparición de las falsas decretales, y creció con las pretensiones papales durante las Cruzadas y en los conflictos entre Papas y emperadores. Muchos Papas desde Inocencio III en adelante la propulsaron.
Pero los concilios de Pisa, Constanza y Basilea decretaron expresamente que los Papas están sujetos a los concilios. En 1854, Pío IX, "de su propia soberana autoridad, y sin la cooperación de un concilio", proclamó la doctrina de la Inmaculada Concepción de María, como especie de globo de ensayo del mundo católico romano en cuanto a la autoridad papal.
Su acogida le animó a que convocara el Concilio Vaticano (1870) con el propósito expreso de hacerse declarar infalible; lo cual bajo el hábil manipuleo suyo, el concilio hizo. Dice el decreto que es "divinamente revelado" que el Papa, cuando habla "ex cátedra" es dotado de "infalibilidad en definir doctrinas de fe y de moral," y que "tales definiciones son irreformables por sí mismas, y no por el consentimiento de la Iglesia". Así, pues, el Papa es ahora "infalible," por cuanto el Concilio Vaticano, por mandato suyo, votó que lo es. La Iglesia Oriental considera esto la blasfemia máxima del Papado.

5.4                  SU PÉRDIDA DEL PODER TEMPORAL
Desde el año 754 los Papas habían sido gobernadores civiles de un reinado llamado los "Estados Papales", que incluía a gran parte de Italia, con Roma por capital. Muchos de los Papas se habían ocupado más de ensanchar las fronteras, la riqueza y el poderío de este reino, que del bienestar espiritual de la iglesia, y a menudo usaban su lugar espiritual como cabeza de la iglesia para agrandar su poder secular.
La corruptela papal era tan notoria en su gobierno secular como en el gobierno eclesiástico. El desgobierno papal de Roma era proverbial; oficiales venales, crímenes frecuentes, calles malsanas, extorsión de las visitas, moneda falsificada, loterías. Pío IX, gobernaba a Roma con la ayuda de 10,000 soldados franceses. Cuando estalló la guerra entre Francia y Alemania en 1870, estas tropas fueron retiradas, y Víctor Manuel, rey de Italia, tomó posesión de la ciudad y agregó los Estados papales al reino de Italia.
El voto del pueblo para traspasar la Roma papal al gobierno de Italia, fue de 133,648 contra 1,507. De esta manera el Papa no solamente perdió su reino terrenal sino que él mismo vino a ser súbdito de otro gobierno humillación profunda para aquél que reclama ser gobernante de todos los reyes. Su poder temporal fue restablecido en miniatura en 1920, por Mussolini y aunque la Ciudad del Vaticano abarca apenas unas 40 hectáreas, el Papa es soberano de ella y no sujeto a ninguna autoridad terrestre.

5.5                  PAPAS DEL SIGLO XX

León XIII (1878-1903)
Reclamaba haber sido nombrado cabeza de todo gobernante y ocupar el lugar de Dios Todopoderoso en la tierra. Insistía en la infalibilidad papal; llamó a los protestantes "enemigos del nombre de cristiano''; denunció el "americanismo"; llamó a la masonería "fuente de todo mal"; proclamaba como único medio de cooperación la sumisión absoluta al Pontífice romano.


 Pío X (1903-14)
Denunció a los caudillos de la Reforma como "enemigos de la cruz de Cristo”.







 Benedicto XV (1914-22)
 









 Pío XI (1922-39)
 
En 1928 reafirmó a la Iglesia Católica Romana como única iglesia de Cristo, y declaró imposible la unión del cristianismo salvo mediante la sumisión a Roma.




 Pío XII (1939-1958)

                        Juan XXIII (1958-1963)
                      











Pablo VI (1963-1978)
 









Juan Pablo I (1978-1978)








   


Juan Pablo II (1978 -2005)









Benedicto XVI (2005-¿?)








5.6                  PARTICULARIDADES DEL PAPADO
5.6.1             El papado es una institución italiana.
Se levantó sobre las ruinas del Imperio Romano, en el nombre de Cristo, pero ocupando el trono de los Césares; revivificación de la imagen del Imperio Romano y que heredaba el espíritu del mismo: "el espectro del Imperio Romano vuelto a la vida en el traje de Cristianismo”. Los Papas han sido en su mayor parte italianos.

5.6.2          Métodos del Papado.
Escaló el poder mediante el prestigio de Roma y el nombre de Cristo, y mediante sagaces alianzas políticas (tales como con los Francos y con Carlomagno), el fraude (tal como las falsas decretales) y la fuerza armada (sus ejércitos propios, y los de los reyes sometidos a su dominio; y mediante la fuerza armada y el derramamiento de sangre (tal como por la Inquisición) se ha mantenido en el poder.

5.6.3 Las Rentas Papales
Durante gran parte de su historia, el Papado, mediante la venta de puestos eclesiásticos y su impúdico negocio de indulgencias (venta de la "remisión de pecados mediante el dinero"), ha tenido grandes rentas que le ha permitido mantener la corte más lujosa de Europa, en el nombre del humilde Cristo. 

5.6.4           Carácter Personal de los Papas.
Algunos de los Papas han sido hombres buenos, y algunos indeciblemente viles; la mayor parte de ellos, absortos en la búsqueda del poder secular. Dios ha tenido santos suyos dentro de la Iglesia Romana, pero la mayor parte de ellos han estado fuera del Vaticano. En su mayor parte los "Vicarios de Cristo" han sido cualquier cosa menos santos.

5.6.5           Las Pretensiones Papales.
A pesar del carácter de la mayoría de los Papas, de sus métodos y de la historia secular y sangrienta del Papado, estos "Santos Padres" reclaman ser "vicarios de Cristo" e "infalibles," y que ocupan en esta tierra el lugar de Dios Todopoderoso y que la obediencia a ellos es necesaria para la salvación.

5.6.6             El Papado y la Biblia.
Justino Mártir, Jerónimo y Crisóstomo (urgían la lectura de la Biblia. Agustín consideraba a los traductores un medio bienaventurado de propagar la Palabra de Dios entre las naciones. Gregorio I recomendó la lectura de la Biblia, sin imponerle restricción alguna.
Pero los Papas posteriores adoptaron una actitud diferente. Hildebrando mandó a los bohemios que no leyesen la Biblia. Inocencio III prohibió que el pueblo leyese la Biblia en su propio idioma (en latín, la Biblia era libro cerrado para las masas.) Gregorio IX prohibió a los legos tener la Biblia, y suprimió las traducciones. Fueron quemadas las traducciones existentes entre los albigenses y valdenses, lo mismo que a sus poseedores. Pablo IV prohibió poseer traducciones de ella sin el permiso de la Inquisición.
Los jesuitas indujeron a Clemente XI a que condenara la lectura de la Biblia por los legos. León XII, Pío VIII, Gregorio XVI y Pío IX, todos condenaron a las Sociedades Bíblicas. La influencia papal excluye la Biblia de nuestras escuelas públicas. En los países cató-licos la Biblia es un libro casi desconocido por lo menos hasta casi el final del siglo XX. 

5.6.7             El Papado y el Estado.
Hildebrando se llamaba a sí mismo "Señor de reyes y príncipes”. Inocencio III se llamó "Soberano supremo del mundo", y reclamaba tener el derecho de deponer a los reyes. Pío IX condenó la separación de la Iglesia y el Estado, y mandó que todo católico verdadero obedeciera a la cabeza de la Iglesia antes que a la autoridad civil. León XIII reclamaba ser "cabeza de todo gobernante”.
En la coronación de los Papas, se les pone sobre la cabeza la corona papal con las palabras, "Tú eres padre de príncipes y reyes, soberano del mundo y vicario de Cristo”. La enseñanza oficial de Roma es, que en caso de conflicto, los católicos deben obedecer al Papa antes que a su patria.

5.6.8             El Papado y la Iglesia.
                        El Papado no es la iglesia sino una máquina política que se apoderó del control de ella, y que arrogándose prerrogativas, se interpuso entre Dios y Su pueblo. Su gran objetivo ha sido, y es, mantener al pueblo en sujeción a si mismo.

5.6.9     El Papado y la Tolerancia.
El Papa Clemente VIII declaró que el Edicto de Tolerancia de Nantes, por el cual se concede a todos la libertad de conciencia, es la cosa más maldita del mundo”. Inocencio X y sus sucesores han condenado, rechazado, anulado y protestado de los artículos de tolerancia del Tratado de Westfalia de 1648. León XII condenó la libertad religiosa, Pío VIII denunció la libertad de conciencia.
Pío IX condenó expresamente la tolerancia y la libertad religiosa. León XIII aprobó el decreto de Pío IX. Por más que los sacerdotes romanos en los países protestantes clamen "tolerancia," la ley oficial e "infalible" del sistema a que pertenecen está en contra de ella. Los romanistas están a favor de la tolerancia solamente en aquellos países en donde ellos formen minoría.
En los países católicos romanos la tolerancia jamás se ha concedido, salvo bajo compulsión. El Papado ha combatido la libertad religiosa a cada paso. Quieren la tolerancia para ellos mismos, pero se niegan a concederla a otros cuando ellos están en el poder.

5.6.10        ¿Un Propósito Providencial del Papado?
Puede ser que dentro de la providencia divina, el Papado haya servido durante la Edad Media algún fin de salvar del caos a la Europa Occidental y en homogeneizar las civilizaciones romana y alemana. Pero supongamos que la Iglesia nunca hubiese sido hecha una institución del Estado, que hubiese evitado del todo la búsqueda del poder secular, y se hubiese limitado exclusivamente a su política original de ganar convertidos para Cristo y entrenarles en Sus caminos, entonces en lugar de aquellas tinieblas de la Edad Media podría haber venido el milenio.
Esta historia del Papado se ha escrito como telón de fondo de la Reforma, en la creencia de que necesitamos familiarizarnos con él por qué del movimiento protestante y los cimientos históricos de nuestra fe protestante. Algunas de las cosas que aquí se relatan parecen increíbles. Parece inconcebible que los hombres tomaran la religión de Cristo para convertirla en una inescrupulosa máquina política mediante la cual escalar el poder mundano. Sin embargo toda afirmación que aquí se ha hecho puede verificarse consultando obras más completas de Historia Eclesiástica.

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