El Sermón del Monte
DOS PUERTAS Y DOS CAMINOS
Mateo 7:13-14
Entramos en la conclusión de este maravilloso Sermón del Monte. Dios ha sido maravilloso y nos ha mostrado hasta el momento todo lo que debe caracterizar a todo hijo del Reino, nos ha dado promesas maravillosas en las Bienaventuranzas, nos ha instruido acerca de cuál debe ser la medida de justicia que debemos cumplir.
Habiendo expuesto los principios relacionados con la justicia del Reino, Jesús concluye el Sermón del monte con cuatro ilustraciones de la justicia personal hablando de:
· Dos puertas y dos caminos, 7:13-14.
· Dos clases de profetas y dos clases de frutales, 7:15-20.
· Dos clases de siervos, 7:21-23.
· Dos clases de constructores, 7:24-29.
Stagg encuentra en este párrafo una serie de advertencias que presentan graves peligros:
· En contra de la vida fácil, 7:13.
· Sobre los falsos profetas, 7:15.
· Con respecto a la profesión sin obediencia, 7:21.
· Acerca de construcción sobre cimientos falsos, 7:26.
Iremos planteando todas estas advertencias acorde con cada una de las enseñanzas ya planteadas, esperando que Dios nos pueda bendecir en la medida en que analizamos la conclusión de esta porción bíblica.
Jesús es bien claro en sus alocuciones, ahora deja bien establecido que no todos los que dicen ser creyentes lo son, así como destaca de forma magistral aquellas enseñanzas y afirmaciones que nos llevan a distinguir el verdadero creyente del falso.
Iniciando el estudio del pasaje vemos cuando Jesús declara en Mateo 7:13-14 lo siguiente: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”.
Conozcamos esta verdad a través de este bosquejo de estudio:
I. LA METÁFORA DE LAS PUERTAS
II. LA METÁFORA DE LOS CAMINOS
I. LA METÁFORA DE LAS PUERTAS
(Mt. 7:13-14)
A. LA PUERTA ESTRECHA
1. Jesús inicia esta enseñanza con dos metáforas paralelas: Las dos puertas y los dos caminos, pero inicia la porción diciendo: “Entrad por la puerta estrecha”. La puerta estrecha ilustra aquí la salvación por Cristo e ilustra una entrada exclusiva para salvación caracterizada por la disciplina y la obediencia. Jesús mismo declaró en Juan 10:9 - “Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”.
2. En esto consistió el llamado de Jesús desde el inicio de su ministerio cuando dijo en Mateo 4:17 - “Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. Esto nos muestra que para alcanzar el Reino de los cielos, tenemos primeramente que entrar por la puerta estrecha.
3. Asimismo en Mateo 11:28-30 Jesús declaraba: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”.
4. En una escuela militar se halla escrita esta frase: "Aquí formamos a los futuros héroes de la patria. No se atreva a pasar por esta puerta si no está dispuesto a ser uno de ellos”. Entrar por la puerta angosta indica lo difícil que será la vida cristiana. Y ni siquiera se sabe lo que se ha de encontrar en el camino. Pero la alegría está al final de ese camino que Jesús ofrece.
B. LA PUERTA ANCHA
1. Ahora Jesús entra a evaluar con esta metáfora la otra cara de la moneda y nos habla de la puerta ancha y de aquellos que entran por ella al decir: “…porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición”.
2. Jesús es claro al explicar por qué tenemos que conocer la diferencia de ambas puertas y entendamos, que así como existe una puerta estrecha para entrar a la salvación también existe una ancha que es la puerta de la mundanalidad y de la auto indulgencia, por esta causa es llamada la puerta ancha.
3. Es muy triste conocer esta verdad, pero es de vida o muerte creerla y aceptarla. Lamentablemente no hay otra descripción más clara y precisa que esta, para que los que entran por esta puerta sepan su destino final, “la perdición”. Por esto Jesús dice: “…porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella”.
C. LOS USUARIOS DE AMBAS PUERTAS
1. De acuerdo a la enseñanza de Jesús, ambos usuarios son hombres, que han de cumplir con su responsabilidad de tomar la decisión de por qué puerta han de entrar, entendiendo que todos los hombres estamos condenados y somos invitados a participar de la salvación que sólo se encuentra en Cristo.
2. A veces, de manera arrogante pensamos acerca de la forma en que podemos entrar por la puerta ancha y recibir los beneficios de entrar por la puerta estrecha y al final aquellos que así razonan terminan en el inexorable infierno.
3. Jesús invita a los usuarios a entrar por la puerta estrecha porque es la única que lleva a la Vida Eterna. No hay otra, a pesar de que frecuentemente se oye la expresión: “No importa la religión que uno siga; todos los caminos conducen a Dios”. “Todas las religiones son buenas”. Tales expresiones son incompatibles con las enseñanzas de Jesús. No solamente existe un solo camino, sino que ese camino también es estrecho.
II. LA METÁFORA DE LOS CAMINOS
(Mt. 7:13-14)
A. EL CAMINO ESPACIOSO
1. En su enseñanza Jesús entrelaza ambas metáforas, pero ahora entremos en analizar lo que Él declara de lo que sucederá a cada hombre que tome cualquiera de las dos puertas que menciona en el pasaje. Ahora dice: “…porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella”.
2. El camino espacioso es la consecuencia de entrar por la puerta ancha, la puerta indulgente, la que le brinda al hombre toda clase de placeres e indulgencias y por esta causa es considerado espacioso su camino porque es el camino que da rienda suelta a todos los placeres de la vida.
3. Lo lamentable de esta realidad es que aquellos que se niegan a entrar por la puerta estrecha y escogen pasar a la vida por la ancha, transitando hacia el camino de la perdición y del infierno eterno. Y lo triste es saber que Jesús también dice, “y muchos son los que entran por ella”.
B. EL CAMINO ANGOSTO
1. Siguiendo la enseñanza lógica del pasaje ahora Jesús dice: “…porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan”. Ya hablamos de la puerta estrecha y de la invitación que hace Jesús para entrar por ella, ahora analicemos lo que dice el Señor acerca del camino que está detrás de la puerta estrecha.
2. Este camino es el camino que conduce a la vida y está abierto a todos, pero el que decida andar en ese camino tiene que someterse a demandas rigurosas. El camino angosto probablemente se refiere a las demandas del discipulado: Compromiso personal, renuncia de sí mismo, persecución, tentación y aun la muerte, siguiendo en las huellas de Jesús (5:10–12; 6:13; 16:24–28; 26:41).
3. En el relato de Lucas (13:23, 24), Jesús pronunció esta advertencia en contestación a la pregunta de los discípulos: “Señor, ¿son pocos los que se salvan?” (Lc. 13:23). En efecto, Jesús está enseñando que pocos llegarán a la vida que él ofrece. Son pocos los que andan por el camino angosto, entran por la puerta estrecha y se salvan. Por otro lado, son muchos los que andan por el camino espacioso y entran por la puerta ancha y que llegan a la perdición.
C. LOS USUARIOS DE AMBOS CAMINOS
1. Hay un dicho popular que dice: "No se puede pedir peras al olmo ni esperar que el dinero crezca en los árboles”. Cada árbol da aquel fruto que por naturaleza le corresponde. Según el fruto de cada uno, que es la manifestación de su vida interior, dará a conocer inevitablemente qué clase de persona es.
2. El evangelio tiene dos caras como la moneda. En un lado está el oír y en el otro el hacer. El sabio no es el que solo escucha sino también el que pone por obra las enseñanzas de Jesús. La vida cristiana no se edifica con palabras sino con obras que traducen el cumplimiento de la voluntad del Señor Jesucristo.
3. Las dos expresiones, “Entrad por la puerta estrecha” (v. 13) y “el camino que lleva a la vida” (v. 14; 19:17), probablemente significan lo mismo que “entrar en el reino mesiánico”.
Comparemos esto con:
Mateo 5:20 - “Porque os digo que si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos”.
Mateo 7:21 - “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos”.
Mateo 18:3 - “y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos”.
Mateo 19:23 - “Entonces Jesús dijo a sus discípulos: De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos”.
Estas metáforas sirven de base para la gran obra de Juan Bunyan, “El Progreso del Peregrino”.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Tres verdades importantes se desprenden de este pasaje:
1) Existen solamente dos caminos en que uno puede caminar; uno conduce a la vida y el otro a la perdición. Comparemos esto con Jeremías 21:8 que dice: “Y a este pueblo dirás: Así ha dicho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida y camino de muerte”.
2) Todos los hombres tienen que escoger uno de los dos caminos. No hay ni la más mínima insinuación en el Nuevo Testamento de un tercer camino, o de la posibilidad de la neutralidad.
3) El camino que conduce a la vida es más difícil, y son pocos los que lo escogen; por otro lado, el camino espacioso es más fácil y atrae la mayoría de las personas.
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