jueves, 24 de noviembre de 2011

8/27 EL PRIMER SERMÓN DEL REINO

El Sermón del Monte
BIENAVENTURADOS LOS PERSEGUIDOS POR CAUSA DE LA JUSTICIA
Mateo 5:10-12

            Con esta octava Bienaventuranza llegamos al final de la serie de bendiciones que el Señor Jesucristo promete a aquellos que hacen su voluntad y a quienes llama “Bienaventurados”. Es con esta Bienaventuranza con la que el Señor concluye: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”. La versión del 2005 de la Liga Bíblica Mundial lo traduce de la siguiente manera: “Afortunados los que son maltratados por hacer la voluntad de Dios, porque el reino de Dios les pertenece. Cuando la gente los insulte, los persiga y hable mal de ustedes por seguirme, sepan que son afortunados a los ojos de Dios. Cuando les pase esto, pónganse contentos y alégrense porque van a recibir una gran recompensa en los cielos. Así también fue como maltrataron a los profetas que vivieron antes de ustedes”.

            Podemos decir que, esta Bienaventuranza es la que completa el perfil de los que han de seguir a Cristo. Aunque esta Bienaventuranza no está dada como una descripción positiva para el cristiano, como fueron dadas las demás, es planteada como una consecuencia de vivir y ser como se nos planteó en todas las anteriores. Veremos, precisamente, que el cristiano es perseguido, porque es lo que es y actúa como actúa.

            Es bueno que indiquemos, que esta Bienaventuranza no será realidad en la vida de aquellos que no se identifiquen con la causa de Cristo y principalmente en los que no hayan logrado las demás bendiciones ofrecidas por Jesús, entendiendo que la persecución viene porque no armonizamos con el mundo y porque no vivimos de acuerdo a su filosofía.

            Otro detalle que debemos destacar de esta última Bienaventuranza, es el hecho de que la promesa ofrecida, es la misma que se plantea para los que llegan a ser Bienaventurados por ser pobres de espíritu, siendo así, como dijimos al principio, la promesa de la primera es la misma promesa para la última. Se comienza con el reino de los cielos y se termina con el reino de los cielos.

            Por último, debemos destacar que no podemos hablar de Bienaventuranza para los perseguidos, sino debemos destacar que son “los perseguidos por causa de la justicia”, ya que esta Bienaventuranza ha sido muy mal interpretada, manipulada y aplicada a otros muchos motivos, los cuales no tienen nada que ver con la justicia divina, ni con el reino de los cielos.

Veamos las enseñanzas del Señor:
I.    POR CAUSA DE LA JUSTICIA
II.   LOS PERSEGUIDORES DE LA JUSTICIA
III. GOZO EN LA TRIBULACIÓN

I. POR CAUSA DE LA JUSTICIA
(Mt. 5:10-12)

A.      LO QUE NO ES PADECER POR CAUSA DE LA JUSTICIA

1.         Antes de empezar queremos destacar, que el Señor no se refiere aquí a los que son perseguidos por ser reprensibles, o por tener dificultades a causa de su temperamento, o porque carecen de sabiduría, o por tener un testimonio legalista, o porque se creen justos, o porque son fanáticos y no cristianos o porque son demasiado celosos con detalles donde Dios no nos demanda esta actitud.

2.         No es persecución por causa de la justicia, el ser perseguidos por hacer cosas indebidas, ya que a los cristianos se nos manda a ser prudentes como serpientes y sencillos como palomas. El apóstol Pedro nos dice en 1 Pedro 4:15: “Así que, ninguno de vosotros, padezca como homicida, o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno”.

3.         No son perseguidos por causa de la justicia aquellos a quienes el mundo les cataloga de mártires, porque han sufrido, maltrato, cárceles, persecución por alguna causa, sea religiosa, social, ideológica o política. Aquí se dice, por causa de la justicia de Dios y no por causa de lo que entendemos es la justicia de los hombres.     

B.      LO QUE ES PADECER POR CAUSA DE LA JUSTICIA

1.         Los creyentes tienen que entender que cuando se habla de Justicia, se está hablando de la justicia de Dios, solo Dios, es justo, por lo tanto, ser justo, es ser como es el Señor Jesucristo. Padecer por causa de la justicia es simplemente padecer cuando somos perseguidos por ser como él es.

2.         El mismo Señor Jesucristo declaró a sus discípulos en Juan 15:18-20: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que  a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: El siervo no es mayor que su señor. Si a mi me han perseguido, también a vosotros os perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra”.

3.         También debemos hacernos eco de las palabras del apóstol Pablo cuando dice en 2 Timoteo 3:12: “Y también, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución”. Indicándonos con esto que los perseguidos que recibirán la promesa del reino de los cielos, son aquellos que vivan conforme a la vida de piedad que vivió, enseño y predicó Jesucristo.

C.      EJEMPLOS DE HOMBRES PERSEGUIDOS POR CAUSA DE LA JUSTICIA

1.         Tanto en el Antiguo Testamento, como en el Nuevo Testamento, encontramos ejemplos de hombres que padecieron por causa de la justicia, lo que nos demuestra que esto es posible y que Dios ha bendecido y protegido a los creyentes piadosos que han sido perseguidos por ser justos.

2.         Tenemos el ejemplo de Abel, el cual fue perseguido y ultimado por su hermano Caín. Moisés por otro lado fue cruelmente perseguido por Faraón. David lo fue por Saúl. También vemos la terrible persecución de Elías, Jeremías y Daniel. Todos estos fueron reconocidos como hombres justos que padecieron por causa de la justicia de Dios.

3.         En el Nuevo Testamento tenemos otros ejemplos  particulares que debemos mencionar. Recordemos a los apóstoles, el caso de Esteban, asimismo Jacobo, y que del apóstol Pablo quien nos cuenta en 2 Corintios 11:23-28 todo lo que como apóstol sufrió por Jesús.

4.         Dentro de la historia del cristianismo, vemos hombres justos, que fueron perseguidos hasta dar su vida por Jesús, tales como Juan Huss y los precursores de la reforma, lean sobre la vida de los hombres que vivieron el avivamiento del siglo XVIII, o la vida de Hudson Taylor quien fue misionero en la China y quien vivió en este siglo. O la historia de  misioneros como los conocidos Eliot y sus compañeros quienes murieron en manos de los Aucas.

II. LOS PERSEGUIDORES DE LA JUSTICIA
(Mt. 5:10-12)

A.      EL MUNDO

1.         Cuando el Señor Jesucristo se dirige a los apóstoles y les advierte sobre la persecución, el Señor declara aquí que la fuente primaria de esta persecución es el mundo en que vivimos. Refiriéndose, no al planeta, sino al sistema imperante en el mundo, que está bajo el maligno y que desea que los cristianos desaparezcamos.

2.         Es por esto que Santiago 4:4 nos dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, que quiera ser amigo del mundo, se constituye en enemigo de Dios”. Estableciendo que el sistema que domina e impera en el mundo, esta en contra de la justicia de Dios.

3.         Notemos también 1 Juan 2:15-17 cuando dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. Lo que nos deja ver claro que el mundo es el peor enemigo de Dios y el mayor perseguidor de los creyentes piadosos.

B.      LA RELIGIÓN Y LOS RELIGIOSOS

1.         Si analizamos la vida de Nuestro Señor Jesucristo, veremos que sus mayores oponentes fueron los religiosos. Tanto los fariseos, como los escribas y doctores de la ley, fueron los más implacables e incansables perseguidores de Jesús, al punto tal que no cesaron de perseguirlo hasta no verlo en la tumba. Vituperarán y perseguirán diciendo toda clase de males y mentiras, con tal de dañarnos.

2.         Así vemos en la historia una de las más grandes persecuciones emprendida por la religión católica, en la edad media, a través de la “santa inquisición”, donde hubieron más muertes que en toda la historia del genocidio perpetrado en la humanidad, por el solo hecho de apagar la verdad que pacíficamente quisieron vivir los reformadores cuando fueron iluminados por Dios por medio de las escrituras.

3.         La persecución no solamente vendrá de fuera, sino también de dentro de la iglesia. Esta es la enseñanza de la Biblia, y la historia de la Iglesia la ha corroborado. Hay prejuicios e ideas que se conciben en forma distinta de lo que enseña el Nuevo Testamento estableciendo dogmas impositivos para los creyentes y muchos son los que persiguen por esto a los que tratan con toda sinceridad y verdad de seguir al Señor Jesucristo por el camino estrecho. Ej. (Gá. 2:11-14) y muchos casos de la iglesia de hoy.

C.      EL LEGALISMO EVANGELICO

1.         Debemos preguntarnos primeramente:
¿Qué es el legalismo? El legalismo es una actitud equivocada en cuanto al código de leyes con las que una persona vive. El legalismo incluye la presencia de la ley, el motivo equivocado para obedecerla y, frecuentemente, el mal uso del poder dado para guardar la ley,  (Ro.14:3).

2.         Podemos decir, por otro lado, que el legalismo es una actitud carnal que se conforma a un código personal de interpretación o a cualquier tipo de norma objetiva que se aplique al hombre, con el objeto de exaltarse a sí mismo. Ej. (Is. 1:11-15) Estos cumplían la ley pero no obedecían.

3.         El motivo del legalista es la exaltación del yo, que en la mayoría de los casos toma apariencia de piedad, para ganar méritos más bien que glorificar a Dios por lo que Él ha hecho. El poder aplicado por el legalista para que se obedezca su código es de la carne y no del Espíritu Santo. Dios requiere que le obedezcamos a Él y que lo hagamos para su gloria.

III. GOZO EN LA TRIBULACIÓN
(Mt. 5:9)

A.      PORQUE DE NOSOTROS ES EL REINO DE LOS CIELOS

1.         La primera razón por la cual se nos dice, que debemos tener gozo cuando padecemos por causa de la justicia, es por la promesa de que poseeremos el reino de los cielos, como una herencia recibida de parte de Dios.

2.         Como pudimos ver en la primera Bienaventuranza, los creyentes que gozarán de esta Bienaventuranza también son herederos de las bendiciones de Dios que se desprenden del reino celestial.

3.         Todo lo que Dios ha diseñado para su reino, será del disfrute de todo aquel que padezca persecución por causa de la justicia y de todos los que sean vituperados y maldecidos por causa de Cristo. Dios tendrá un tratamiento especial para los creyentes padecen por su causa, Romanos 8:16-19.

B.      PORQUE NUESTRO GALARDÓN ES GRANDE EN LOS CIELOS

1.         Cuando el texto nos dice: “Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos”. Tenemos que ponernos a meditar en los pasajes en que la Biblia nos habla de los galardones del cielo, como podemos ver en (Job 31:2; Sal. 19:11; 58:11; He. 10:35; 11:26; 2 Jn. 8; Ap. 22:12).

2.         Al ver estas enseñanzas, tenemos que sentir el gozo y la alegría que produce el saber que aunque los hombres no aprecien lo que hacemos, aunque en esta tierra las recompensas sean vanas y corruptibles, en el cielo tendremos un “Grande Galardón”.

3.         Los creyentes que padecemos por causa de la justicia, debemos estar gozosos y alegres todo el tiempo de nuestro peregrinar y recordar las palabras de Santiago 1:2-4 cuando dijo: “Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna”.  Estaremos completos en Él.

C.      PORQUE NO SOMOS LOS ÚNICOS

1.         Por último se nos consuela con el hecho de recordarnos lo que ya el mismo Señor nos había dicho antes de hallarnos en persecución. “porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.

2.         Es bueno recordar ahora, las palabras de Jesús en Juan 16:1-4 cuando declaró a los suyos: “Estas cosas os he hablado, para que no tengáis tropiezo. Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios. Y harán esto porque no conocen al padre ni a mí. Mas os he dicho estas cosas, para que cuando llegue la hora, os acordéis de que ya os lo había dicho”.

3.         El cristiano de todos los tiempos no puede sorprenderse cuando la tribulación y los problemas se asoman a su vida, no importa de la fuente que sean, él debe mantener el gozo y la alegría del que sufre y es perseguido por Cristo, y debe consolarse en el hecho de que no somos los únicos que hemos padecido.

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Gracias debemos dar a Dios, que nos da el privilegio de haber estudiado esta gran enseñanza que encontramos en el sermón del Monte, enseñanza que nos sitúa en la posición de cuestionar nuestra vida cristiana y a la vez de asegurarnos los motivos que nos mueven a vivir como cristianos. Esperamos en Él, que todos podamos disfrutar de todas las bendiciones que aquí se han ofrecido y que todos podamos ser herederos en el Reino Celestial.                


No hay comentarios:

Publicar un comentario