lunes, 3 de octubre de 2011

45/52 RAZONES POR LA CUALES SUFRIÓ Y MURIÓ JESUCRISTO

Cuadragésima quinta razón
PARA DESATAR EL PODER DE DIOS
EN EL EVANGELIO

“Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”.
1 Corintios 1:18

“Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”.
Romanos 1:16

            Para iniciar nuestra Cuatrigésima tercera razón por la cual sufrió y murió Jesucristo citamos al pastor Piper cuando dice: «Evangelio quiere decir buenas noticias. Es noticia antes que teología. Una noticia es el anuncio de que algo significativo ha sucedido. Buenas noticias es el anuncio de que algo que ha ocurrido hará feliz al pueblo. El evangelio es la buena noticia, porque lo que anuncia puede hacer a las personas felices para siempre.

            Lo que el evangelio reporta es la muerte y resurrección de Cristo. El apóstol Pablo hace explícita la calidad noticiosa del evangelio:

“Además os declaro, hermanos, el evangelio… Cristo murió por nuestros pecados… fue sepultado… y… apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún” (1 Co. 15:1-7).

            Lo fundamental del evangelio es que “Cristo murió por nuestros pecados. . . fue sepultado… resucitó…  y apareció a más de quinientas personas”. El hecho de que dice que muchos de estos testigos aún vivían demuestra cuán verídico es el evangelio. Quiere decir que sus lectores podrían conocer a algunos testigos y preguntarles. El evangelio es noticia sobre hechos. Y los hechos eran comprobables. Había testigos de la muerte, el entierro y de su vida ya resucitado.

            Lo trágico de todo es que, para muchos, estas buenas nuevas parecen locuras. Pablo dijo, “La palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios” (1 Co. 1:18). Este es el poder que Cristo murió para desatar. “El evangelio… es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree” (Ro. 1:16).

            ¿Por qué no todos ven la muere de Cristo como buena noticia? Hay que verla como cierta y buena antes de que podamos creerla. La pregunta, pues, es: ¿Por qué algunos ven esto como cierto y bueno y otros no? Una respuesta la da 2 Corintios 4:4: “El dios de este siglo (Satanás) cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo”. Además de eso, la naturaleza del hombre pecador en sí misma está muerta a la verdadera realidad espiritual. “El hombre natural no percibe las cosas del espíritu de Dios, porque para él son locura” (1 Co. 2:14).
           
            Si alguien va a ver el evangelio como cierto y bueno, la ceguera satánica y la muerte natural deben ser superadas por el poder de Dios. Por eso es que la Biblia dice que aun cuando el evangelio es locura para muchos, sin embargo, “para los llamados…  Cristo (es) poder de Dios y sabiduría de Dios” (1 Co. 1:24). Ese “llamado” es el misericordioso acto de Dios para quitar la muerte natural y la ceguera satánica, de modo que veamos a Cristo como la verdad y el bien. Este acto de misericordia es en sí mismo un regalo de Cristo comprado con sangre. Mírelo a Él y ore que Dios pueda capacitarlo para que vea y abrace el evangelio de Cristo.»[[1]]

Veamos esta razón bajo el bosquejo que sigue a continuación:         

I.     PABLO ENALTECE EL MÉTODO DE DIOS
II.   LA DEUDA DEL APÓSTOL        
III.  EL TEMA DEL APÓSTOL

I. PABLO ENALTECE EL MÉTODO DE DIOS
(1 Co. 1:18)

A.      LA REACCIÓN AL PLAN DE DIOS

1.         Este versículo nos declara lo que sigue: “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” Este versículo nos ilustra la reacción del hombre frente al plan que Dios ha ofrecido al mundo en su sabiduría.

2.         “Es locura” Esta es la conclusión de los hombres que se pierden y viven en la sabiduría del mundo, o de los hombres que se están perdiendo, como apunta el texto original el cual nos habla en tiempo presente continuo. La misma idea que nos presenta Juan 3:18 y 36.

3.         Por otro lado dice el apóstol Pablo que es poder de Dios para los hombres que se están salvando, los cuales entienden por medio de la Sabiduría que, Dios en su soberanía es poderoso para salvar por la palabra de la cruz a todo aquel que cree.

B.      LOS RESULTADOS DEL PLAN DE DIOS   

1.         Respecto a la condición humana, vemos que el hombre esta en condenación. La razón de su condenación viene porque en su condición de pecado, en su sabiduría humana y en su mente humana, carnal y natural considera la palabra de la cruz como locura como lo veremos en 1 Corintios 2:14-16.

2.         No obstante el que confía en la palabra de la cruz adquiere la sabiduría de Dios y adquiere el poder de Dios por medio de esta sabiduría.
            Esto es lo que el Nuevo Testamento explica en los tres tiempos verbales:
a. TIEMPO PASADO - Romanos 8:24 (Justificación)
b. TIEMPO PRESENTE - 1 Corintios 1:18 (Santificación)
c.   TIEMPO FUTURO - Romanos 5:9 (Glorificación)
Y todo esto es lo que llamamos SANTIDAD.

3.         Para aceptar esta sabiduría divina el hombre pide argumentos y como vemos en el pasaje:                     
LOS GRIEGOS - Piden que se les de evidencia a través de lo que ellos llaman sabiduría, que no es mas que la sabiduría terrenal de la cual se habla en 1 Corintios 1:22, 23; Hechos 17:21, 32 y Santiago 3:13-16.
LOS JUDÍOS - Por el contrario pedían como evidencia “señales” para ellos poder creer en “la palabra de la cruz”, estos eran quienes veían tropiezos en esta predicación (1:22, 23; Mt. 12:38; 16:1; Lc. 2:34). De hecho los israelitas habían rechazado el mensaje de la cruz a pesar de que se les había dado muchas señales (Jn. 3:2; 20:30; Hch. 2:19, 43; 5:12).

C.      EL MÉTODO DEL PLAN DE DIOS

1.         Consideraremos el método después de los resultados, por el hecho de que el mismo Pablo concluye esta porción diciendo: “Pero nosotros predicamos a Cristo, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura; más a los llamados, así judíos como griegos, Cristo es poder de Dios, y sabiduría de Dios”.

2.         Como vemos en los (vv. 19-21) Pablo hace una hermosa declaración citando Isaías 29:14 donde se había profetizado la manera en la que habría de perecer la sabiduría de los sabios de este mundo y como se desvanecería la inteligencia de los entendidos para alcanzar la salvación.
3.         Y concluye con el (v. 21) diciendo: “…pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación”. Por esta razón es que encontramos tantos pasajes en que el mismo apóstol Pablo enaltece el método de Dios y aún llega a decir: “Ay de mí si no predicara el evangelio”. Como dice también Romanos 10:9-17.

II. LA DEUDA DEL APÓSTOL   
(Ro. 1:13-15)

A.      LLENAR DE CONOCIMIENTO A TODOS (v. 13)          

1.         El apóstol Pablo sabía que la ignorancia no es buena, y es por esta causa por la que les escribe de esta manera, “Porque no quiero hermanos que ignoréis…” (Esta frase señala la importancia de lo que él va a decir). Esta frase es usada en (Ro. 11:25; 1 Co. 10:1 y 12:1; 2 Co. 1:8 y 1 Tes. 4:13).

2.         No siempre nuestros planes son los del Señor. El apóstol Pablo tenía deseo de llegar a Roma (v. 13 y Hch. 19:21) pero había sido estorbado en sus planes. Ejemplo: Cuando quiso ir a Asia (Hch. 16:6-10), prohibición dada por el Espíritu Santo. Aunque el deseo era bueno, pero no eran los planes de Dios que él, en este momento, hiciese esto.

3.         Por otro lado encontramos casos cuando la oposición es satánica como le pasó a él mismo al querer ir a Tesalónica (1 Tes. 2:18) cuando dice: “Por lo cual quisimos ir a vosotros, yo Pablo ciertamente una y otra vez; pero Satanás nos estorbó”. Aparentemente este fue el mismo caso de cuando quiso ir a Roma, notemos: (pero hasta ahora he sido estorbado). El apóstol Pablo quería tener algún fruto entre ellos, como lo había tenido entre otros gentiles. Él quería comunicarles el evangelio de Nuestro Señor Jesucristo y que salieran de su ignorancia, pero evidentemente no era el tiempo.
  
B.      PROCURAR PAGAR LA DEUDA A TODOS (v. 14)

1.         El apóstol Pablo estaba consciente de la deuda que tenía que pagar, en cuanto a la predicación del evangelio a todos los gentiles, pues desde el día de su conversión, nuestro Señor Jesucristo se lo había revelado, (Hch. 26:16-18). Por lo que su deuda era con diferentes civilizaciones.
Griegos: Helenísticos, grecorromanos (1:14).
No griegos: Bárbaros, otra lengua salvaje (1:14).

2.         Su responsabilidad era también con los hombres de diferentes culturas: Con los sabios y con los ignorantes (los ignorantes entenderán muchas veces más fácilmente que los sabios) - (Mt. 11:25-27). El evangelio es para todos, y todos somos deudores a todo hombre de lo que Dios nos ha revelado.

3.         Está claro que el apóstol Pablo sentía esta responsabilidad como una carga impuesta, de tal manera que sabía lo que le esperaba si no cumplía con esta demanda de Dios, la cual depositó en él desde el primer día de su vida cristiana. “Pues si anuncio el evangelio, no tengo por qué gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡Ay de mí si no anunciare el evangelio!” (1 Co. 9:16).

C.          PROCURAR PAGAR LA DEUDA A LOS ROMANOS (v. 15)

1.         Desde muchos días antes de llegar a Roma el apóstol Pablo sabía que sus días estaban contados para llegar a aquellos hermanos a quienes amaba tanto. En Hechos 23:11 es que vemos, cuando conoció que el tiempo de Dios había llegado.

2.         Es por esta causa que cuando escribe la epístola, aunque anuncia que ha sido estorbado para llegar a Roma, sabía que cumpliría tal pago de deuda con ellos y con cualquier otro que oiría la verdad para salvación. “Así que, en cuanto a mí, pronto estoy a anunciaros el evangelio también a vosotros que estáis en Roma” (Ro. 1:15).

3.         Los creyentes de Roma ya esperaban al apóstol Pablo y las buenas nuevas de salvación; ya ellos conocían de Cristo pero solamente conocían los rudimentos de la doctrina, ahora era necesario afirmarse en ella conociendo las cosas mas profundas del evangelio.                   

III. EL TEMA DEL APÓSTOL
(Ro. 1:16 y 17)

A.      LA FUERZA Y PODER DEL EVANGELIO PREDICADO (v. 16)
           
1.         Esta importante declaración surge de las consideraciones anteriores, pues si el apóstol Pablo estaba deseoso y se sentía deudor del evangelio en Roma; es natural y lógico que pusiera en claro el carácter y el contenido del mensaje que pensaba llevarles. Pablo sabía que para esto había sufrido y muerto el Señor, para desatar por medio del evangelio el poder de Dios.

2.         Este evangelio del cual él era deudor, se había constituido en gloria del creyente. Es por tanto que ahora declara: “Porque no me avergüenzo del evangelio”. Esto era motivación para ir delante de cualquiera, reyes, nobles, plebeyos y no tener vergüenza de lo que predicaba.

3.         Estas buenas nuevas con las cuales llegaría el apóstol Pablo a Roma eran “poder dinámico” “energía” de Dios para Salvación “porque es poder de Dios, para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego”. Todos tendrían el privilegio de conocer hasta dónde Dios era capaz de llegar en la vida de un creyente genuino a través del poder del evangelio.
     
B.      CONTENIDO DEL EVANGELIO PREDICADO (v. 17)

1.         El contenido está claramente definido en el texto, cuando Pablo declara: “La justicia de Dios se revela por fe y para fe”. JUSTICIA = Rectitud de conducta que se ajusta a las condiciones de una relación determinada. En este caso, es Dios el que determina las condiciones.

2.         Los elementos propios del carácter del evangelio de Jesucristo han sido determinados de tal manera que el hombre sin Dios entienda que la justicia de Dios no puede ser alcanzada por manifestar rasgos de moralidad o por tratar de hacer buenas obras, sino que esto es:
POR FE - Por fe, Dios ha revelado esta su justicia (su manera de hacer las cosas) por su Palabra (Ro. 10:17).
            PARA FE - Cuando el hombre ejerce fe y se ajusta a la justicia de Dios, entonces es justificado.

3.         Otro elemento que es importante destacar en esta porción, es que todo el mundo debe estar claro en que es Dios el que revela, el que da sabiduría, el que justifica, santifica y redime, (1 Co. 1:30).
  
C.      CONCLUSIÓN DEL EVANGELIO PREDICADO (v. 17)

1.                  Tenemos que llegar aquí a una conclusión lógica, y la vamos a declarar de inmediato, al citar las palabras del apóstol Pablo. Como está escrito (Hab. 2:4, Gá. 3:11): “Más el justo por la fe vivirá”. Esta no era una conclusión propia del apóstol, sino de Dios.

2.         Tenemos por delante una declaración evidentemente concluyente y que de manera específica trata de la salvación de los creyentes. No bastará que el hombre argumente, no importará que trate de establecer sus propios criterios o que quiera hacer valer su propia justicia. Lo que importa es lo que se ha dicho de parte de Jehová.

3.         En (He. 11:6) se nos dice - “Pero sin fe es imposible agradar a Dios”. Está por tanto, ratificado en las Escrituras que la fe es el elemento esencial para obtener la justificación de nuestras almas. Dios no exige otra cosa que no sea, la fe en la obra de Cristo al morir en la cruz del Calvario por nuestros pecados, ser sepultado y resucitar al tercer día. Este es el evangelio en el que hay que creer el cual manifiesta el poder que hay en Dios.

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:

            Que gloriosa conclusión que nos lleva a llevar a nuestras vidas la gran decisión de no callar ante nada, ni nadie, con tal de cumplir el mandato de Cristo de predicar el evangelio a toda criatura.
            El Señor nos encomendó en la gran comisión que fuésemos testigos suyos y más luego el apóstol Pablo nos enseña una gran verdad que ninguno de nosotros puede obviar si quiere hacer la voluntad de Dios cuando dice en Romanos 10:13-17: “…porque todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo. ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas! Mas no todos obedecieron al evangelio; pues Isaías dice: Señor, ¿quién ha creído a nuestro anuncio? Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios”. 
            Dios nos ayude a cumplir con sus propósitos divinos…
                                                                                                                                

[1]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 104-105


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