jueves, 15 de septiembre de 2011

40/52 RAZONES POR LA CUALES SUFRIÓ Y MURIÓ JESUCRISTO

Cuadragésima razón
PARA CREAR UNA LEGIÓN
DE SEGUIDORES CRUCIFICADOS

“Y decía a todos: Si alguno quiere venir en pos de mí,
niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame”.
 Lucas 9:23

“El que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí”.
Mateo 10:38

Hemos estado estudiando las razones por las cuales nuestro Señor Jesucristo sufrió y murió en la Cruz del Calvario, ahora entramos en la razón trigésima octava y en la misma se nos enseña todo lo concerniente a la enseñanza del Seño con respecto a la abnegación y consagración de sus discípulos.

En Mateo 16:13-28 se narra el contexto en el cual Jesús hizo una pregunta a sus discípulos concerniente al cuestionamiento de los hombres acerca de su persona y luego de la declaración de ellos les dijo: “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del  Dios viviente.”

Esta declaración trajo como consecuencia otra revelación de parte del Señor hacia el apóstol Pedro y sus discípulos cuando declaró: 

“Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.  Y a ti te daré las llaves del reino de los cielos; y todo lo que atares en la tierra será atado en los cielos; y todo lo que desatares en la tierra, será desatado en los cielos.”

Cuando Jesús hizo toda esta revelación, demandó a que a nadie dijese que Él era Jesús, el Cristo, pero de inmediato comenzó a declarar lo que ERA NECESARIO para Él con respecto a su condición como Cristo (ungido de Dios) y les declaró:

“Me es necesario ir a Jerusalén y padecer mucho de los ancianos, de los principales sacerdotes y de los escribas; y ser muerto, y resucitar al tercer día.”

Esta declaración trae una nueva reacción en el apóstol Pedro pero ahora completamente contraria a la anterior, ya que la primera había provenido de parte de Dios y esta ahora, provenía de parte de Satanás:

“Entonces Pedro, tomándole aparte, comenzó a reconvenirle, diciendo: Señor, ten compasión de ti; en ninguna manera esto te acontezca.”

            Esta reacción del apóstol Pedro motivó una gran enseñanza de nuestro Señor Jesucristo para todos aquellos que quieran seguirle. Jesús declaró a Pedro: “¡Quítate de delante de mí, Satanás!, me eres tropiezo, porque no pones la mira en las cosas de Dios, sino en la de los hombres.”

Jesús declara ahora lo que podemos decir que es la ley de la crucifixión de los verdaderos discípulos y las normas mediante las cuales se puede obtener, tanto el honor como el beneficio de ser discípulo de Cristo. 

Sobre esta enseñanza dice el pastor Piper: «Cristo murió para crear camaradas en el camino al Calvario. Calvario es el nombre de la colina donde lo crucificaron. Él sabía que el rumbo de su vida lo llevaría allá finalmente. En realidad, “afirmó su rostro” para ir allí (Lc. 9:51). Nada ocultaría su misión de morir. Él sabía dónde y cuándo eso tenía que pasar. Cuando alguien le advirtió, en camino a Jerusalén, que Él estaba en peligro del rey Herodes, Jesús desdeñó la idea de que Herodes pudiera interceptar el plan de Dios. “Id y decid a aquella zorra: He aquí yo echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana, y al tercer día termino mi obra” (Lc. 13:32). Todo iba desarrollándose conforme a su plan. Y cuando al fin llegó y la turba lo arrestó la noche antes de morir, les dijo: “Todo esto sucede para que se cumplan las Escrituras de los profetas” (Mt. 26:56).»[[1]]

            Veamos esta enseñanza bajo el siguiente bosquejo de estudio:

I.     LOS SUFRIMIENTOS DEL QUE LE SIGUE
II.   UN CONTRASTE PARA RAZONAR
III. UNA CONCLUSION PARA TOMAR UNA DECISIÓN

 I. LOS SUFRIMIENTOS DEL QUE LE SIGUE
(Lc. 9:23)

A.      JESÚS REQUIERE DISCÍPULOS VOLUNTARIOS

1.         Jesús requiere que todo aquel que le siga lo haga voluntariamente, si quiere obtener los beneficios que Él ofrece y, para ello tiene necesariamente que seguirle (Jn. 10:27)

2.         Jesús no obliga a nadie sino que expresa que para poder ser su discípulo, es necesario seguirle voluntariamente pues Él dice en el texto que nos ocupa: “Si alguno quiere venir en pos de mí...” sobre esto dice el pastor Piper: «En un sentido, el camino al Calvario es donde todos encuentran a Jesús. Es verdad que Él ya ha caminado el camino, y muerto, y resucitado, y ahora reina en el cielo hasta que venga otra vez. Pero cuando Cristo encuentra una persona hoy, es siempre en el camino al Calvario, rumbo a la cruz. Cada vez que Él encuentra a alguien en el camino al Calvario dice: “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame” (Lc. 9:23).»[[2]]

3.         Aquí Jesús da la oportunidad a quien quiera y a quien no quiera, Él no obliga a nadie a seguirle como tampoco beneficiará a los que no le siguen.
  
B.      JESÚS DECLARA SUS DEMANDAS

1.         "Niéguese a sí mismo" - (AUTONEGACIÓN)
            Esto significa decirle a nuestro YO, el cual está dentro de nosotros y que nos inclina a ser egocéntricos, autónomos y autosuficientes, que desde que decidimos “seguir en pos de Él”, no podemos servir a nuestros propios planes y a nuestros propios intereses, SINO SEGUIRLE A ÉL, dependiendo de Él, estando dispuestos a someternos a cualquier sufrimiento por su causa. A esto llamamos la CRUCIFIXIÓN DEL YO.  (Gá. 5:24 y 6:14)

2.         “Tome su cruz cada día”
            Es interesante que Cristo no dice: “TOME MI CRUZ", por el hecho de que la cruz que Él cargó fue la suya propia y nadie podrá cargarla; pero sí establece que cada uno de los que le siga tendrá que tomar la suya propia, la que el carpintero ha diseñado para cada creyente que se dispone a seguir sus pasos: LOS PASOS DE LA OBEDIENCIA Y EL SUFRIMIENTO HASTA LA VICTORIA. A todo cristiano se le ha diseñado una cruz, la cual debe aceptar para la gloria de Dios (Fil. 1:27-29).

3.         “Y sígame”.
            La demanda final está en imperativo como las demás, y refleja la dirección que debe tomar el que se dispone a tomar el camino ofrecido.  Es interesante notar la dirección del Señor cuando dice esto.  Todos sabemos que es hacia la GLORIFICACIÓN, pero a través de la CRUZ. Si queremos seguirle, sabemos que debemos seguir sus pisadas como dijo el apóstol Pedro en 1 Pedro 2:21-25.

C.      JESÚS RECOMPENSA AL QUE LE SIGUE

1.         Negarse a sí mismo, tomar la cruz y seguir al Señor, son demandas muy duras, pero si queremos seguir el consejo del Espíritu Santo será un gran bendición para nuestra vida cristiana.

2.         La recompensa de seguir a Cristo llevará una gloria eterna para el cristiano que vivirá de victoria en victoria.

3.         El eterno peso de la condenación y la maldición de la muerte no recaerá más sobre él, porque por medio de su obediencia, alcanzó el perdón y la gloria.

Jesús declara ahora...
II) UN CONTRASTE PARA RAZONAR
(Lc. 9:24)

A.      JESÚS CONTRASTA EL DESEO HUMANO

1.         Notemos cómo dice el (v. 25): “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.”

2.         En este contraste hecho por el Señor, se especifica el destino final de los que NO hacen y de los que SI hacen la voluntad de Dios.

3.         EL QUE QUIERE SALVAR SU VIDA POR SI MISMO.
            Estos son aquellos que confían en su YO para salvarse; son aquellos egocéntricos que hacen de Cristo aún su propio instrumento y no ellos instrumento de Cristo.
            Su destino es: PERDER SU VIDA (Alma).
EL QUE LA PIERDA POR CAUSA DE MÍ.
Estos son los que son obedientes y aceptan las demandas de Cristo y no huyen de la realidad, éstos serán bendecidos por la eternidad, porque TUVIERON POR BASURA SU VIDA TEMPORAL.
  
B.      JESÚS CONTRASTA AMBOS BENEFICIOS

1.         Jesús declara que ambos deseos tienen su propio beneficio o su propia consecuencia, y esto lo notamos cuando Jesús denota:

2.         “Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá”.  Esta es la consecuencia o beneficio de aquellos que ESTIMAN ESTA VIDA TEMPORAL más importante que la VIDA ETERNA.

3.         “y todo el que pierda su vida por causa de mí, éste la salvará.” Esta es la consecuencia de aquellos que tienen la VIDA ETERNA por sublime frente a la VIDA TEMPORAL. Como dice el apóstol Pablo en Filipenses 3:7-11.

C.      JESÚS NOS OFRECE UN GRAN CONSUELO

1.         Jesús nos asegura que no importa cómo perdamos nuestra vida en este mundo, habiendo hecho su voluntad, la hallaremos por LA ETERNIDAD.

2.         Todo aquello que entregamos en sus manos, tendrá beneficios eternos, porque Él es eterno, y lo que Él ofrece en la gloria no es comparable con ninguno de los padecimientos que podamos tener en la tierra.

3.         El apóstol Pablo tenía una seguridad grandiosa con respecto a esto, cuando dijo en Romanos 8:18: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”
  
III. UNA CONCLUSION PARA TOMAR UNA DECISION
(Lc. 9:25)

A.      JESÚS PONE DE RELIEVE EL VALOR DEL ALMA INMORTAL

1.         El texto declara: “Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?” Para muchos sería fácil vivir esta vida sin someterse a Dios si fuera cierto lo que algunos profesan cuando dicen “ESTO SE ACABA AQUI.”

2.         Pero, Jesús dice todo lo contrario, citando el verso 25: “Pues ¿qué aprovecha al hombre, si gana todo el mundo, y se destruye o se pierde a sí mismo?”

3.         Jesús deja establecido aquí que el alma es inmortal y que para la eternidad tendrá que ofrecer algo para ello. Es desgarrante notar en qué se convierten las esperanzas del hombre sin Dios.  Ejemplo: la vida de Elizabeth Taylor - Ganó el mundo y su alma está perdida, ¿Qué dará por su alma para permanecer en la eternidad?
            
B.      JESÚS DECLARA QUE GANAR EL MUNDO NO TIENE PROVECHO PARA EL ALMA

1.         De qué aprovechará al hombre, si ganara todo el mundo, el cual es pasajero, por el costo de SU ALMA, la cual es eterna.

2.         El precio es muy alto, y los placeres de la vida no pueden valer más que el alma del hombre, los cuales no producen en el hombre la satisfacción que él busca, ni logra gozarlos en lo que tenga de vida.

3.         Cuántos personajes han pasado a la muerte y no han podido, con todo lo que poseyeron, pagar por un momento de felicidad. ¿CUANTO PAGARÍA ARISTÓTELES ONASIS PARA QUE SU HERMOSA HIJA CRISTINA HUBIERA SIDO FELIZ CON SU GROTESCA HERENCIA, PERO SU VIDA NO DEPENDIA DE ÉL, SINO DE DIOS?  SU EPITAFIO DICE: “MURIÓ A LOS 38 Y NO TUVO TIEMPO DE GOZAR SU FORTUNA”.

4.         Eclesiastés 6:2 declara al respecto: “Hay un mal que he visto debajo del cielo, muy común entre los hombres: El del hombre a quién Dios da riquezas y bienes y honra; y nada le falta de todo lo que su alma desea; pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan los extraños.  Esto es vanidad, y mal doloroso”.
  
C.      JESÚS DECLARA QUE EL HOMBRE NO TIENE MANERA DE PAGAR RECOMPENSA POR SU ALMA

1.         Si el dinero, la fama y las posiciones pudieran llevarse a la eternidad, el problema del hombre sin Dios estuviera resuelto; pero, ¿cómo podemos pagar algo espiritual con algo material?

2.         El caso más ejemplarizante con respecto a esta verdad es el caso del RICO INSENSATO, de Lucas 12:13-21.  Aquel hombre dijo, habiendo producido mucho dinero: “Esto haré: derribaré mis graneros, y los edificaré mayores y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes y diré a mi alma: alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, come, bebe, regocíjate.  Pero Dios le dijo: Necio, esta noche vienen a pedirte tu alma; y lo que has provisto, ¿de quién será?  Así es el que hace para sí tesoro, y no es rico para con Dios.”

3.         Todo aquel que no haga riquezas para con Dios nunca podrá pagar recompensa por su alma.
  
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:

El pastor Piper termina diciendo: «Cuando Cristo fue a la cruz, su objetivo fue llamar a una gran legión de creyentes que lo siguieran.
           
La razón de esto no es que Jesús tenga que morir otra vez hoy, sino que nosotros debemos hacerlo.  Cuando Él nos convida a tomar nuestra cruz, quiere decir, ven y muere. La cruz era un lugar de horrible ejecución. Hubiera sido inconcebible en los días de Jesús usar una cruz como pieza de joyería. Habría sido como usar una silla eléctrica en miniatura o una soga para linchamiento. Sus palabras tienen que haber tenido un efecto aterrador. “El que no toma su cruz y sigue en pos de mí no es digno de mí” (Mt. 10:38).

Hoy las palabras son solemnes. Significan por lo menos que cuando seguimos a Jesús como Salvador y Señor, el viejo yo voluntarioso, egoísta, debe ser crucificado. Debo cada día considerarme muerto al pecado y vivo para Dios.          Ese es el camino de la vida: “Consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús” (Ro. 6:11).

Pero la camaradería en el camino al Calvario significa más. Quiere decir que Jesús murió para que nosotros estemos dispuestos a llevar su vituperio. “Jesús... padeció fuera de la puerta... Salgamos, pues, a él, fuera del campamento, llevando su vituperio” (He. 13:12-13). Pero no solo el vituperio. Si es necesario, el martirologio. La Biblia describe algunos de los seguidores de Cristo de esta manera: “Y ellos han vencido (a Satanás) por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos y menospreciaron sus vidas hasta la muerte” (Ap. 12:11). Así que el Cordero de Dios derramó su sangre para que nosotros podamos derrotar al diablo confiando en su sangre y derramando la nuestra. Jesús nos llama en el camino al Calvario. Es una vida dura y buena. Ven).»[[3]]

Para tener tesoros en los cielos, tenemos que tomar la única decisión para con Dios que puede darnos dividendos en el cielo y en la eternidad.

·         NEGARSE A SÍ MISMO.
·         TOMAR SU CRUZ CADA DÍA.
·         SEGUIRLE A ÉL.

[1][1]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 94.
[2][2]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 94-95.
[3][3]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 95.


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