martes, 13 de septiembre de 2011

39/52 RAZONES POR LA CUALES SUFRIÓ Y MURIÓ JESUCRISTO

Trigésima novena razón
 PARA LLAMARNOS A SEGUIR SU
EJEMPLO DE HUMILDAD Y
VALIOSO AMOR

“Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar. Porque esto merece aprobación, si alguno a causa de la conciencia delante de Dios, sufre molestias padeciendo injustamente. Pues ¿qué gloria es, si pecando sois abofeteados, y lo soportáis? Mas si haciendo lo bueno sufrís, y lo soportáis, esto ciertamente es aprobado delante de Dios. Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente; quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. Porque vosotros erais como ovejas descarriadas, pero ahora habéis vuelto al Pastor y Obispo de vuestras almas”.
1 Pedro 2:18-25

“…puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.
 Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado”.
Hebreos 12:3-4

“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”.

Filipenses 2:5-8

      En esta oportunidad analizaremos tres pasajes de las sagradas Escrituras que nos llevarán a ver esta trigésima séptima razón por la cual sufrió y murió nuestro Señor Jesucristo. Al respecto dice el pastor Piper: «Imitación no es salvación. Pero la salvación trae imitación. Cristo no nos es dado primero como modelo, sino como Salvador. En la experiencia del creyente, primero viene el perdón de Cristo, luego el modelo de cristo. En la experiencia de Cristo mismo, ellas vienen juntas: El mismo sufrimiento que perdona nuestros pecados nos ofrece un modelo de amor.

            En realidad, solo cuado experimentamos el perdón de Cristo puede Él convertirse en modelo para nosotros. Esto suena equivocado porque sus sufrimientos son únicos. No pueden ser imitados. Nadie sino el Hijo de Dios puede sufrir “por nosotros” en la forma que Cristo sufrió. Él llevó nuestros pecados en una forma que ninguno otro pudiera. Fue un sustituto sufriente. Jamás podremos duplicar esto. Fue una vez por todas, el justo por los injustos. El divino sufrimiento vicario por los pecadores es inimitable.

            Sin embargo, este sufrimiento único, después de perdonar y justificar a los pecadores, los transforma en personas que actúan como Jesús: no como Él en perdonar, sino como Él en amar. Como Él en sufrimiento para hacer bien a otros. Como Él en no devolver mal por mal. Como Él en humildad y mansedumbre. Como Él en soportar pacientemente. Como Él en servidumbre. Jesús sufrió por nosotros de manera única, para que nosotros pudiéramos sufrir con Él en la causa del amor.

            El apóstol de Cristo, Pablo, dijo que su ambición era primero participar en la justicia de Cristo por fe, y entonces compartir en sus sufrimientos en el ministerio. “(Pueda yo) ser hallado en él, no teniendo mi propia justicia, que es por la ley, sino la que es por la fe de Cristo... a fin de... (participar) de sus padecimientos, llegando a ser semejante a él en su muerte” (Fil. 3:9-10).

La justificación precede y hace posible la imitación. El sufrimiento de Cristo para la justificación hace posible nuestro sufrimiento para la proclamación. Nuestro sufrimiento por otros no aparta la ira de Dios, sino que muestra lo que vale estar libre de la ira de Dios por el sufrimiento de Cristo. Esto conduce a las personas a Él.
           
Cuando la Biblia nos pide que todo lo soportemos “por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús” (2 Ti. 2:10), quiere decir que nuestra imitación de Cristo conduce a las personas a Él, al único que puede salvar. Nuestro sufrimiento es crucial, pero solo Cristo salva. Por tanto, vamos a imitar su amor, pero no tomar su lugar).»[[1]]

            Todo creyente en Cristo tiene que mirar hacia su Señor y Salvador y ahora precisamente de este ejemplo es que vamos a profundizar bajo el siguiente bosquejo:

I.   SIGAMOS EL EJEMPLO DE SUS PISADAS
II.  CONSIDEREMOS SU RESISTENCIA HASTA EL FIN
III. IMITEMOS SU HUMILDAD Y OBEDIENCIA

I. SIGAMOS EL EJEMPLO DE SUS PISADAS
(1 P. 2:19-21)

A.      EL MANDATO A SEGUIR SUS PISADAS DEMANDA SUJECIÓN - (2:18-20)

                        1.         Este versículo 18 nos muestra la actitud y la conducta que debe caracterizar al obrero cristiano que en todo momento debe seguir las pisadas del maestro. Estas cualidades son primordialmente, el respeto y la obediencia. Para hablarnos de una conducta correcta Pedro declara: “Criados, estad sujetos con todo respeto a vuestros amos; no solamente a los buenos y afables, sino también a los difíciles de soportar”.
Es interesante pensar que la pregunta que debe hacerse un obrero no es ¿Quién tiene derecho sobre mí?, sino: ¿Cuál debe ser mi reacción ante los que tienen autoridad sobre mí?
La sociedad de hoy ha cambiado, y los empleados de hoy disfrutan de privilegios extraordinarios en comparación con los tiempos de la esclavitud. Por tanto, si ayer a los esclavos se les manda sumisión, cuánto más hoy.

2.         Esta claro que el anhelo preeminente de un cristiano está recalcado en esta porción cuando dice: “Porque esto merece aprobación”. Esta porción señala que la meta del cristiano es ser aprobado por Dios aunque no lo seamos por los hombres.
El siervo que verdaderamente merece aprobación divina es el que colabora y es paciente, aún cuando se le trate injustamente (2:19).
Jesús mismo, al compararnos con los siervos, resalta dos cualidades importantes (2:20).
·         El ser vigilante - Lucas 12:35-40.
·         El ser fiel - Lucas 12:41-48.

3.         Veamos algunas alternativas bíblicas sobre la base de la libertad que hoy disfrutamos haciéndonos algunas preguntas:

·         ¿Estamos en libertad para aprovechar cualquier oportunidad para mejorar?
Seguro que sí. Dios nos llama de muchas maneras y bajo diferentes circunstancias a cada uno; pero esto no quiere decir que no debemos anhelar el progreso. (1 Co. 7:21) – “...si puedes hacerte libre, procúralo más”.

·         ¿Se nos permite escapar del sufrimiento injusto?
Todo creyente debe ser paciente cuando se le trata con injusticia (sufrido), (2 Ti. 2:24); pero esto no quiere decir que si Dios nos brinda la oportunidad de salir del sufrimiento, no lo hagamos (Hch. 9:23-25 y 28-30).

·         ¿Es correcto orar para que se nos libre del sufrimiento?
A través de la historia bíblica hemos visto oraciones de liberación (Sal. 109:21-31; 116:1-11).
Pero Dios no siempre contestará cuando queramos sino cuando él considere que hemos aprendido (Ro. 8:28 y 2 Co. 12:9-10)

·         ¿Es permitido protestar cuando somos tratados injustamente?
Desde luego que podemos protestar, siempre y cuando lo hagamos bajo los principios cristianos (Jn. 18:23; Hch. 5:40-42; 25:8-11)

B.      EL MANDATO A SEGUIR SUS PISADAS DEMANDA SEGUIR EL MODELO DE JESUCRISTO, NUESTRO SALVADOR -
(1 P. 2:21-25)

1.         EL MODELO DE JESUCRISTO COMO SIERVO
Si analizamos la obra de Jesús y su lugar en el mundo, veremos que su obra fue la de servir, dar su vida en rescate por muchos (Mt. 12:15-21).

2.         EL MODELO DE JESUCRISTO COMO EJEMPLO (v. 21)
La palabra “ejemplo” era un vocablo griego que se refería a las letras escritas en los cuadernos de caligrafía.
El sufrió y no se airó sino que se sintió digno de padecer (Mt. 5:10; Hch. 5:41).

3.         EL MODELO DE JESUCRISTO COMO SANTO (v. 22)
Jesucristo lo soporto todo aun siendo impecable. El texto declara: “El cual no hizo pecado, ni se halló engañó en su boca”.

4.         EL MODELO DE JESUCRISTO EN CUANTO A SU CONFIANZA (v. 23)
Jesucristo lo soporto todo porque confiaba en un juez justo. Aún cuando pudo actuar en venganza; por el contrario encomendó su causa al que juzga justamente.

5.         EL MODELO DE JESUCRISTO PARA ALCANZAR SU META (v. 24-25)
Nuestro Señor y Salvador resistió el sufrimiento y la humillación porque no olvidaba que su objetivo era sanarnos del poder del pecado y de la muerte (Sal. 30:2-3).
           
II. CONSIDEREMOS SU RESISTENCIA HASTA EL FIN
(He. 12:2-4)

A.      CORRAN ESTA CARRERA PONIENDO LOS OJOS EN JESÚS

1.         Aquí estamos viendo a alguien a quien imitar. El autor de la epístola nos dice lo que tenemos que hacer para poder resistir en la carrera de la fe: “puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe”. Esto es una grandiosa bendición, el tener a alguien a quien imitar y no correr sin saber como hacerlo o hacia donde ir. El texto nos recuerda el deseo de todo atleta de alcanzar y aún superar las hazañas de los demás predecesores. Cristo es el atleta por excelencia y aún sabiendo que no podemos superarlo, tenemos que ser como ese que ha hecho lo máximo por alcanzar el galardón.

2.         Aquí estamos viendo a la motivación de aquel a quien imitamos cuando dice el texto: “…el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio”.
·         Viendo muchos creyentes salvos (Jn. 17:20, 21).
·         Viéndose sentado a la derecha del Padre  (Fil. 2:10-11).

3.         Ahora vemos el objetivo de la carrera de aquel a quien imitamos. Evidentemente que el objetivo de la carrera, de acuerdo a este pasaje es nada más y nada menos que sentarse a la diestra del trono de Dios. Volver a tomar el lugar que había dejado para humillarse y ser semejante a los hombres cumpliéndose lo profetizado en el Salmo 110:1 que dice: “Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies”. Texto que vemos en otros muchos pasajes del N.T. (Mt. 22:44; Mr. 12:36; Lc. 20:42-43; Hch. 2:34-35; 1 Co. 15:25; Ef. 1:20-22; Col. 3:1; He. 1:13; 8:1; 10:12-13; 12:2).

B.      CONSIDEREN LO QUE HIZO JESÚS PARA NO DESMAYAR

1.         Observa con todo cuidado. Este es el consejo para los que quieren llegar hasta la meta sin desanimarse. El texto apunta diciendo: “Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado”. Literalmente él nos está diciendo que comparemos nuestras vidas con la de Jesús, que la tomemos y nos apropiemos del más mínimo detalle de todo su sufrimiento para que sea nuestra motivación.

2.         Cuando el verso usa la expresión “tal contradicción de pecadores” está haciendo evidente que no hubo otro ser en el mundo que recibió tanta oposición a su doctrina como fue Jesús. Juan 1:11 afirma esta tesis diciendo: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron”. Esto nos deja dicho que desde el principio Jesús estaba condenado a tener todo tipo de oposición a sus enseñanzas, principalmente en aquellas que mermaban los intereses del judaísmo legalista y pecaminoso de su tiempo, así como las arcas de los principales religiosos que vivían comprando las conciencias de los prosélitos.

3.         Por último dice el texto que no hay lugar para desmayar. Se dice que cuando un creyente hace un acto de introspección, personal se ocasiona una especie de fatiga y desaliento espiritual, que le lleva a pensar en abandonar las filas del cristianismo y a dejar la carrera de la fe. Por esta causa no te mires a ti y te tengas pena, sino mira a Jesús y toma ánimo para seguir hasta la meta trazada por Dios.

C.      CONSIDEREN LO QUE HIZO JESÚS PARA NO DESMAYAR

1.         Hermanos, la vida cristiana está marcada por la disciplina y por la perseverancia. El mismo Señor nos advirtió sobre el camino verdadero diciéndonos: “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan” dándonos a entender que el camino de la vida cristiana tiene que ser tomado considerando la disciplina espiritual.

2.         Para correr en la dura pista de la vida con toda la paciencia exigida para poder lograr las coronas prometidas por nuestro Dios en el día del Señor tenemos que estar apercibidos que todavía no lo hemos pasado todo, ni lo hemos visto todo, por eso dice el texto: “Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado”.
           
3.         El objetivo del autor a los Hebreos no es que sucumbamos, sino que nos animemos y nos preparemos a enfrentar los peligros que nos acechan con el poder de Dios como lo hizo nuestro Señor Jesucristo.       Por tanto todo cristiano tiene que entender que el sufrimiento que encontramos en la carrera de la fe no puede ser considerado como un problema, sino como una oportunidad para quitar de nosotros todo aquello que nos estorba y así correr con libertad y ligereza la carrera emprendida y llegar a la meta.
    
III. IMITEMOS SU HUMILDAD Y OBEDIENCIA
(Fil. 2:5-8)
“Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.”.

A.      EN JESÚS VEMOS RESOLUCIÓN (v. 5) “Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús”.

B.      EN JESÚS VEMOS IDENTIDAD (v. 6a) “…el cual, siendo en forma de Dios”,

C.      EN JESÚS VEMOS MEDICIÓN (v. 6b) “…no estimó el ser igual a Dios”,

D.      EN JESÚS VEMOS CALIDAD Y CERTEZA (v. 6c) “…como cosa a que aferrarse”,

E.       EN JESÚS VEMOS RENUNCIA (v. 7) “…sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres”;

F.       EN JESÚS VEMOS PROPÓSITO (v. 8) “…y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”.
  
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Busquemos a toda costa mirar hacía el galardón, sin perder de vista a aquel que corrió esta carrera primero que nosotros dejándonos ejemplo para que sigamos sus pisadas y de esta manera poder al igual que él lo hizo, lograr llegar a la meta del premio del Supremo llamamiento en Cristo Jesús y terminar en victoria como Él terminó la suya.
                                                                                                                                 

[1][1]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 92-93.


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