lunes, 18 de julio de 2011

26/52 RAZONES POR LA CUALES SUFRIÓ Y MURIÓ JESUCRISTO

Vigésima Sexta razón
PARA PONER FIN AL SACERDOCIO DEL
ANTIGUO TESTAMENTO Y CONVERTIRSE
EN EL SUMO SACERDOTE ETERNO

“…Y los otros sacerdotes llegaron a ser muchos, debido a que por la muerte no podían continuar; mas éste, por cuanto permanece para siempre, tiene un sacerdocio inmutable; por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.
Porque tal sumo sacerdote (Jesucristo) nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo”…
Hebreos 7:1-28
           
            La grandeza de la obra de Cristo es indescriptible, cada vez que nos introducimos en la Palabra de Dios encontramos múltiples enseñanzas que nos dan la oportunidad de ver su inmensidad y amor para con nosotros. Pero lo más grande es ver cómo Dios en Cristo realizó su obra redentora una vez y para siempre, de forma tal que no tuviésemos más que hacer para lograr la salvación y la vida eterna.

            Piper dice al respecto: «Una de las más grandes frases de la verdad cristiana es “una vez por todas”. Viene de la palabra griega (ephapax) y quiere decir “una vez para siempre”. Significa que algo sucedió que fue decisivo. El acto logró tanto que no es necesario que se repita jamás. Todo esfuerzo por repetirlo podría desacreditar el logro que tuvo lugar “una vez para siempre”.

            Era una sombría realidad que año tras año los sacerdotes de Israel tuvieran que ofrecer sacrificios de animales por sus propios pecados y por los pecados del pueblo. Yo no quiero decir que no hubiera perdón. Dios estableció estos sacrificios para el alivio de su pueblo. La gente pecaba y necesitaba un sustituto que sufriera su castigo. Fue por misericordia que Dios aceptó el ministerio de sacerdotes pecadores y animales sustitutos.

            Pero había un lado oscuro en esto. Tenía que realizarse una y otra vez. La Biblia dice: “Pero en estos sacrificios cada año se hace memoria de los pecados” (He. 10:3). El pueblo sabía que cuando ellos ponían las manos sobre la cabeza de un toro para transferir sus pecados al animal, después tendría que hacerse otra vez. Ningún animal sería suficiente para sufrir por los pecados humanos. Los sacerdotes pecadores tenían que sacrificar por sus propios pecados. Los sacerdotes mortales tenían que ser reemplazados. Los toros y los machos cabríos no tenían vida moral y no podían llevar la culpa del hombre. “La sangre de los toros y los machos cabríos no puede quitar los pecados” (He. 10:4).

            Pero había un ribete de plata en esta nube de insuficiencia sacerdotal. Si Dios honraba aquellas cosas inadecuadas, ello sería porque un día enviaría a un siervo calificado para completar lo que aquellos sacerdotes no podían realizar: erradicar el pecado una vez por todas.

Eso es lo que Cristo es. Jesús vino a ser el Sacerdote definitivo y el Sacrificio definitivo. Inmaculado, no ofreció sacrificios por Él mismo. Inmortal, nunca tiene que ser reemplazado. Humano, podía llevar los pecados humanos. Por lo tanto, no ofreció sacrificios por sí habrá necesidad de otro. Hay un mediador entre nosotros y Dios. Un sacerdote. No necesitamos otro. Felices aquellos que se acercan a Dios solo a través de Cristo.»[[1]]
            
            Analizando nuestro primer texto, vemos la manera en que el autor de la epístola a los hebreos llega a la parte principal del tema sobre la sustitución y vemos como durante los capítulos 7-10 va a desarrollar la sustitución del sacerdocio, del santuario y de los sacrificios por la obra de Jesucristo.

            Sobre esta verdad vemos que todo el tiempo Aarón y sus descendientes habían ministrado en el tabernáculo y luego en el templo de Jerusalén, pero ahora el autor de esta epístola quiere demostrar que hay un tipo de sacerdocio que es superior al que por siglos conoció el pueblo hebreo, este sacerdocio es conforme al “ORDEN DE MELQUISEDEC”.
           
            El autor de esta epístola sabe que este tema será chocante a su pueblo. Se ha visto, sin embargo, que no se desespera por hallar a hebreos que le han de escuchar y comprender, porque aquí, después de solemnes avisos contra los peligros de la pereza espiritual de todos y de la caída espiritual de algunos, vuelve al tema sobre el sacerdocio según el orden de Melquisedec y ahora de manera específica y total.

            Ya él ha señalado que la clave de la interpretación de este tema la encontramos en el versículo 4 del salmo 110 donde se dice: “Juró Jehová, y no se arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec”.   Tenemos que recordar que los judíos, fuesen cristianos o no, solían meditar y comentar este salmo juntamente con el capítulo 14 de Génesis al que se hace referencia.

            Lo que queremos decir es que el autor de la epístola a los Hebreos sabía que aunque él iba a presentar un tema profundo y tal vez desde otra perspectiva, los hebreos ya conocían de lo que se hablaba, aunque ciertamente el planteamiento declarado ahora apuntaba hacia la persona de Cristo, no solo como Mesías, sino también como Sumo Sacerdote que sustituiría de una vez y para siempre el sacerdocio antiguo-testamentario.

Veamos el planteamiento real bajo este bosquejo:
I.   EL ARGUMENTO HISTÓRICO CON RESPECTO A MELQUISEDEC
      (Melquisedec y Abraham)
II.  EL ARGUMENTO DOCTRINAL CON RESPECTO A MELQUISEDEC
      (Melquisedec y Aarón)
III. EL ARGUMENTO PRÁCTICO CON RESPECTO A MELQUISEDEC
      (Cristo y el Creyente)

I. EL ARGUMENTO HISTÓRICO CON RESPECTO A MELQUISEDEC (Melquisedec y Abraham) (He. 7:1-10)

A.      MELQUISEDEC ERA REY Y SACERDOTE

1.         En Génesis 14:17-24 puede verse que uno de los puntos que se destacan de la persona de Melquisedec es que era Rey y Sacerdote. Pero sabemos que el trono y el altar eran oficios distintos y no compatibles.

2.         Por otro lado ya vimos que los que trataban de invadir el oficio sacerdotal eran castigados por Dios dentro del período en que Aarón y los descendientes de Leví desempeñaban este oficio, aún fuera un rey el invasor, pero aquí observamos que en el tiempo de Abraham Melquisedec tuvo “ambos” oficios.

3.         Lo que queremos decir es que ni Aarón ni sus descendientes tuvieron este privilegio, como tampoco lo tuvieron el rey Saúl o el rey David. Es también importante notar que Melquisedec no era un sacerdote falso, sino que era “sacerdote del Dios altísimo” (Gn. 14:18).

B.      SU NOMBRE ES SIGNIFICATIVO

1.         Se sabe que en la Biblia los nombres tienen significados y son importantes en sí mismos. Hoy en día, no lo consideramos así porque nosotros no sabemos ni siquiera lo que significan los nombres que usamos.

2.         Por esto en los tiempos bíblicos se le podía cambiar el nombre a alguien según vemos en Génesis 32:24 a 32; Juan 1:35 a 42. El nombre de Melquisedec significa “Rey de Justicia” en hebreo y la palabra Salem significa “paz” que viene de la palabra shalom, o sea que Melquisedec es “Rey de Paz” así como “Rey de Justicia”.

3.         La justicia y la paz van de la mano en las Sagradas Escrituras, estos pasajes lo confirman: Isaías 32:17; Salmo 72:7; 85:10; Santiago 3:17,18; Hebreos 12:10,11; Romanos 5:1.

C.      RECIBIÓ LOS DIEZMOS DE ABRAHAM

1.         Este hecho importante se explica en los versículos 4 a 10. La palabra diezmo significa la décima parte. Bajo la ley de Moisés, a los judíos se les mandó dar a Dios la décima parte de sus siembras, de sus ganados y de sus rebaños (Lv. 27:30-32).

2.         Estos diezmos se entregaban a los levitas en el tabernáculo primero, (Nm. 18:21-26) y después en el templo, (Dt. 12:5-11). Si el viaje era muy largo para transportar los granos, aceites o animales, el diezmo podía convertirse en dinero (Dt. 14:22-27).

3.         Por esto podemos establecer que el diezmar no se originó con Moisés, pues Abraham lo practicó antes de que la ley fuese dada. De hecho los arqueólogos han descubierto que otras naciones también diezmaban en aquel entonces, lo que nos confirma que esta práctica es muy antigua.                                                                 
D.      SU GENEALOGÍA ES DISTINTA

1.         Melquisedec era un hombre (v. 4) y no una “teofanía” como lo plantean algunos comentaristas, así que es obvio que tuvo padre y madre. Pero no tenemos registro de su genealogía en todo el Antiguo Testamento. Esto es significativo, porque el linaje de la mayoría de los grandes personajes del Antiguo Testamento ha sido identificado.

3.         Era necesario que los sacerdotes pudieran probar su genealogía, veamos Esdras 2:61-63; Nehemías 7:63-65. Pero en el caso de Melquisedec no se registró porque no tenía genealogía sacerdotal.

3.         Melquisedec no era un ángel ni una criatura sobrehumana, ni fue como hemos dicho una teofanía o aparición de Cristo en el Antiguo Testamento. Melquisedec era un hombre real, un rey verdadero, y un sacerdote real en una ciudad real llamada Salem. Fue un tipo de Cristo, porque fue sacerdote y Rey.
                                                                                   
E.       TENÍA LA AUTORIDAD DE RECIBIR LOS DIEZMOS Y DE BENDECIR A ABRAHAM

1.         La grandeza de Melquisedec se ve en el hecho de que Abraham le dio los diezmos del botín de una guerra. Abraham reconoció la grandeza de Melquisedec, además de que éste recibió la bendición de él como sumo sacerdote. Notemos: “…el menor es bendecido por el mayor” (v. 7).

2.         Lo que estamos diciendo es que Abraham al recibir la bendición de Melquisedec, reconoció y afirmó la grandeza de este rey-sacerdote como superior a él. Es interesante establecer también que Aarón y la tribu de Leví estaban en “los lomos” de Abraham, no habiendo aún nacido.

3.         Es evidente que Melquisedec era mayor que Aarón y todo descendiente de la tribu levita. El pueblo judío cree firmemente en la solidaridad racial y esto es un ejemplo. Por tanto Abraham, al pagar los diezmos a Melquisedec, también lo hizo incluyendo a las generaciones que llevaba en sus lomos.

II. EL ARGUMENTO DOCTRINAL CON RESPECTO A MELQUISEDEC (Melquisedec y Aarón) (He. 7:11-25)

A. EL SACERDOCIO Y LA LEY ERAN IMPERFECTOS

1.         En los versículos 11-14 el escritor lleva su argumento un paso más adelante. No solo es Melquisedec mayor que Aarón, sino el que lo ha sustituido. Ya no existe “el orden de Aarón” o “el orden de Leví”, sino el “ORDEN DE MELQUISEDEC”, orden que existirá para siempre.

2.         Sabemos que Dios hizo esto porque sabía que tanto el sacerdocio como la ley eran imperfectos. Esta palabra perfección es un vocablo clave dentro de toda la epístola notemos lo que nos dicen estos pasajes 2:10; 5:9; 6:1; 7:11, 19; 9:9; 10:1, 14.

3.         Esencialmente dicho término significa “completo”, o “maduro”, lo que nos indica que los sacerdotes del Antiguo Testamento no podían por su ministerio, completar la obra de Dios en el corazón del adorador. “PUES NADA PERFECCIONÓ LA LEY” (v. 19). Ella solo fue añadida para servir como “ayo” y preparar el camino para llevarnos a Cristo (Gá. 3:19-4:7).

B.      POR SU IMPERFECCIÓN NO PODÍAN SER ETERNOS

1.         Todos los sacerdotes levitas fueron constituidos por la autoridad de una ley temporal e imperfecta. Jesucristo fue constituido sacerdote por declaración de Dios.

2.         De igual manera por su imperfección, tanto la ley como el sacerdocio antiguo testamentario no podían durar para siempre, pero ahora siendo Jesucristo el eterno Hijo de Dios que vive con el poder de una vida “indestructible” (v. 16), puede sostener la perdurabilidad de un sacerdocio eterno.

3.         Este orden sacerdotal tiene una naturaleza divina, eterna y nunca tendrá necesidad de ser sustituido por otro, como lo tuvo el anterior, porque su sacerdocio es conforme a un orden perfecto, por esto abrogó (abolió) el anterior (v. 18). “Esto introdujo una mejor esperanza, por la cual nos acercamos a Dios” (v. 19).

C.      EL JURAMENTO DE DIOS TAMPOCO PODÍA SER QUEBRANTADO

1.         Ningún sacerdote según el orden de Aarón fue ordenado y establecido jamás en base a un llamamiento personal de Dios. Los sacerdotes aarónicos ministraban “conforme a la ley del mandamiento acerca de la descendencia”.

2.         La capacidad moral o espiritual de los sacerdotes y levitas no era examinada, lo importante era que el sacerdote perteneciera a la tribu de Leví y que llenara los requisitos físicos y ceremoniales establecidos. (Lv. 21:16-24).

3.         Ahora el sacerdocio celestial de Jesucristo fue establecido sobre la base de la obra en la cruz, de carácter (He. 2:10; 5:5a10), y por el juramento de Dios: “Tu eres sacerdote para siempre, según el orden de Melquisedec” (He. 7:21 y Sal. 110:4).

4.         En esta afirmación de Dios, se declara que Él no cambiará de opinión y que su decreto no podrá ser revocado. Por tanto Jesús es hecho fiador de un mejor pacto.

D.      POR SER HOMBRES, LOS SACERDOTES MORÍAN

1.         En los vv. 23-25 se establece que no sólo el sacerdocio de Aarón era imperfecto, sino que también era interrumpido por la muerte, por esta razón, hubo muchos sumos sacerdotes, pero Jesús es el Hijo de Dios, que vive para siempre.

2.         Es por esta causa que el texto dice que Él ejerce un sacerdocio “inmutable”, y esto significa seguridad y confianza para el pueblo de Dios. Recordemos el texto que dice: “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (He. 13:8).

3.         Lógicamente, el hecho de que el Cristo inmutable continúe como Sumo Sacerdote significa que hay un “sacerdote inmutable”, “válido e inalterable”. Lo que nos da la seguridad de tener a alguien que: “…puede también salvar perpetuamente a los que por Él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos” ¡QUE MARAVILLOSA BENDICIÓN!

III. EL ARGUMENTO PRÁCTICO CON RESPECTO A MELQUISEDEC (Cristo y el Creyente) (He. 7:26-28)

A.      LA CALIDAD DEL MINISTERIO DE ESTE SUMO SACERDOTE

1.         No importa cuán delicados y obedientes fueran los sacerdotes aarónicos, no siempre podían suplir las necesidades de todo el pueblo. Pero como vemos aquí, Jesucristo suple perfectamente todas nuestras necesidades.

2.         Él puede hacerlo porque sólo Él es capaz de cumplir con todos los requisitos de la justicia de Dios, el v. 26 agrega: “Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente (sin culpa), sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos”.

3.         Este puesto no podía ser de otro más que Jesucristo, el Dios encarnado, el que tiene la calidad moral y espiritual para desarrollar este ministerio.

B.      LA PUREZA DEL MINISTERIO DE ESTE SUMO SACERDOTE

1.         La pureza de Cristo y su ministerio es incuestionable. Las Escrituras lo exaltan continuamente porque siendo hombre fue tentado en todo, pero sin pecado y es capaz de socorrer e interceder por todos los que se acercan a Él. El v. 27 hace un contraste entre los sacerdotes levíticos y Cristo, mostrando una vez más que él es superior: “…que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo; porque esto lo hizo una vez y para siempre, ofreciéndose a sí mismo”.

2.         Otra prueba de impecabilidad se establece con esta revelación, la que nos dice que el día “anual” de la expiación el sumo sacerdote tenía que purificarse a sí mismo antes de poder ofrecer sacrificios por el pueblo, pero no así Jesucristo.

3.         Jesucristo ofreció un solo y perfecto sacrificio por nuestros pecados, y arregló la problemática judicial existente entre el creyente y Dios de forma permanente, por lo que en su relación con ellos, siempre está presto para poder perdonar nuestros pecados y ser nuestro abogado defensor (1 Jn. 2:1,2).

C.      EL PODER DE ESTE SUMO SACERDOTE

1.         Para concluir este maravilloso capítulo 7 el autor de la epístola corona el tema sobre el sacerdocio de Melquisedec, hablándonos del poder de este Sumo Sacerdote y de la perfección para ejercer el ministerio de intercesor.

2.         Notemos lo que nos dice el texto: “Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre” (v. 28). Es triste ver como algunas personas que se llaman creyentes pueden darle la espalda a tan apropiado y efectivo Sumo Sacerdote.

3.         Este, nuestro Sumo Sacerdote ha sido hecho perfecto siempre, para que podamos recurrir a Él, para que nos sepamos perdonados por Él, para que nos sintamos protegidos por Él. Qué bendición más grande tiene el pueblo de Dios.

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Es maravilloso lo que hemos visto en todo este estudio, y realmente todo creyente debe experimentar el gozo genuino de Dios cuando nos apropiamos de estas verdades y esperamos en estas promesas. El creyente debe mantenerse regocijado por tener a su lado intercediendo siempre a un sacerdote Eterno, Cristo Jesús, conforme al orden de MELQUISEDEC.


[1]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página  70-71



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