domingo, 29 de mayo de 2011

13/52 RAZONES POR LAS CUALES SUFRIÓ Y MURIÓ JESUCRISTO

Décima Tercera Razón
PARA ABOLIR LA CIRCUNCISIÓN
Y TODOS LOS RITUALES COMO
BASE DE LA SALVACIÓN

“Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz”.
Gálatas 5:11

“Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo”.
Gálatas 6:12

En esta ocasión en la presentación de la décima tercera razón por la cual nuestro Señor Jesucristo sufrió y murió por nuestros pecados declara Piper: «El tema de la circuncisión fue una profunda controversia en la iglesia primitiva. Esta ocupaba un extenso, respetado y bíblico lugar desde que Dios lo ordenó en Génesis 17:10. Cristo era judío. Sus doce apóstoles eran judíos. Casi todos los primeros conversos al cristianismo eran judíos. Las Escrituras judías eran (y son) parte de la Biblia de la iglesia cristiana. No es de sorprender que los rituales judíos llegaran a la iglesia cristiana.

Llegaron.  Y con ellos llegó la controversia. El mensaje de Cristo se estaba esparciendo hasta ciudades que no eran judías como Antioquia de Siria. Los gentiles estaban creyendo en Cristo. La cuestión se hizo urgente. ¿En qué sentido la verdad central del evangelio guarda relación con rituales como la circuncisión? ¿Cómo los rituales guardan relación con el evangelio de Cristo: las buenas noticias de que si creemos en Él nuestros pecados son perdonados, y estamos justificados ante Dios? Dios está a favor nuestro. Tenemos vida eterna.»[[1]]

Cuando los creyentes occidentales leemos cosas como estas preguntamos: ¿Y que tiene que ver la salvación con la circuncisión u otros rituales? ¿Por qué tanta importancia a estos ritos cuando la Biblia claramente nos asegura la salvación por la sola fe en la obra redentora de Jesucristo?

Estudiemos este tema bajo el bosquejo que sigue a continuación:
I.     LOS RITUALES JUDÍOS
II.   SU IMPOSIBILIDAD PARA SALVARNOS
III.  LA SALVACIÓN POR FE

I. LOS RITUALES JUDÍOS
(Gá. 5:11 y 6:12)

A.      LOS RITUALES Y LA LEY

1.         Durante todo el Antiguo Testamento se declararon leyes y rituales que vinieron a formar parte de lo que se considera es la religión de los judíos, el gran problema del judaísmo como religión fue integrar a los mandamientos de Dios, imposiciones humanas y rituales sin sentido que Dios mismo no había declarado.   

2.         Si nos envolvemos en la problemática judeo-cristiana tenemos que remontarnos a los tiempos de nuestro Señor donde él mismo condenó a los judíos de su tiempo porque invalidaban el mandamiento de Dios por la tradición (Mt. 15:1-11).

3.         Cuando el apóstol Pablo tuvo que enfrentar a los judaizantes de Colosas, también hizo una gran advertencia a los colosenses sobre aquellos que estaban imponiéndoles tradiciones y haciéndoles juicios acerca de comida y bebida, en cuanto a días de fiesta, luna nueva y días de reposo sobre los cuales él hace una clara y efectiva exposición en Colosenses 2:8-23.

B.       LAS AMENAZAS DE LOS HEREJES

1.         Los herejes son aquellas personas que pervierten el puro evangelio de nuestro Señor Jesucristo con herejías destructoras y pululan dentro de la iglesia sembrando rumores insidiosos en cuanto a los verdaderos siervos de Dios, tácticas que los caracterizan a través de todos los tiempos.
2.         Tanto en Gálatas 1:6-9 como en 5:12, el apóstol Pablo se refiere a ellos de una forma drástica y dura. En el primer pasaje dice: “Estoy maravillado de que tan pronto os hayáis alejado del que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente. No que haya otro, sino que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Más si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema. Como antes hemos dicho, también ahora lo repito: Si alguno os predica diferente evangelio del que habéis recibido, sea anatema.”
3.         En Gálatas 5:12 es todavía más duro en palabras cuando les recomienda a los que quieren imponer la circuncisión como medio de salvación: “¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!” Literalmente se refiere Pablo aquí a la costumbre de los sacerdotes de Cibeles de mutilarse o cortarse su miembro viril para dar honor a su diosa, práctica pagana que degradaba el limpio sentido original de la circuncisión, como un símbolo de ser apartado para Dios.

C.      LOS CRISTIANOS FRENTE A LA HEREJÍA

1.         Tanto el apóstol Pablo como los apóstoles Juan y Pedro en situaciones muy similares condenan la manera en que los herejes judaizantes tratan de mezclar con sus mentiras diabólicas la verdad de Dios para parecer más espirituales que los mismos creyentes.

2.         Notemos lo que precisamente advierte el apóstol Juan en su tercera epístola (vv. 4-11) cuando dice: “Mucho me regocijé porque he hallado a algunos de tus hijos andando en la verdad, conforme al mandamiento que recibimos del Padre. Y ahora te ruego, señora, no como escribiéndote un nuevo mandamiento, sino el que hemos tenido desde el principio, que nos amemos unos a otros. Y este es el amor, que andemos según sus mandamientos. Este es el mandamiento: que andéis en amor, como vosotros habéis oído desde el principio. Porque muchos engañadores han salido por el mundo, que no confiesan que Jesucristo ha venido en carne. Quien esto hace es el engañador y el anticristo. Mirad por vosotros mismos, para que no perdáis el fruto de vuestro trabajo, sino que recibáis galardón completo. Cualquiera que se extravía, y no persevera en la doctrina de Cristo, no tiene a Dios; el que persevera en la doctrina de Cristo, ése sí tiene al Padre y al Hijo. Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”.

3.         La palabra de Dios es clara y contundente al referirse al trato que debemos dar a los herejes, por esto también el apóstol Pedro también declara en 2 Pedro 2:1-3; 10-11 cuando de los cuales dice: “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas…” “Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores, mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor”.

4.         Aún nuestro Seños Jesucristo fue bien duro con los hipócritas de su tiempo. Mateo 23 nos narra la manera drástica y cortante con la que los trató el Señor, cuando advierte a su pueblo de las enseñanzas heréticas de los Escribas y Fariseos a los cuales llamó sepulcros blanqueados y ciegos guías de ciegos.

II. SU IMPOSIBILIDAD PARA SALVARNOS
(Gá. 5:11 y 6:12)

A.      LOS RITUALES Y LA PREDICACIÓN APOSTÓLICA

1.         Dice Piper al respecto: «A través del mundo gentil los apóstoles fueron predicando perdón y justificación por fe solamente. Pedro predicó: “De éste (Cristo) dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren recibirán perdón de pecados por su nombre” (Hch. 10:43). Pablo predicó: “Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él se os anuncia perdón de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.” (Hch. 13:38-39). ¿Pero qué de la circuncisión? Algunos en Jerusalén creían que esto era esencial. Antioquia llegó a ser el centro mismo de la controversia. “Entonces algunos hombres que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos.”  (Hch. 15:1).»[[2]]

2.         Ahora citamos Gálatas 5:11 y 6:12, donde el apóstol Pablo expresa que su predicación ha sido centrada en la Cruz de Cristo como el único medio por el cual podemos ser salvos, razón por la cual había padecido persecución de aquellos que obligaban a circuncidarse para agradar en la carne a los que no querían sufrir los vituperios de Cristo. En estos textos dice Pablo: “Y yo, hermanos, si aún predico la circuncisión, ¿por qué padezco persecución todavía? En tal caso se ha quitado el tropiezo de la cruz”.
“Todos los que quieren agradar en la carne, éstos os obligan a que os circuncidéis, solamente para no padecer persecución a causa de la cruz de Cristo”.

3.         Pablo había sido acusado de que introducía en su predicación la obligación de la circuncisión como parte de la salvación, cosa que dista de toda verdad (posiblemente por el hecho de haber circuncidado a Timoteo por testimonio a los judíos Hechos 16:1-3). Él mismo con lo expresado en Gálatas 5:11 deja claro que si él hubiese predicado sobre la circuncisión, no hubiese sido perseguido por los judaizantes a los cuales la predicación de la Cruz de Cristo le había sido algo escandaloso.  

B.      LOS RITUALES Y LA DOCTRINA DE LA SALVACIÓN

1.         Al respecto de tal discusión, dentro de la cual vemos que trajo enfrentamiento hasta entre el apóstol Pedro y el apóstol Pablo (Gá. 2:11-16), fue necesario convocar el primer concilio hecho en la era apostólica, dentro del cual, como su nombre lo indica, tenía como objetivo conciliar las partes acerca del evangelio predicado.

2.         Es aquí cuando vemos en (Hch. 15:1-12) que el concilio se convocó y se debatió la cuestión como dice el texto: “Entonces algunos que venían de Judea enseñaban a los hermanos: Si no os circuncidáis conforme al rito de Moisés, no podéis ser salvos. Como Pablo y Bernabé tuviesen una discusión y contienda no pequeña con ellos, se dispuso que subiesen Pablo y Bernabé a Jerusalén, y algunos otros de ellos, a los apóstoles y a los ancianos, para tratar esta cuestión. Ellos, pues, habiendo sido encaminados por la iglesia, pasaron por Fenicia y Samaria, contando la conversión de los gentiles; y causaban gran gozo a todos los hermanos. Y llegados a Jerusalén, fueron recibidos por la iglesia y los apóstoles y los ancianos, y refirieron todas las cosas que Dios había hecho con ellos. Pero algunos de la secta de los fariseos, que habían creído, se levantaron diciendo: Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés.
Y se reunieron los apóstoles y los ancianos para conocer de este asunto. Y después de mucha discusión, Pedro se levantó y les dijo: Varones hermanos, vosotros sabéis cómo ya hace algún tiempo que Dios escogió que los gentiles oyesen por mi boca la palabra del evangelio y creyesen. Y Dios, que conoce los corazones, les dio testimonio, dándoles el Espíritu Santo lo mismo que a nosotros; y ninguna diferencia hizo entre nosotros y ellos, purificando por la fe sus corazones. Ahora, pues, ¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar? Antes creemos que por la gracia del Señor Jesús seremos salvos, de igual modo que ellos.
Entonces toda la multitud calló, y oyeron a Bernabé y a Pablo, que contaban cuán grandes señales y maravillas había hecho Dios por medio de ellos entre los gentiles.”

3.         «Frente a esta situación Nadie veía el fondo de este asunto más claramente que el apóstol Pablo. El verdadero significado del sufrimiento y muerte de Cristo estaba en juego. ¿Era la fe en Cristo suficiente para ponernos a bien con Dios? O ¿era la circuncisión necesaria también? La respuesta fue clara. Si Pablo predicaba la circuncisión, el tropiezo de la cruz era quitado del medio (Gá. 5:11).»[[3]]

4.         Después que se celebra el concilio de Jerusalén y se establecen las bases de la predicación del evangelio, Pablo continuó con su ministerio a los gentiles pero esto no detuvo la persecución malvada de los judaizantes.

III. LA SALVACIÓN POR FE
(Gá. 5:11 y 6:12)
       
A.      EL TROPIEZO DE LA CRUZ ES INEVITABLE

1.         El tropiezo de la Cruz es inevitable, todo aquel que entiende que sus obras de justicia no sirven para nada y que la Cruz de Cristo le invalida todo su esfuerzo por ser salvo, arremete contra la cruz y la cruz se le convierte en tropiezo porque lo avergüenza y lo deja sin justificación.

2.         Piper dice al respecto: «La cruz significaba libertad de la esclavitud del ritual. “Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud.” (Gá. 5:1).»[[4]]

3.         Las religiones del mundo esclavizan a los hombres a rituales y mandamientos que no pueden dar libertad al pecador. Solamente en Cristo tenemos libertad absoluta, por esto él mismo declara en Juan 8:3-32: “Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”.

B.      LA SALVACIÓN ES POR PURA FE

1.         Cuando el apóstol Pablo enfrenta al apóstol Pedro hecho narrado en Gálatas 2:11-16, concluye diciéndole: “…sabiendo que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la ley, por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado”.

2.         No hay forma de poder establecer otro evangelio u otra predicación que sea válida y aceptable ante los ojos de Dios que no sea aquella que entroniza la obra que Dios ha hecho en la persona de nuestro Señor Jesucristo, al morir en la cruz del calvario derramando toda su sangre por nuestros pecados.

3.         Por esta causa, declarar que podemos ser salvos a través de rituales y acciones humanas degrada lo que Dios ha revelado sobre la salvación en su Palabra y hace ineficaz la obra de Cristo. Acerca de esto dice Trenchard: «La plena comprensión de esta doctrina puso fin a las diferencias externas entre los creyentes de las distintas razas, ya que colocó a todos sobre el mismo nivel de “pecadores”, condenados ante el Tribunal de Dios e incapaces de salvarse por si mismos.»[[5]] (Comparar con Ro. 3:21-31).

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:

Que grandiosa es la obra del Espíritu Santo al revelarnos en su Palabra cómo podemos ser salvos y abrir los ojos de nuestro entendimiento para que podamos comprender las profundidades de Dios. Esto nos recuerda las Palabras del apóstol Pablo acerca de aquellos que aman la verdad en 1 Tesalonicenses 13-17 cuando dice:
“Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo. Así que, hermanos, estad firmes, y retened la doctrina que habéis aprendido, sea por palabra, o por carta nuestra.
Y el mismo Jesucristo Señor nuestro, y Dios nuestro Padre, el cual nos amó y nos dio consolación eterna y buena esperanza por gracia, conforte vuestros corazones, y os confirme en toda buena palabra y obra”.

Amados, sabiendo estas cosas no dejemos de predicar a Cristo y a este crucificado, para los judíos tropezadero y para los gentiles locura, pero para nosotros, los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios (1 Cor. 1:23-24).

[1]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 44.
[2]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 44-45.
[3]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 45.
[4]La pasión de Jesucristo, John Piper - Página 45.
[5]Una exposición a la epístola a los Gálatas, Ernesto Trenchard - Página 79.




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