lunes, 11 de abril de 2011

VIDA DE FAMILIA XXIII


DISCIPLINA BÍBLICA
METODOLOGÍA EN EL TRATO CON LOS NIÑOS
Efesios 6:4; Colosenses. 3:21
  
Ser un padre que enseña, demanda: DISCIPLINA Y AMONESTACION DEL  SEÑOR. Esto es lo que podemos ver a través de la enseñanza bíblica para los padres que quieren y desean hacer la voluntad soberana de Dios, según se nos plantea en Efesios 6:4 y Colosenses 3:21.

Está claro que en los tiempos en que vivimos, se ha desechado el consejo Bíblico y se ha optado por poner atención a los métodos humanistas que los Psicólogos y profesionales de la conducta han dictaminado en su propia sabiduría, olvidando que Dios demanda a todo padre, a buscar de su Sabiduría para poder ejercer el rol que necesitamos hacer en cuanto a la crianza de nuestros hijos.

En Santiago 3:13-18 se nos explica la diferencia de ambas sabidurías y el fruto evidente de cada una de ellas cuando dice:

“¿Quién es sabio y entendido entre vosotros? Muestre por la buena conducta sus obras en sabia mansedumbre. Pero si tenéis celos amargos y contención en vuestro corazón, no os jactéis, ni mintáis contra la verdad; porque esta sabiduría no es la que desciende de lo alto, sino terrenal, animal, diabólica. Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa.  Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Y el fruto de justicia se siembra en paz para aquellos que hacen la paz”.

De la lectura de estas enseñanzas podemos aprender el por qué los hijos de hoy, criados conforme al mundo no respetan a sus padres, viven amargados y se desenvuelven en una eterna contención. Evidentemente, han sido criados bajo la sabiduría terrenal y no bajo la sabiduría de Dios. Por tanto, debemos entender que el que no obedece a Dios y busca de su sabiduría, no podrá obtener en sus hijos el fruto que produce criarlos bajo sabiduría, que son: pureza, paz, amabilidad, misericordia y buenos frutos, sin incertidumbres ni hipocresías.

Veamos los elementos básicos de la disciplina bajo el siguiente bosquejo:
I.     LA CORRECCIÓN
II.    MÉTODOS BIBLICOS DE CORRECCIÓN
III.   LA MOTIVACIÓN
IV. METAS DE LA DISCÍPLINA OBTENIDA

I. LA CORRECCIÓN


A.    DEFINICIÓN

La corrección es la acción de corregir, enmendar, rectificar o reparar algo que se ha hecho mal; en nuestro caso, aquellas cosas que no van de acuerdo al carácter bíblico que debe ser forjado en un hijo de padres creyentes.

B.    EFECTIVIDAD

La corrección va a ser efectiva a través de diferentes métodos de acuerdo al área que debemos corregir o enmendar en la vida del niño, de acuerdo a su edad y de acuerdo a la consistencia con que la apliquemos.

C.    APLICACIÓN

La corrección viene por el hecho de que el niño no ha actuado correctamente y bajo las reglas establecidas por sus padres; los cuales de una manera consistente deben rectificar la vida de sus hijos en el proceso de instrucción. 

II. MÉTODOS BÍBLICOS DE CORRECCIÓN


Los métodos bíblicos de corrección para lograr la disciplina dentro del proceso de instrucción los podemos clasificar en:

A.    EL REGAÑO VERBAL

ES LA VOZ DE ADVERTENCIA
Es aquella voz por medio de la cual, luego de haber puesto las reglas claras a nuestros hijos, le damos una voz alerta o advertencia de que no están cumpliendo con lo establecido previamente.
(Esta no debe ser para prometer, y prometer y no cumplir). 

B.    EL DOLOR O LA PELA


ESTA DEBE SER INVIOLABLE.
Es el método establecido por la Palabra de Dios destinado a corregir y enmendar la acciones de REBELDÍA, de aquellos que no siguen las instrucciones de la autoridad (Pr. 10:13; 26:3; 22:15; 29:15).

1.            La REBELDIA puede ser:

a.  Pasiva: Cuando el niño no acepta y no quiere obedecer las reglas establecidas y lo manifiesta con la cara fea, sollozo y refunfuñes.

b.  Activa: Cuando el niño la manifiesta abiertamente con rabietas, negación franca, reto y rechazo a la autoridad que exige obediencia (Pr. 10:13).

2.            El DOLOR puede venir:

a. Por la pela: Dolor que produce la vara de la corrección (Pr. 22:15).
Este debe ser aplicado solamente cuando el niño ha cometido un acto de REBELDÍA violando conscientemente las reglas preestablecidas o ha cruzado los límites impuestos por su autoridad (Pr. 26:3).

b. Por consecuencias naturales: Es el dolor que experimenta el niño por medio de algún golpe el cual ha recibido durante su desobediencia y rebeldía (Pr. 29:15).
El dolor redirige el corazón del niño, pero no debe ser más allá de lograr su atención y de corregir su actitud rebelde y luego de analizar las causas que están produciendo su rebeldía.
El dolor debe producirse en el niño con todo control de nuestras EMOCIONES, y después que él ha comprendido su mala acción (Pr. 19:18-19).

C.    EL CASTIGO

Es la acción de corrección que debe tomar el padre dirigida únicamente para lograr disciplina en el área de responsabilidad. Esta corrección llevará al niño a llevar un sentido bíblico correcto como administrador. El castigo está dirigido a restaurar el daño causado creando un sentido total de RESPONSABILIDAD en el niño.

El castigo puede ser:
1.            Ilógico: Cuando con lo que hacemos no dirigimos la voluntad del niño a la responsabilidad.

2.            Lógico: Cuando con lo que hacemos dirigimos al niño a obtener un sentido claro de su responsabilidad.

Él aprenderá a aceptar las consecuencias de sus acciones.

D.    EL ENTRENAMIENTO DEL NO REFUERZO

1.            Este es el medio por el cual no reforzamos en los niños (principalmente entre 1 a 4 años) los mecanismos de demanda hacia los padres.

2.            Los padres tienen que evitar el reforzar las malas actitudes de sus hijos.

3.            Si el niño no acepta la corrección del NO refuerzo; el padre debe recurrir al método del dolor o de a la pela.

4.            Recuerde que cada vez que recurra a un método correctivo, debe hacer conciencia de la violación de la regla preestablecida. Ejerza su autoridad y dará seguridad a su hijo.

5.            Luego que el niño acepta o reconoce su mala acción, entonces debemos aplicar el método correctivo apropiado.

6.            Por último usted debe abrasarlo y orar con él  haciéndole ver que usted le ama y que por esto le corrige para que sea disciplinado.

III. LA MOTIVACIÓN


Este es el segundo elemento básico para obtener disciplina en nuestros hijos.

Es la acción de motivar y no es más que dar razones lógicas y atractivas por lo cual el niño debe actuar (Dt. 6:10-25).

La MOTIVACIÓN puede ser dada en 3 formas:

A.    AFIRMACIÓN

Es la acción que ejecutamos cuando le hacemos saber al niño que estamos complacidos y contentos porque él ha hecho una buena acción.

La AFIRMACION puede ser:

1.            Verbal: Cuando usamos palabras de halagos para un hecho loable.

2.            Física: Cuando usamos algún tipo de cariño físico para mostrar que estamos complacidos con su buena actitud.
Ejemplo: besos, abrazos, mimos, etc.


B.    EL USO DE LA RECOMPENSA

Es la motivación que usamos para lograr reforzar en el niño las buenas actitudes. Implica regalarle al niño algo pequeño, tangible con lo cual él vea que reconocemos sus buenas acciones.

La recompensa nunca debe confundirse con el SOBORNO.

NO, él debe portarse bien y si el padre lo considera; entonces dará la motivación o la recompensa en este caso. "EL PLATO DE ORO" = Para decirle, hoy eres especial (Ese día puedes ponerlo a comer en un plato especial en la mesa donde todos estén sentados con sus platos comunes).

C.    EL INCENTIVO PARA LOGRAR METAS

Esta motivación va destinada a lograr ayudar al niño a obtener nuevas y mejores metas que vayan en beneficio para su vida.

Esta motivación va destinada a alcanzar metas por encima de la obediencia; no es para obedecer, porque entonces sería soborno.

Ejemplo: Las coronas de los creyentes.

Recuerde que el niño debe ser recompensado porque es obediente y no para que sea obediente. 

IV. METAS DE LA DISCIPLINA OBTENIDA


De acuerdo a Proverbios 3:1-7, debemos notar 5 aspectos de la actitud de un niño disciplinado correctamente bajo el ejemplo de sus padres y bajo la Palabra de Dios.

A.     Un niño disciplinado va a poner atención a la instrucción y a los mandatos de sus padres (v. 1).

B.      Va a conocer la verdad y va a tener el conocimiento pleno de ella como algo que verdaderamente le concierne a él.  Aceptará sumiso la corrección y la instrucción (v. 3).

C.     No pretenderá ser sabio en su propia opinión (v. 5, 7).

D.      Va a temer a Dios manteniendo un hábito de reverencia delante de él (v. 7).

E.      Va a apartarse del mal constantemente en el temor a Dios (v. 7; 8:13).

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:

            Esperamos en Cristo Jesús nuestro Señor y Salvador, que todo aquel que aplique estos principios de Su Palabra, pueda lograr un hogar como Él lo ha diseñado; y que a través de nuestra dedicación podamos gozarnos en el FRUTO alcanzado y prometido por El a los que le obedecen.  


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