lunes, 5 de marzo de 2012

YO SOY EL BUEN PASTOR

YO SOY EL BUEN PASTOR

Juan 10:11-41

Siguiendo las enseñanzas de Jesús, entramos hoy al desarrollo de su labor como Buen Pastor.

Los fariseos no formaban parte del plan ordenado por Dios para el liderazgo de Israel. El oficio de los sacerdotes había sido señalado por Dios para que fueran los líderes espirituales y maestros de la nación. Como los asalariados (v. 12), los sacerdotes eran los guardianes legítimos de las ovejas, en ausencia del pastor.

Lamentablemente, como el asalariado (v. 13) el sacerdote había renunciado a su responsabilidad. El acercamiento del lobo es identificado por el ladrón y salteador mencionados anteriormente. Nótese la identidad de las personas o grupos a que se hace alusión aquí:

OFICIO
RELACIÓN CON LA OVEJA
PROPÓSITO
PERSONA
Portero
Cuidado
Puerta abierta a Cristo
Juan el Bautista
Pastor
Propietario
Guiar (10:3)      Alimentar (10:9)
Dar su vida por las ovejas (10:11; 15:17)
Cristo

Ladrón y Salteador
Ratero
Robar y matar
Fariseos (los judíos)
Lobo
Enemigo         
Destruir
Satanás
Asalariado
Guardián legal
Propio interés, indiferencia hacia las ovejas (10:13)
Sacerdotes


Dos veces, Jesús se identifica a sí mismo como El Buen Pastor (10:11-14). La palabra Kalos (Buen) que se usa aquí, es un término con implicaciones morales. En el griego clásico, esta palabra era usada para describir a aquel que era hermoso, útil, propicio, noble, íntegro, competente y moralmente bueno.

Sería correcto usar cualquiera o todos estos adjetivos para describir al Buen Pastor. Al comentar sobre esta palabra, Vincent señala: “El epíteto kalos, aplicado aquí al pastor, señala hacia la bondad esencial que despierta admiración, respeto y afecto”.

Cuatro veces Jesús habla de ofrecer su vida por las ovejas (10:11, 15, 17, 18). Cuando el lobo o el ratero vienen al rebaño, su propósito es robar las ovejas. Normalmente, dejarían todo lo demás tranquilo. El pastor, por supuesto, no está preparado para permitir que el enemigo logre su propósito sin impedimentos.

Al defender su rebaño, un pastor necesariamente defiende sus ovejas con su vida. El sufre la ira del lobo, a fin de salvar una oveja o un cordero (1 S. 17:34-35). En el caso del BUEN PASTOR, Cristo llevó la ira sobre sí mismo, poniendo su vida por las ovejas.

Nótese que dos veces Cristo usa la preposición Huper, que significa “a favor de” para describir la naturaleza sustitutiva de su muerte sacrificial (10:11,15). La muerte sacrificial del Buen Pastor surge de dos hechos. Primero, como el Hijo de Dios, él estaba libre de pecado y, por tanto, pudo hacerse pecado (2 Co. 5:21) y un sacrificio (10:15, 17, 18).
En segundo lugar, como el Pastor de las ovejas, su amor por ellas le hizo un sacrificio voluntario (10:11).
Jesús mantuvo el control sobre su vida aún permitiendo que fuera destruida por el enemigo (10:18).

Gran parte del ministerio de Cristo en la tierra estuvo limitado a las ovejas perdidas de Israel (Mt. 10:16). Cristo podía referirse como “otras ovejas que no son de este redil” (10:16) a miembros de generaciones futuras, mientras que quienes le escuchaban en ese momento eran “estas ovejas”. Sin embargo, es más probable que él estuviera haciendo la distinción bíblica entre Israel y los gentiles. El rebaño de este pastor incluye ovejas de dos rediles: Israel y los gentiles.

En esta ocasión, seguiremos con la serie de mensajes sobre las veces en que nuestro Señor Jesucristo se autodefinió en el Evangelio de Juan como el Yo Soy; y en esta mañana, nos referiremos a la expresión: “Yo Soy El Buen Pastor y, al mismo tiempo, cuando nos dijo: “Yo Soy La Puerta De Las Ovejas”.

Estas dos son expresiones que llevan nuestra mente a pensar en ese animal indefenso, el cual era tan común verlo en la tierra de Palestina, y es esta figura la que toma nuestro Señor Jesucristo para hablarnos en esta ocasión de su hermosa atribución.

            Primero nos dice:
            “Yo soy la puerta de las ovejas; el que por mi entrare, será salvo; y entrará, y saldrá, y hallará pastos”.
            Luego nos dice:
            “Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas”.

            Aquí vemos muchas verdades que tenemos necesariamente que analizar si queremos ser parte de las ovejas del Señor y, al mismo tiempo, saber y tener la seguridad de que aquel que nos pastorea es Jesús y que El nos llevará al prado de la salvación porque hemos entrado a satisfacer nuestras necesidades a través del que también es La puerta de las ovejas”.

            Antes de comenzar, es necesario que definamos los términos usados en este pasaje, con el fin de tener una visión detallada del mismo y podamos tener una fácil compresión del tema a desarrollar:

            1.         El Redil - (Israel)
                        Lugar de reunión de muchos rebaños, con el propósito de alimentar a las ovejas y cuidarlas durante la noche, esto que se llamaba redil se rodeaba con una cerca de piedra que poseía una sola puerta por donde entraban las ovejas.

            2.         Las Ovejas - (Creyentes entre los israelitas)
                        Animal indefenso, de corta vista, muy productivo y que, generalmente, anda agrupado con el fin de protegerse. Son obedientes a la voz del pastor (v. 3), a quien obedecen y siguen a donde quiera que las lleva, y siempre huyen a la voz de los extraños (v. 5).

            3.         Otras Ovejas - (Gentiles creyentes)
                        Estas ovejas representan a todos los gentiles que por la fe en Cristo obedecerían a la voz del pastor, recibiendo los beneficios por él otorgados (v. 16).

            4.         El Portero - (Dios)
                        Es el cuidador del rebaño cuando permanece en el redil, el cual sólo entrega las ovejas al verdadero pastor, a quien le deja entrar por la puerta, para que halle pasto para sus ovejas.

            5.         La Puerta - (El Señor Jesucristo)
                        Esta es la única entrada al redil, por la cual todo el que entre tendrá el privilegio de gozar de la salvación y del alimento verdadero (v. 9)
  
            6.         Los Ladrones y Salteadores - (Falsos profetas)
                        Estos son aquellos que siempre quieren vivir del beneficio de las ovejas, pero que no están dispuestos a sufrir el costo por cuidarlas, además de que nunca la compran, sino que las roban (vv. 1, 12). También se les llama asalariados cuando se les paga por cuidar las ovejas del pastor y no hace nada; huyen cuando ven venir el peligro.

            7.         El Lobo - (Satanás)
                        Animal implacable que ataca con ferocidad al rebaño, y su único objeto es devorar a las ovejas (v. 12).

            Pudiéramos hablar de todos los elementos que forman parte de esta alegoría pero realmente el elemento que nos interesa en esta ocasión es el que nos ilustra con las ovejas, por lo que es necesario que lo veamos desde este punto de vista.

Sigamos en bosquejo que sigue:
I.    LOS REQUISITOS GENERALES
II.   LAS EXIGENCIAS HACIA LAS OVEJAS VERDADERAS
III. LOS PRIVILEGIOS DE LAS OVEJAS VERDADERAS

Veamos, en primer lugar:
I. LOS REQUISITOS GENERALES

          A.      REQUISITOS CON RESPECTO AL REDIL

                        1.         Desde tiempos antiguos se reconocía, con respecto a Dios, un sólo redil. Este redil fue siempre el pueblo de Israel (Sal. 80:1-2).

                        2.         Para formar parte de este redil, no sólo se tenía como requisito permanecer en la descendencia de Abraham, sino obedecer las demandas del pastor (Creer - Jn. 10:26).

                        3.         Toda oveja de la casa de Israel tenía que reconocer en Dios, el dueño del rebaño, y el cuidador de las ovejas, como dice el Salmo 23:
                                    “Jehová es mi pastor; nada me faltará.
                                    En lugares de delicados pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pastoreará.
                                    Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
                                    Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento;
                                    Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando.
                                    Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días”.

          B.      REQUISITOS CON RESPECTO AL PASTOR

                        1.         En muchas ocasiones, se mencionan en el Antiguo Testamento la función del pastor con respecto a las ovejas, como vemos en (Ez. 34:1-30), y la manera en que Dios condena a los pastores que dejados por él para apacentar su rebaño, se apacentaron a sí mismos (v. 8).

2.         De la misma manera, a las ovejas se les profetizó que les serían distinguidas entre oveja y oveja, y entre oveja, carneros y machos cabríos (v. 18) para sacar las verdaderas.

                        3.         Asimismo, Dios le profetizó que les levantaría un pastor que las apacentaría como apacienta un verdadero pastor a sus ovejas y que éste sería descendiente de su siervo David (Ez. 34:23).

          C.      JESUS DECLARA LOS REQUISITOS GENERALES

                        1.         En primer lugar, se declara como el buen pastor que ha profetizado Ezequiel, declarando que el buen pastor su vida da por las ovejas (Jn. 10:11), en contraste con los asalariados (Jn. 10:12-13).
                                    Durante toda su enseñanza, declara argumentos que debemos enumerar:
·         Entra en el redil y es reconocido por el portero (vv. 2, 3).
·         Llama a las ovejas por su nombre (v. 3).
·         Las saca para darles alimento (v. 3).
·         Va siempre delante de ellas y las guía (v. 4).
·         Es reconocido y seguido por sus ovejas (vv. 3, 4).
·         Da acceso a toda bendición porque también es la puerta de las ovejas (v. 7).

                        2.         Jesús declara que él, como el buen pastor, debe reunir en un solo redil a todas sus ovejas, quienes oirán su voz y vendrán a él para obedecerle como su pastor.

                        3.         Jesús declara que La Fe + La Obediencia serían el aglutinante para que sus ovejas formaran parte de un solo rebaño, el cual sería pastoreado por él. El daría su vida por ese rebaño, voluntariamente (Jn. 10:17-18).

4.         Los requisitos generales de las ovejas han sido declarados con el fin de que tomemos idea de la intención del Señor hacia nosotros.

5.         Para continuar, tengamos una lectura del versículo 27 de Juan 10; versículo que nos llevará a comprender las exigencias del Señor hacia las ovejas verdaderas que formarán parte de su redil: “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen”.

            D.      JESÚS DECLARA LAS CARACTERÍSTICAS DE LOS FALSOS

                        1.         Jesús los llama ladrones porque se roban las ovejas, (Jn. 10:1).

                        2.         También les llama salteadores (porque no entran por la puerta, sino que quieren tomar las ovejas sin entrar por la puerta del redil, Jn. 10:1-2).

                        3.         Por último, les llama asalariados (porque no se preocupan por el destino de sus ovejas ni tampoco las aman para dar su vida por ellas, sino cuando ven el peligro, huyen dejando a las ovejas a merced del depredador, (Jn. 10:12-13; Ez. 34:16-17, 22-24).

                        4.         Ellos saben que estas ovejas no son suyas, porque no las han comprado con sus vidas pero se apropian de ellas para lucrarse de ellas.

                        5.         Se apropian de ellas por imitación y miedo (Ejemplo, el ciego de Jn. 9; Hch. 20:28-31).

                        6.         Se apropian de ellas por imitación al buen pastor (Jn. 10:5; Mt. 23:8-12, 16, 17, 19, 24, 26; Col. 3:8).
                       
7.         Abandonan el rebaño en la primera oportunidad de peligro (Jn. 10:12-13). ¿Cuántos hemos sido buscados por nuestros antiguos pastores?

                        8.         Ellos viven de las ovejas y cuando no pueden sacar beneficios de ellas, las echan porque son egoístas y viven buscando su propia gloria. No así el buen pastor, el cual ahora nos enseña las exigencias hacia sus verdaderas ovejas, las cuales tienen que entrar por la verdadera puerta y seguir al verdadero pastor.

II. LAS EXIGENCIAS HACIA LAS OVEJAS VERDADERAS
(Jn. 10:27)

          A.      MIS OVEJAS OYEN MI VOZ

                        1.         Es una realidad que todo creyente es catalogado como una oveja del pastor pero una exigencia, sin lugar a equivocación, es la declarada por Jesús en este pasaje: “Mis ovejas oyen mi voz”.

                        2.         La voz del Señor es Su Palabra y toda debe ser oída por la oveja verdadera. Recuerdo cuando el mismo Juan dice en 1 Juan 4:6, “Nosotros somos de Dios; El que conoce a Dios nos oye; El que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el Espíritu de verdad y el Espíritu de error”.

                        3.         El Señor ha dejado su voz también a través de sus siervos a quienes debemos de ir cuando nos hablan con la Palabra de Dios. (He. 13:7) dice, “Acordaos de vuestros pastores, que os hablaron la Palabra de Dios; Considerad (analice con detalle) cual haya sido el resultado de su conducta, e imitad su fe”. ¿Oye usted la voz del pastor?
  
          B.      YO LAS CONOZCO

                        1.         Esta es la segunda exigencia del Señor, para aquellos que se llaman ovejas de su prado. Muchos dicen Yo conozco a Cristo, pero la pregunta es ¿Te reconoce Cristo a ti como una de sus ovejas?

                        2.         Recordemos que la profecía nos declara en Ezequiel 34 que él juzgará entre oveja y oveja y entre carneros y machos cabríos (v. 17).

                        3.         Leamos lo que Pablo dijo a Timoteo en 2 Timoteo 2:14-21 y destaquemos lo que dice en el (v. 19): “Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; Y apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo”. ¿Está usted apartado de toda iniquidad?

          C.      Y ME SIGUEN

                        1.         Esta es la tercera y más patente de las exigencias del Señor que identifican a una oveja verdadera: “Y me siguen”. Traduciendo esta declaración como una demanda de obediencia, porque conocen su voz (Jn. 10:4).

                        2.         Es una realidad que, además de seguir al verdadero pastor, las ovejas verdaderas no siguen al extraño y huyen de ellos, porque no conocen la voz de los extraños (Jn. 10:5).

                        3.         Cada oveja verdadera hace un esfuerzo por captar el sonido de la voz del buen pastor, y se familiariza con ella para cuando oiga algo extraño, pueda decir eso es falso. Para esto, estas ovejas constantemente procuran oír la voz del pastor, y están dispuestas a obedecer al instante que oyen un mandato, para obedecer con fidelidad y gozo. ¿Sigues tú, en obediencia, el mandato del buen pastor?
  
Ahora veamos,
III. LOS PRIVILEGIOS DE LAS OVEJAS VERDADERAS
(Jn. 10:28)

            “Y yo les doy vida eterna; Y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano”.

          A.      Y YO LES DOY VIDA ETERNA

                        1.         Cuánta confusión hay hoy dentro de muchos creyentes, cuando se les enseña doctrinas como la inseguridad de salvación y la pérdida de la misma, después de que ha sido salvo. Todo esto porque no entienden el termino eterno.

                        2.         Y Yo, dice Jesús, soy el único que tiene autoridad para dar vida, así lo expresa en este pasaje: “Porque como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida”. Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo, para que honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió. De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra y cree al que me envió, tiene (presente) vida eterna; y no vendrá (en futuro) a condenación, más ha pasado (en pasado) de muerte a vida” (Jn. 5:21-24).

                        3.         Jesús mismo definió la vida eterna en Juan 17:3 cuando dijo: Y esta es la vida eterna: Que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado”.
                                    Asimismo dice 1 Juan 3:25, “Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna”.

            B.      Y NO PERECERÁN JAMÁS

                        1.         Este es el segundo de los privilegios de una oveja verdadera, el cual amplía mucho más la primera promesa. No perecerán jamás = No hay muerte.

                        2.         La muerte es Separación de Dios y cuando oímos esta promesa, tenemos que cantar las palabras del apóstol Pablo en Romanos 8:35-39: “¿Que nos separará del amor de Cristo: Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
                                    Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; somos contados como ovejas de matadero. (Aquí se cita el Sal. 44:22)
                                    Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquél que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo porvenir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor Nuestro”.

                        3.         Hermanos, siempre estaremos vivos, porque siempre estaremos en los brazos del Señor. Ahora las palabras siempre y nunca tienen valor para nosotros, ya que nunca pereceremos y siempre viviremos con él.

          C.      NADIE LAS ARREBATARÁ DE MI MANO

                        1.         Después del triunfo del Señor, Satanás quedó perdido, y es maravillosa la declaración de Jesús frente al Padre cuando dijo en Juan 17:12: “... Y ninguno de ellos se perdió, sino el Hijo de perdición, para que la escritura se cumpliese”.

                        2.         Esto nos indica que somos de exclusiva posesión, y él cuida de lo suyo, por lo que la seguridad que tenemos sus ovejas de no ser arrebatados jamás de su mano estriba en que si estamos en él, no es por nuestro poder, sino por el poder de Dios.

3.         Esta verdad descansa en él, y para concluir veamos Juan 10:29-30 cuando dice: Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos”.

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
¡Que gran noticia, hermanos! Debemos concluir este mensaje con esta aseveración, la que nos demuestra que lo que pertenece a Dios, también pertenece a Cristo, y en el estamos seguros.
Una pregunta para terminar: ¿Soy yo oveja de su prado?        


                                                                                                                       

1 comentario:

  1. Visitando este hermoso blog, reciban muchas bendiciones desde mi blog
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