martes, 26 de octubre de 2010

COMUNIÓN, UNIDAD Y PERSEVERANCIA EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS

            En esta oportunidad, nos dedicaremos a tratar uno de los aspectos más importantes de la ECLESIOLOGIA, dentro del cual está todo cuando debe ser la relación de cada miembro de la Iglesia con Cristo y, a la vez, con aquellos que por la fe en la obra redentora de Cristo en la cruz del calvario, han venido a ser parte de los santos que forman la iglesia universal, el CUERPO DE CRISTO.

            Es importante que como iglesia conozcamos estos principios establecidos por la Palabra de Dios para nosotros y para el buen funcionamiento de la iglesia, de la cual el mismo Señor Jesucristo estableció que “LAS PUERTAS DEL HADES NO PREVALECERIAN CONTRA ELLA.”

            Durante todo este estudio iremos desarrollando algunos temas que están directamente relacionados con el tópico que hemos elegido para estudiar en estos días.

            Estamos seguros que con la ayuda de Dios podremos lograr el propósito que deseamos, el que nuestra iglesia local sea una iglesia fuerte en comunión, en unidad y en la perseverancia para la VIDA ETERNA y que, al mismo tiempo, podamos vencer las asechanzas del maligno.

            Entrando en materia, veamos:
I. LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
II. LA UNIDAD DE LOS SANTOS
III. LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

I. LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS
(Fil. 1:3-11)

            A.      DEFINICIÓN DE COMUNIÓN
           
                        1.         Este término viene de la traducción de la palabra griega KOINONIA y significa “tener en común”, de donde se desprende la práctica de los hermanos de la iglesia primitiva de tener todas las cosas en común (Hch. 2:41-47).

                        2.         Esta palabra es más amplia aun y se traduce también como compañerismo y como participación.

                        3.         En 2 Pedro 1:4, se traduce este término como participación y en 1 Corintios indica el más grande motivo de gozo del cristiano, el saber que somos compañeros, participantes de la persona de Cristo, el HIJO DE DIOS.

            B.      NECESIDAD DE LA COMUNIÓN

                        1.         La comunión es una necesidad para el ser humano y nadie puede negar, a menos que sea una persona con problemas, que la soledad es algo aterrador. Podemos recordar la anécdota de un escritor que dispuesto a partir en un barco para un largo viaje, se dio cuenta de que nadie estaba en el muelle para despedirlo. Aún en su acostumbrada soledad, bajó del barco y pagó a un niño de la calle para que le dijese adiós.

                        2.         Jesús, sabiendo la necesidad que tiene el hombre de estar en comunión, de sentirse amado y aceptado, le promete a sus discípulos que estaría con ellos todos los días, hasta el fin del mundo (Mt. 28:20).

                        3.         De igual manera, nos enseñó a tener comunión unos con otros y nos demandó el amarnos unos a otros (Jn. 13:31-35).

            C.      LA VERDADERA COMUNIÓN

                        1.         La verdadera comunión no consiste en el hecho de estar metido uno en casa del otro buscando problemas y queriendo entremeterse en la vida ajena.

                        2.         La verdadera comunión es a través de Nuestro Señor Jesucristo y del Espíritu Santo y ella hace una realidad en nuestras vidas cuando esta comunión en todos es íntima con Dios (Sal. 25:14 y Pr. 3:32).

                        3.        La verdadera comunión se evidencia como una necesidad en nosotros cuando Dios, por su Espíritu, llena nuestra vida. (2 Co. 13:14; Fil. 1:5; y, 1 Jn. 1:3).

Ahora, veamos otro aspecto relacionado con la comunión.
II. LA UNIDAD DE LOS SANTOS

            A.      LA UNIDAD DEL CUERPO

                        1.         Está claro que la verdadera comunión lleva al cuerpo de Cristo a permanecer unido y es el apóstol Pablo, en 1 Corintios 12:12-27, que nos instruye en la necesidad de comprensión de la unidad del cuerpo de Cristo que es la iglesia.

                        2.        Esta necesidad se hace claramente visible en el funcionamiento de la iglesia como cuerpo, dejando claro que cada miembro del cuerpo debe considerarse como imprescindible para que el cuerpo como tal cumpla con su función.

                        3.       Jesús mismo abogó porque la UNIDAD fuese un hecho en la vida de los discípulos y ora al padre de los cielos en su oración intercesora, para que esto sea una realidad en su cuerpo - la iglesia (Jn. 17:20-23).

            B.      MANIFESTACIÓN DE LA UNIDAD DEL CUERPO

                        1.      La primera manifestación o fruto del cuerpo bien unido es el crecimiento en AMOR (Ef. 4:1-6 y 11-15).

                        2.         De igual manera, el apóstol Pablo nos llama a esta unidad para que manifestemos el fruto del verdadero cuerpo de Cristo, por el cual luchó desmedidamente (Col. 2:1-3)

                        3.      La unidad del cuerpo también manifestará y evidenciará un ambiente de paz dentro del cuerpo (Col. 3:14-15) y muchas otras virtudes más.

            C.      BENEFICIO DE LA UNIDAD

                        1.         Son muchos los beneficios que trae la unidad del cuerpo pero el mayor de los beneficios es el funcionamiento del mismo cuerpo (Ef. 4:16).

                        2.        El cuerpo bien unido también trae como beneficio la expansión del evangelio de manera rápida e impactante, como lo vemos en el crecimiento de las iglesias neo-testamentarias (Hch. 5:12-16).

                        3.        De igual manera, el cuerpo bien unido fortalece a la iglesia porque cada uno pone su don al servicio de los demás.

 Otro aspecto colateral de la comunión que debemos analizar es:
III. LA PERSEVERANCIA DE LOS SANTOS

            A.      LA PERSEVERANCIA

                        1.         Esta expresión enfatiza que los cristianos, o sea, los santos, como el apóstol Pablo los llama en sus epístolas, perseverarán en la confianza de la obra de Cristo como su salvador personal.

                        2.        Esto implica que uno que es verdaderamente salvo, permanecerá por siempre en comunión y en busca de la unidad del cuerpo.

                        3.         La perseverancia no es fruto del esfuerzo humano tan solamente, sino que es una gracia de Dios para nosotros, ya que esto es posible porque Dios persevera en mantener su promesa y ser fiel a su Palabra (2 Ti. 2:11-13).

            B.      LA PERSEVERANCIA EN LA COMUNIÓN

                        1.        La perseverancia está directamente relacionada con la comunión de los creyentes en el cuerpo de Cristo, que es su iglesia. Tenemos que recordar (Hch. 2:42) cuando dice: Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones”.

                        2.         Es también el apóstol Juan el que nos advierte en 1 Juan 2:19 del hecho de que una persona que verdaderamente ha gustado de la gracia del Señor ha de permanecer, en contraste con aquellos que se apartan de la comunión evidenciando que nunca fueron salvos.
                                                                                        
                        3.         La perseverancia en la comunión también es un símbolo en el cristiano de que espera el día del Señor como nos dice el escritor de los Hebreos (He. 10:23-25).

            C.      LA PERSEVERANCIA Y EL PODER DE LA COMUNIÓN

                        1.         Muchas veces hemos hablado de la perseverancia pero ahora la relacionaremos con la comunión tomando el texto clave de Juan 15:5 donde dice: “SEPARADOS DE MI NADA PODEIS HACER”.

                        2.         Está claro de que uno que se diga creyente no puede perseverar si se aísla de la comunión y evita tener comunión.

                        3.         Por esto el mismo Señor Jesucristo nos enseña que como la Vid verdadera, él es el elemento vital de nuestra perseverancia al permanecer en comunión con él y a través de él unidos a los que son de él (Jn. 15:4-17).

CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:     
Amados hermanos en Cristo, como dijo el apóstol Pablo a Timoteo en su segunda epístola, cuando estaba a punto de partir, que repitiera a tiempo y fuera de tiempo, redarguyendo, reprendiendo, exhortando con toda paciencia y doctrina, porque son muchos los que se cansan de oír las mismas cosas pero no se molestan en ponerlas en práctica.

Motivémonos a obedecer.                                                                                                                                                                                                                                                         

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