DIOS ESTABLECE EL PRIMER HOGAR
La familia es la unidad más pequeña
de la sociedad. Según la familia, así
anda la iglesia, la sociedad, la nación y aun el mundo. La familia o el hogar,
fue la primera institución que Dios proveyó para beneficio del hombre, y lo
hizo para todos los hombres. La
familia está formada por la pareja y el fruto de ella, a través del matrimonio,
el cual instituyó Dios desde antes de que el pecado entrara al mundo. Este debe lograr los propósitos para los
cuales Dios lo creó.
Como una institución divina, el
matrimonio es provisto por Dios para que se desarrollara bajo una santidad
especial, Hebreos 13:4 así lo afirma cuando dice: “Honroso sea en todos el
matrimonio y el lecho sin mancilla; pero a los fornicarios y a los adúlteros
los juzgará Dios”. Dios bendice
el matrimonio desde el primer momento (Gn. 2:18, 20, 24) y le augura las más
ricas bendiciones en la medida en que se apeguen a sus demandas.
Siendo el matrimonio una institución
divina todo hombre tiene que conocer cómo Dios lo planificó y cuáles fueron sus
propósitos para estar acorde con El, y
lograr la felicidad de los que lo forman. Dios ha sido el arquitecto diseñador
de esta maravillosa idea y lo mejor de todo es que nos ha provisto en su
Palabra todo lo necesario para que podamos realizarnos a través de ella, como
hijos suyos y como entes participantes de una sociedad que ha de regir y
sojuzgar el mundo.
Recordemos que Dios es inmutable y
jamás cambiará sus propósitos. Es importante entonces, que entendamos que su
inmutabilidad no le permite modificar sus decretos y mucho menos para
acomodarlos a los deseos de la gente. Es por esto que nadie podrá pretender que
porque viole los principios de Dios y no suceda nada, quedará libre del juicio
de Dios. Decidamos pues, investigar y escudriñar las escrituras, de tal manera
que no nos llevemos sorpresas o que incurramos en hechos que luego tengamos que
lamentar.
Veamos por tanto, el Decreto de
Dios.
I. EL MATRIMONIO COMO PRIMERA INSTITUCIÓN
II. EL MATRIMONIO COMO UN SÍMBOLO DE CRISTO Y LA IGLESIA
III. EL DIVORCIO NO SE PROVEYÓ PARA EL MATRIMONIO
I. EL MATRIMONIO COMO PRIMERA INSTITUCIÓN
A. LA INSTITUCIÓN MÁS SANTA Y PERFECTA
1. Si el matrimonio fue instituido por Dios antes de que el pecado
entrara en el mundo, significa que está basado en los preceptos más santos de
Dios. Esta declaración tiene su base en el hecho de que desde que Dios creó a
Adán y Eva, les declaró los principios básicos para que su unión fuese
perfecta, Génesis 2:24.
2. La relación entre el hombre y su mujer tenía que ser tan
sagrada como la relación entre las tres personas de la Trinidad. Es así como
Dios concibió la relación hombre-mujer, a la cual llamó matrimonio. De hecho,
antes de la caída, los perfectos propósitos de Dios se cumplían en esta primera
pareja, a quienes dio el poder para regir y sojuzgar la tierra.
3. Es por tanto que Dios exige que la pareja sea una unidad
indivisible como nos dice Génesis 2:24.
En cuanto a sus pensamientos, en cuanto a sus deseos, en propósitos y en
actitudes. Se entendía que ya no podían pensar individualmente, sin tomar en
cuenta los intereses de ambos, de tal manera que cada día se fortaleciera su
unión.
B. LAS AMENAZAS DE ESTA SANTA INSTITUCIÓN
Como toda institución divina, está amenazada por
Satanás y por la concupiscencia de los hombres.
Las amenazas son:
1. La falta de temor a Dios: Dios
creó esta institución para que ambos se amaran y para mantenerse puros como se
nos muestra en Hebreos 13:4. El hombre
ha fallado por su falta de temor a Dios.
2. La desobediencia de Sus
demandas: La falta de temor lleva a la desobediencia y un hombre sin temor
al juicio de Dios no obedece. Dios requiere obediencia (Gn. 2:24; Ef. 5:22, 25).
3. La dureza de corazón:
La desobediencia lleva al pecado y esto lleva a endurecer el corazón, por esto
se tuvo que hablar de separación y
divorcio (He. 3:12, 13; Mt. 19:7, 8).
C. LA RELACIÓN SAGRADA DE ESTA SANTA
INSTITUCIÓN
1. Génesis 2:24 nos declara que la relación de la pareja que forma
el matrimonio tiene que ser tan estrecha que sean una (1) sola persona. Lo que
nos indica que cuando tomamos la decisión de casarnos no podemos pretender
seguir pensando unilateralmente y actuando como solteros.
2. Esta unión indica que uno es completamente del otro, y que el
uno está incompleto sin el otro. Es por esto que debemos mostrar a nuestra
pareja que la necesitamos, que nosotros sin ella estamos incompletos y que sin
su ayuda no podremos cumplir con el deseo expreso de Dios.
3. Esta unión se requiere cuando se cumplen con los tres (3)
elementos que componen un matrimonio bíblico.
a. Consentimiento de los contrayentes y de los padres (Gn. 21:21; 34:4-6, Jos. 15:16; Jue.
14:2-3; 1 Co. 7:37-38; Ef. 6:1-3).
b. Aval público que puede incluir un contrato matrimonial, y la
observación de las costumbres legales y sociales (Gn. 29:25; 34:12).
c. Consumación física con el propósito de formar una familia para
siempre (Gn. 1:28).
II. EL MATRIMONIO COMO UN SÍMBOLO DE CRISTO Y
LA IGLESIA
A. IMPLICA UNA RELACIÓN DE AMOR PERFECTO (AMOR
ÁGAPE)
Efesios 5:25-33
1. El matrimonio es tomado por el Espíritu Santo para ser
comparado con la relación de Amor que tuvo
Cristo con su iglesia, en la cual se entiende que él murió por ella, de igual
manera la relación dentro del matrimonio debe ser de igual calidad de amor.
2. Así como desastroso es sólo pensar que Cristo puede separarse
de su iglesia; de igual manera Dios demanda fidelidad en la relación de cada
pareja, de tal manera desde el principio demandó que el matrimonio debía
perdurar para toda la vida.
3. Esta relación no admite ninguna actitud de daño para la persona
amada. Por el contrario, en todo matrimonio debe desarrollarse teniendo como
base el amor sacrificial, que da sin esperar (Ef. 5:28-29). Eva fue tomada de la costilla de Adán para
ser amada y para ser su igual. Realmente da lástima ver cómo las normas del
mundo han caído tan bajo, al punto tal que los matrimonios se golpean sin
recordar que deben amarse hasta el fin.
B. IMPLICA UNA RELACIÓN TAN ESTRECHA COMO LA
QUE TENEMOS CON LOS MIEMBROS DE NUESTRO PROPIO CUERPO
1. No imaginamos a nadie que a los 20 años de edad, descubra que
tiene un ombligo. Por tanto, es
inconcebible que un marido no conozca a su mujer como a los miembros de su
cuerpo.
2. Cada pareja tiene que relacionarse como cada uno de nosotros
nos relacionamos con cada uno de nuestros miembros (Ef. 5:29-30) "Porque
somos miembros de su cuerpo, de su carne, y de sus huesos".
3. Jesús mantiene una relación tan estrecha con su iglesia que
debe ser tomado como ejemplo por todos los maridos, con el fin de que puedan
relacionarse con sus esposas con la clase de amor que con que Cristo amó y
conoció a la iglesia.
C. IMPLICA UNA RELACIÓN SEGURA E INDISOLUBLE
1. La misma seguridad que los creyentes, que son el Cuerpo de Cristo, tienen en Jesucristo de
acuerdo a Juan 10:28-29, debe ser la misma seguridad que sienta una mujer de su
marido o viceversa, entendiendo que Jesús nunca romperá su pacto con nosotros.
2. Dios no concibe la separación entre marido y mujer, a menos que
uno de ambos rompa el pacto por el cual se unió a su esposa, el cual, en el
caso del matrimonio era roto por el pecado de fornicación en su sentido más
amplio, ya que esto traía la muerte por apedreamiento, del cónyuge pecador.
(Mal. 2:14-16) (Dt. 22:20-22).
3. Aunque los incrédulos no toman en cuenta esta demanda, los
decretos de Dios permanecerán inmutables y por ellos juzgará El a todo hombre,
ya que lo que Dios dice no variará porque el hombre lo haya distorsionado.
III.EL DIVORCIO NO SE PROVEYÓ PARA EL
MATRIMONIO
Génesis
2:24; Malaquías 2:16
A. DIOS LO DISEÑÓ SIN ESTA PROVISIÓN
1. Como institución divina y dada antes de que el pecado fuera
consumado, el matrimonio, no tuvo como alternativa la provisión del divorcio,
lo cual vino por causa del pecado del hombre, luego de la caída, donde Dios
tuvo que separar la pareja con la muerte por causa del pecado de fornicación
(entiéndase todo tipo de acto sexual ilícito).
2. Dios instituyó el matrimonio antes de que el pecado fuera
consumado, para que el hombre entendiera que su propósito era el que la pareja
permaneciera unida hasta la muerte, este ha sido, es y será el deseo y el
standard de Dios con toda pareja que ha contraído matrimonio, pues para esto se
diseñó esta institución.
3. El pecado, por tanto, no cambiará el propósito divino de que la
unión eterna es SU ideal para cada matrimonio, por lo que el divorcio no es, ni
puede ser, una parte del programa establecido por Dios y por tanto no debe ser
una alternativa que debe estar en la mente de alguna pareja cuando va a
contraer matrimonio.
B. DIOS NO PUEDE PROVEER OPORTUNIDAD PARA PECAR
1. El pecado de fornicación entonces, fue la única causa que Dios
justificó para una separación en el Antiguo Testamento. Pero sabemos que Dios
nunca proveyó esto para el hombre, sino más bien condenó este pecado de manera
drástica y determinante, ya que legisló en este sentido, condenando al cónyuge
impenitente (Dt. 22:20-22), de igual manera nunca admitió otro tipo de causa
para la separación.
2. Admitir el divorcio por causas no bíblicas implica aceptar el
pecado. Dios requiere que haya
arrepentimiento y reconciliación, y no cambiará sus decretos, porque Él es
inmutable, de tal manera que aún, en el caso de una fornicación (entiéndase cualquier tipo de pecado sexual ilícito),
Dios desea que se busque el arrepentimiento y el perdón del cónyuge pecador.
3. Dios, inclusive, atestigua contra aquellos que han roto el
pacto matrimonial por causas no bíblicas, ya que buscar una rotura del pacto
sin que haya habido el deseo genuino de restauración, es muestra de corazones
endurecidos y Dios nunca estará de acuerdo con esta actitud en una pareja,
(Mal. 2:10-16).
C. DIOS ESTABLECE SEGURIDAD Y NO OPORTUNIDAD DE
SEPARACIÓN POR CUALQUIER CAUSA
1. La misma seguridad que ofrece Romanos 8:35-39 en nuestra
relación con Cristo, debe ser la misma seguridad que deben ofrecerse un marido
y su mujer. Como podemos ver, todo hombre y toda mujer deben ir al matrimonio
ofreciéndose todo tipo de seguridad en cuanto a la fidelidad.
2. La misma promesa de 1 Tesalonicenses 4:13-18 de permanencia
eterna con el Señor en el día de su venida, es símbolo de la seguridad que debe
tener la esposa de su esposo y viceversa, ambos tienen que ir al matrimonio
entendiendo que es para toda la vida y que nunca debe existir ningún tipo de
causa por lo cual podamos ser desleales.
3. La esperanza dada por Jesús a su Iglesia es grandiosa y debe
ser ejemplo para la pareja que confía en el Señor. De tal manera que aunque
sepamos que tendremos tentaciones en las cuales podemos caer, debemos
prepararnos espiritualmente para vivir por siempre unidos como es el deseo de
Dios apelando siempre al poder de su Espíritu para ser fieles, Juan 14:1-3.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Originalmente
Dios diseñó el matrimonio como una institución que debe permanecer para
siempre, por tanto sólo Él es el único calificado para aprobar una separación.
Es penoso ver como el pecado ha afectado la unión maravillosa planeada por el
creador, así como ha llevado al hombre a disolver lo que Dios unió por causas
antibíblicas.
Jesús,
en sus enseñanzas confirmó el standard de Dios cuando dijo:
"El principio no fue así; varón
y hembra los hizo, y lo que Dios unió, no lo separe el hombre".
Esto
nos indica que sólo Dios, y no el hombre puede autorizar la separación en un
matrimonio, (Dt. 22:20-22; Mt. 5:32; 19:9; 1 Co. 7:15). Pero es lastimoso
observar que la dureza que el
pecado produce en los corazones
desobedientes les lleva a buscar una salida no aprobada por Dios, y a la vez
les provoca el deseo de escapar fácilmente del pacto hecho ante Dios, con su
pareja, por cualquier causa, para no
cumplir con su responsabilidad que
contrajeron cuando se casaron.
Procuremos
ser serios y honestos al interpretar las Escrituras de tal manera que honremos
a Dios y nos adaptemos a sus decretos más que pretender que Él cambie lo que ya
ha declarado.
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