“Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para
hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera”.
Hechos 4:27-28
Por la Gracia de Dios una vez más presentamos
otra verdad acerca de la persona de Nuestro Señor Jesucristo, con la intención
de ver su grandeza y su poder a pesar de las pruebas y a pesar de las
adversidades. Es maravilloso pensar que no hay nada que haya ocurrido en la
vida de Jesús y aún de sus hijos como nos dice la Palabra que no haya operado
para bien.
Sobre la base del conocimiento podemos decir que,
estamos en un mundo incierto para el hombre sin Dios, y aún los creyentes nos
hacemos muchas preguntas acerca del mal que vemos en esta tierra sin tener
respuesta para ello, pero una cosa si es cierta, que aquel que confía en el
Señor y sabe que él sufrió y murió para mostrarnos que el peor mal Él lo
encamina a bien, pasará por esta vida, confiado en aquel que lo protege. El
salmista David declaró: “El ángel de
Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende (Sal.
34:7).
Lo más profundo que
podamos decir sobre el sufrimiento y el mal es que, en Jesucristo, Dios tomó el
mal y lo convirtió en bien. El origen del mal está rodeado de misterio. La
Biblia no nos lleva tan lejos como quisiéramos ir. Más bien nos dice que las
cosas secretas pertenecen a Dios (Dt. 29:29).
Lo más importante en la Biblia no es la explicación de dónde proviene el
mal, sino una demostración de cómo Dios entra en él y lo convierte en todo lo
contrario: justicia y gozo permanentes. Había señales en las Escrituras a lo
largo del camino de que esto sería así en cuanto al Mesías. A José, el hijo de
Jacob, lo vendieron como esclavo en Egipto. Por diecisiete años Dios pareció
abandonarlo. Pero Dios estaba en esto y lo hizo gobernador de Egipto, de modo
que durante una gran hambruna pudo salvar a los mismos que lo vendieron. La
historia se resume en una palabra de José a sus hermanos: “Vosotros pensasteis mal contra
mí, mas Dios lo encaminó a bien” (Gn. 50:20). Fue una prefiguración de
Jesucristo, que se vio abandonado a fin de salvar.
Veamos este
planteamiento bajo el siguiente bosquejo de estudio:
I. JESÚS Y LOS
QUE ESTUVIERON EN CONTRA
II. JESÚS COMO
INSTRUMENTO DIVINO
III. JESÚS EN
CONSONANCIA CON LA PROFECÍA
I. JESÚS Y LOS QUE
ESTUVIERON EN SU CONTRA
(Hch. 4:27-28)
A.
UNA VERDAD EVIDENTE
1.
El texto que nos ocupa declara: “Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a
quien ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel,
para hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera”.
2.
De
acuerdo al mismo texto, encontramos la oposición a Jesús al momento de su
muerte, con el fin de mostrarnos que todo el peor mal, Él lo convierte en bien,
con el propósito de bendecir a los suyos.
3.
El texto declara: “Porque
verdaderamente se unieron”, mostrando que esto que se ha de narrar y sobre lo
cual sustentamos esta tesis, está cimentado sobre una base fidedigna. Es
verdadero, veraz, sin error. Como Dios es así es su Palabra. Aquí comenzó la
unificación de los poderes malignos para hacer daño a Jesús.
B.
UN LUGAR ESPECÍFICO
1.
No hay coincidencia en las cosas que Dios provoca que
sucedan. Algunos cristianos afirmamos que en nuestras vidas no hay
coincidencias, sino Dioscidencias, por el simple hecho de saber que cuando Dios
escoge a una persona la escoge en un tiempo y en un lugar para hacer una obra
específica y precisa que Él, en su soberanía, quiere hacer ahí.
2.
La
verdad es que Jerusalén era y sería el lugar específico donde ya se había
profetizado ocurrirían estos acontecimientos. Jerusalén sería el escenario
donde estaría Satanás propiciando todo el mal posible para llevar a cabo todas
las fechorías habidas y por haber en contra del Hijo de Dios.
3.
En
allí donde toda la maldad posible se derramaría sobre aquel que daba su vida
por nosotros. Ya el mismo Señor declaró en Mateo 23:37 y Lucas 13:34 lo
siguiente con respecto a Jerusalén cuando dijo:
“¡Jerusalén,
Jerusalén, que matas a los profetas, y apedreas a los que te son enviados!
¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos
debajo de las alas, y no quisiste!”
C.
LA MALDAD CONTRA JESÚS
1.
Como
vemos en la profecía al igual que en el texto que estudiamos, en esa ciudad se
derramaría la maldad sobre el Hijo de Dios, pero Dios la convertiría en bien,
Él en su gracia soberana haría que toda aquella maldad que se le haría a su
Hijo Unigénito, fuese para bendición de Él y de sus hijos.
2.
No
hay mayor pecado que odiar y matar al Hijo de Dios. No había mayor sufrimiento
ni mayor inocencia que el sufrimiento y la inocencia de Cristo. Sin embargo,
Dios estaba en todo eso. “Jehová quiso quebrantarlo” (Is. 53:10). Su objetivo, a través del mal y
el sufrimiento, no fue más que destruir el mal y el sufrimiento: “Por su llaga fuimos nosotros curados” (Is. 53:5).
3.
Podemos
preguntarnos ¿No es cierto entonces que la pasión de Jesucristo Dios la
encaminó a mostrar al mundo que no hay pecado ni mal tan grande que Dios, en
Cristo, no pueda convertirlos en justicia y gozo eternos? El mismo sufrimiento
que nosotros causamos se convirtió en la esperanza de nuestra salvación. “Padre, perdónales, porque no saben lo que hacen” (Lc. 23:34).
4.
La primera parte del texto concluye diciendo: “en
esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús”. Veamos que el pasaje narra con puntual intención que lo
que allí se haría sería en contra de Jesús el Santo Hijo de Dios. ¿Quiénes eran
estos? El texto mismo lo afirma: “Herodes y
Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel”.
II. JESÚS COMO INSTRUMENTO DIVINO
(Hch. 4:27-28)
A.
EL INSTRUMENTO UNGIDO
1.
El pasaje en cuestión continúa diciendo: “Porque verdaderamente se unieron en esta
ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio
Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer cuanto tu mano y tu
consejo habían antes determinado que sucediera”.
2.
La Palabra nos enseña lo que significa la palabra ungido.
El diccionario de la lengua española lo define como uno que es investido,
coronado, proclamado, exaltado, honrado. Estas palabras tienen su traducción de
Mesías en el idioma Hebreo y de Cristo en el idioma Griego y se usan
específicamente para nominar a aquellos hombres que Dios apartó para los santos
oficios de Rey, Sacerdote y Profeta.
3.
Dios sin lugar a dudas llamaría a Jesús su Ungido, de
hecho el texto declara “…contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste”. Afirmando lo que ya desde los tiempos pasados la palabra declaraba
acerca del que había de venir de parte de Dios.
1 Samuel 2:10 - “Delante de Jehová serán quebrantados sus
adversarios, y sobre ellos tronará desde los cielos; Jehová juzgará los
confines de la tierra, Dará poder a su Rey, y exaltará el poderío de
su Ungido”.
Lucas 2:25-26 - “Y he aquí había en Jerusalén un hombre
llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de
Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el
Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor”.
B.
JESÚS EL INSTRUMENTO UNGIDO
1.
Como vemos, Simeón es el que Dios escoge para afirmar
que Jesús es el Cristo, pero de igual forma el Nuevo Testamento está lleno de
pasajes acerca de la veracidad del hecho de que Jesús es el Cristo, el Hijo de
Dios.
2.
Él era y es el instrumento ungido por Dios para venir a
este mundo para mostrarnos que el peor mal, Dios lo encamina a bien, ya que su
sufrimiento y su misma muerte, Dios la utilizó para darnos la Salvación y la
Vida Eterna. En la Palabra podemos aprender del desarrollo teológico de la
persona de Cristo o de la cristología misma.
3.
Considérese
el antepasado de Cristo. Dios había sido el único rey en Israel. Pero el pueblo
se rebeló y pidió un rey humano: “No,
sino que habrá rey sobre nosotros”
(1 S. 8:19). Más
tarde confesaron: “A
todos nuestros pecados hemos añadido este mal de pedir rey para nosotros” (1
S. 12:19). Pero Dios estaba en eso. Del linaje de aquellos reyes Dios
trajo a Jesús al mundo. El inmaculado Salvador tuvo su origen terrenal en el
pecado cuando vino a salvar a los pecadores.
C.
JESÚS EL INSTRUMENTO DE DIOS
1.
Cuando estamos diciendo que Jesús es el instrumento de
Dios, estamos aseverando que Él es el medio por el cual Dios ha de hacer su
obra de redención al tiempo en que ha de mostrar por su omnipotencia cómo es
capaz de tornar en bien lo que para algunos es mal. Cristo fue ese instrumento.
2.
Pero
lo más asombroso es que el mal y el sufrimiento fueron el camino señalado a
Cristo para vencer sobre el mal y el sufrimiento. Cada acto de traición y
brutalidad contra Jesús fue pecaminoso y malo. Pero Dios estaba en eso.
3.
Que gozo produce en nosotros el saber que aún el
sufrimiento que podamos padecer en esta tierra tiene un propósito expreso de
Dios para nosotros a la vez que le glorificamos cumpliendo asimismo con su
propósito soberano.
III. JESÚS EN CONSONANCIA CON LA PROFECÍA
(Hch. 4:27-28)
A.
EL PREDETERMINADO CONSEJO DE DIOS
1.
El pasaje que estudiamos ahora nos dice: “Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para
hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera”.
2.
Aquí
entramos en la doctrina de la Soberanía y la Predestinación de Dios. Doctrinas
que vemos en su Palabra y que nos ayudan a entender que en Dios es en quien
está el querer como el hacer por su buena voluntad.
3.
Qué
maravilloso es saber que Dios está detrás de cada cosa que ocurre, haciendo su
voluntad y tornando en bien lo que para muchos es malo.
4.
La
Biblia dice: “(Jesús
fue) entregado (a muerte) por el determinado consejo y anticipado conocimiento
de Dios” (Hch. 2:23). El latigazo
en sus espaldas, las espinas en su cabeza, la escupida en su mejilla, los
arañazos en su cara, los clavos en sus manos, el lanzazo en su costado, la
burla de los gobernantes, la traición de su amigo, la deserción de sus
discípulos: todo fue el resultado del pecado, y todo lo concibió Dios para
destruir el poder del pecado. “Se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste,
Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para hacer
cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera” (Hch.
4:27-28).
B.
LA VOLUNTAD SOBERANA DE DIOS
1.
La
traducción de la Biblia de la Liga Bíblica Mundial 2005 cita el pasaje de
Hechos 4:27-28 de esta manera: “De hecho, Herodes, Poncio Pilato, las
naciones y la multitud de Israel se juntaron en contra de Jesús aquí en
Jerusalén. Jesús es tu santo siervo, tu elegido para ser el Mesías. Al ponerse
en contra de él, hicieron que tus planes se cumplieran. Todo esto sucedió por
tu poder y porque así lo quisiste”.
2.
Tremendo planteamiento el que hace el evangelista Lucas
en esta porción de la Palabra, haciendo entender todo lo que ha hecho Dios en
su soberana voluntad a beneficio de nosotros pecadores que ahora hemos sido
lavados y limpiados por la Sangre preciosa de Jesucristo.
3.
Dios quiso que así fuesen las cosas, nada ni nadie
hubiese podido cambiar los planes y propósitos divinos. Él habría de establecer
los hechos tal y como los había ordenado que fuesen. Todo ocurrió como Él lo
quiso para demostrar su amor y misericordia para con nosotros.
C.
EL CUMPLIMIENTO PROFÉTICO DE ESTE HECHO
1.
Jesús de manera expresa confirmó los planes de Dios al
venir voluntariamente a sufrir y a morir en la cruz del Calvario dando
cumplimiento a lo que ya el profeta Isaías había profetizado en (53:1-12) al
decir: “¿Quién ha creído a nuestro anuncio?
¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo
delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura;
le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y
desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y
como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo
estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros
dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y
abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros
pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros
curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por
su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado
él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como
oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca. Por
cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue
cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue
herido. Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en
su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca. Con todo eso,
Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su
vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la
voluntad de Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la
aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi
siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Por tanto, yo
le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto
derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él
llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores”.
2.
Jesús es el Ungido Hijo de Dios, es el Todopoderoso
capaz de hacer y ejecutar la voluntad de Dios. Es más, Él mismo dijo en Juan
4:34
- “Mi
comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra”. Así
sabemos como Dios hizo que todo lo malo que pasó en Jesús se convirtiera en
bien para sus hijos.
3.
El pasaje que estudiamos se encuentra dentro del
contexto en el cual Lucas, el médico amado recoge los acontecimientos
posteriores al arresto del apóstol Pedro y Juan ante la sanación del paralítico
que hicieron en el templo de Jerusalén en la puerta La hermosa: “Mas
Pedro y Juan respondieron diciéndoles: Juzgad si es justo delante de Dios
obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo
que hemos visto y oído. Ellos entonces les amenazaron y les soltaron, no
hallando ningún modo de castigarles, por causa del pueblo; porque todos
glorificaban a Dios por lo que se había hecho, ya que el hombre en quien
se había hecho este milagro de sanidad, tenía más de cuarenta años. Y puestos
en libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los principales
sacerdotes y los ancianos les habían dicho. Y ellos, habiéndolo oído,
alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron: Soberano Señor, tú eres el Dios que
hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay; que por boca
de David tu siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, y los
pueblos piensan cosas vanas? Se reunieron los reyes de la tierra, y
los príncipes se juntaron en uno contra el Señor, y contra su Cristo. Porque
verdaderamente se unieron en esta ciudad contra tu santo Hijo Jesús, a quien
ungiste, Herodes y Poncio Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, para
hacer cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que sucediera. Y
ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo
denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan
sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando
hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y todos fueron
llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo la palabra de Dios.
CONCLUSIÓN Y APLICACIÓN:
Como
podemos ver, todo esto que se ha dicho, y con lo cual concluimos, llevó a los
apóstoles a pedir al Señor poder, denuedo para predicar la Palabra, para hacer
milagros, prodigios y señales de apóstol (2 Co. 12:12) para llevar el mensaje
de Jesús y cumplir el propósito de Dios en sus vidas.
Hagamos
lo mismo sabiendo que nada que nos pase, será por casualidad o coincidencia,
sino porque la mano soberana de Dios lo ha determinado y estemos gozosos y
complacidos porque todo lo que nos ocurra será para nuestro bien, por eso
terminamos recordando lo que nos dice Romanos 8:28 - “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a
bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados”.
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